El millonario mundo del polo en Argentina

Nuestro país se especializa en este deporte, que mueve todos los años una fortuna difícil de calcular. Los Pieres fueron pilares de un crecimiento sin techo. La farándula, metida en el negocio

rgentina se convirtió en el país prototipo del polo, el deporte de la alta sociedad que mueve millones de dólares año tras año. Se transformó en la meca de esta disciplina, y no se trata sólo de asistir como espectador a los grandes campeonatos, sino de jugar con los mejores del mundo.

Si antes los polistas argentinos viajaban con sus caballos para complacer a miembros de la realeza, desde hace varios años también los europeos, asiáticos o norteamericanos se desplazan hacia aquí para darse el gusto de hacer equipo con los grandes. Eso logró este deporte, donde jugadores y caballos cobran la misma importancia.

Norteamericanos como Gillian Johnston, principal accionista de Coca-Cola y Tim Gannon, uno de los fundadores de la cadena de restaurantes Outback Steakhouse; árabes como Alí Albwardy, propietario del lujoso club y hotel Desert Palm Hotel en Dubai, y europeos como el italiano Alfio Marchini, presidente de Astrim, son algunos de los magnates y personajes de todo el mundo que año tras año se desplazan  hacia Argentina para conocer los secretos del polo.

Gracias a Pieres
Gonzalo Pieres, estrella de este deporte, fue el responsable de que el polo ganara vida (y moviera millones) en el país. Ganador de varios Abiertos y padre de hijos que siguen con la tradición, era un asiduo viajante al extranjero y llevaba este deporte por Brunei, Inglaterra y Estados Unidos. Hasta que plantó bandera y decidió que las cosas fueran a la inversa, que los de afuera vinieran al país.
Con el apoyo del ya difunto Kerry Packer, australiano que fuera uno de los 100 hombres más ricos del planeta, la idea se concretó con nombre propio: La Ellerstina, una estancia donde Pieres ofrece el haras con los mejores caballos de su equipo, 9 canchas, alojamiento cinco estrellas y referees.
Si bien Pieres fue el pionero en ofrecer “paquetes” resort, clínica de Polo y Copa en La Ellerstina, la familia Novillo Astrada amplió la oferta con su club La Aguada y la     respectiva Copa y lo mismo hizo Cambiaso con La Dolfina Polo Ranch y sus Copas Diamante y Zafiro, que cuentan con la ventaja de ser organizadas nada menos que por el mejor polista del mundo. En cuanto a la infraestructura, los tres son sitios con todas las comodidades que un polista exigente busca.
A partir de allí, las alternativas fueron ampliándose para satisfacer diferentes presupuestos y niveles, generando así una industria del polo.
El prestigio del polo argentino es tal que se disputa la Triple Corona: los Abiertos de Hurlingham, Tortugas y Palermo, que convocan a unas 15 mil personas, entre ellos cientos de visitantes europeos, latinoamericanos y estadounidenses, además de varios jeques de Medio Oriente.

El polo y la farándula
Son varios los polistas que lograron casarse y formar familia con gente del espectáculo. Sin ir más lejos, las Trillizas de Oro (María Laura, María Emilia y María Eugenia Fernández) formaron matrimonio con Ernesto Trotz, Clemente Zavaleta y Horacio Laprida, respectivamente, cada uno de ellos dedicado al negocio del polo. Entre las tres tuvieron diez hijos.
Por su parte, quien sorprendió en esta faceta fue el exfutbolista, Gabriel Batistuta. El máximo goleador de la selección argentina se desempeño como jugador de polo en el Club Atlético Boca Juniors y, en la tercera etapa del Argentino de Polo (Tour Patio Bullrich) logró su primer título al adjudicarse la copa Stella Artois. En ese momento, jugó para el equipo Loro Piana junto a Adolfo Cambiaso, y vencieron en la final a Tom Tailor.
Además, la reconocida modelo internacional María Vázquez es la mujer de Adolfo Cambiaso, el mejor jugador del mundo.