El futuro traumatólogo que busca atenuar los golpes de la Selección
Se llama Sebastián Cáceres y estudia medicina en Catamarca. Como tantos otros argentinos, busca consuelo en los puntos turísticos que ofrece Rusia mientras la Copa del Mundo entra en su zona de definición
Por Juan Pablo Ferrari
Cobertura exclusiva en Rusia
La última semana de la Copa del Mundo llega de la mano de la eliminación de Rusia. Por eso en este país, el clima futbolístico se fue apagando lentamente desde ayer, cuando la policía empezó a invitar amablemente a los fanáticos a que guardaran las banderas y camisetas que no representen a los cuatro países semifinalistas en las calles de Moscú.
Por disposición del gobierno nacional, sólo se permitirán expresiones populares en la vía pública de hinchas franceses, belgas, croatas o ingleses. Al resto los invitan a marcharse a casa. Esto es lo que le ocurrió, por ejemplo, a Javier, “el Flaco” de la hinchada de Tigre, que llegó con un bombo similar al del Tula a Rusia, pero que ya no puede hacer sonar desde el sábado en que la Selección argentina quedó eliminada. “La policía me dijo que lo guarde sino quería recibir una multa por ruidos molestos”, le contó a este diario en el centro de Moscú.
De todos modos, el fanatismo argentino no pasa desapercibido más allá del frustrado paso del equipo: en un enorme edificio antiguo cuelga una bandera de Argentina con el escudo de Gimnasia y el nombre del barrio Gambier.
Como ellos, cientos de compatriotas que aún no encuentran un vuelo de regreso, o que se inclinan por respetar el itinerario que habían programado y deciden quedarse hasta después de la Final, pasan las horas recorriendo los puntos turísticos de la capital de Rusia. Tal es el caso de Santiago Galarza, un joven estudiante de medicina que acepó la invitación de su papá para viajar a Moscú en familia.
“Cuando termine la carrera me voy a especializar en traumatología como el doctor Cáceres de Catamarca. A ver si en una de esas les puedo curar más rápido los goles a los jugadores de la Selección…”, comentó entre risas este catamarqueño que llegó con las ilusiones de hacer “patria” en la plaza Roja.
“Nos hospedamos un poco alejados del centro y la estamos pasando muy bien más allá del resultado de la Selección. Los precios, en comparación a la Argentina, están parecidos, por lo tanto no se nos hace costoso comer o vivir acá. Lo más caro es el pasaje aéreo”, explicó.
Con respecto al futuro de la Selección, Galarza dejó su opinión desde el lugar de un hincha que viajó más de 12 mil kilómetros con la ilusión de que el resultado hubiese sido otro. “Se tiene que ir Sampaoli. Sabemos que con lo que hizo no nos va a llevar a ningún lado este tipo. Me gustarían Gallardo o Simeone para el futuro”, concluyó.
Las cartas están echadas. En Moscú o en Buenos Aires se empiezan a jugar los pronósticos. Entre hoy y mañana se va a negociar la salida del técnico. Sobran candidatos para reemplazarlo…