Por Daniel “Profe” Córdoba

Este Estudiantes no emociona ni contagia, y Gimnasia fue el más perjudicado por el virus

Al cumplirse la primera etapa de la Copa de la Liga Profesional, el ex director técnico analizó el presente de los dos equipos de la ciudad y la forma en la que se dieron los resultados en la fase de grupos.

Los miles de lectores de este diario (por papel o de forma digital) y aquellos que conocen mi carácter y mi manera de ver el fútbol saben cómo es mi mentalidad y cómo debe plantear los partidos Estudiantes (¿los plantea o hace siempre lo mismo?). Me desagrada mucho este tipo de planteo que veo en la actualidad.

No tengo nada contra nadie. No es personal. Pero ojalá hubiera tenido aunque sea 6 meses el plantel que hoy por hoy tiene Estudiantes. Cuando tuve más jugadores que en la actualidad, sacamos el 95% de los puntos. Y al irse dos pilares como Calderón y Juan Sebastián Verón a finales de 1995, y además con la AFA en contra (porque Grondona no me quería por pedido de vaya a saber quien…) casi salimos campeones en años en donde había directores técnicos en serio, como Carlos Bianchi o Ramón Díaz, y jugadores de primer nivel en el fútbol argentino como Francescoli, Maradona o Caniggia por citar solo algunos ejemplos.

Hoy Estudiantes está clasificado. Muy bien. Pero el cómo está clasificado es lo que importa. Como así también Gimnasia no clasificó y se “comió” cinco goles con Vélez. Pero Gimnasia, a pesar de la muerte de Maradona y los contagios de coronavirus (fue el equipo más perjudicado por el virus junto a Banfield) demostró cómo se debe jugar o plantear un partido en algunos encuentros.

Para nuestros equipos en la década de 1990, sin importarme el cómo ni con qué plantel contaba (solo hay que hacer memoria o contarles a los que no nos vieron), con mucho, menos o nada, con el grupo bien conmigo o “camarillas” de hoy, técnicos en contra, siempre intentamos. Proponer ganar sin que importaran ni las canchas ni la camiseta ni los nombres del rival. Y tampoco la AFA.

Ni siquiera nos inhibía lo que deseaban nuestros propios directivos. Nosotros íbamos al frente, buscábamos provocar el error del rival lejos de Bossio. Nunca íbamos a esperar un centro, una bola quieta o un rival que falle para ganar donde sea.

Buscábamos ganar intentando y proponiendo siempre. Eso sí es ser Zubeldiano o Bilardista.

Don Osvaldo Juan Zubeldía, con medio equipo de jugadores con pobre historia y con el otro medio equipo elegido y creado por el grandísimo Miguel Ubaldo Ignomiriello con su “Tercera Matadora”, inició lo que hoy dicen falsamente que es la “mística o la familia” de Estudiantes.

Ellos venían de zafar del descenso y con un rejuntado de jugadores sin buen pasado, más el talento de los pibes, iniciaron una existencia de grandeza siempre yendo al frente. Y hoy Gimnasia no clasificó, pero su base de pibes es buena, eligiendo bien a jugadores experimentados a partir de ahora podría lograr algo.

Ahora piensen conmigo: ¿cuántos hay de inferiores en el plantel de Estudiantes hoy? ¡Casi nadie! ¿A qué juega el Pincha hoy? ¿Al temor? ¡Sí! ¿A meter cola atrás? Sí. Lo peor es que jugar así es tan feo como cómodo y eso se le transmite al hincha, a los jugadores de inferiores y hasta directivos o algunos periodistas.

Bilardo (otro prócer como técnico y muy bien ganado lo tiene) ni en 1975 ni en 1982 ni en el Mundial de 1986 se colgó del travesaño. Jamás lo hizo, salvo por mérito del rival. Siempre fue al frente. Esos equipos de Estudiantes atacaban desde la marca y te mataban. Como el Lobo de 1962, el de 1970 o el de Nito Veiga que ascendió. O el de Timoteo Griguol de 1996. Equipos ganadores que trasmitían.

Pregúntense conmigo: ¿por qué Vélez, Banfield o River cuando ponen pibes juegan muy bien? La respuesta es simple: saben a qué juegan los titulares y están trabajados para ello. Ganen o pierdan saben a qué jugar.

En Boca o Estudiantes esto no pasa, porque si los juveniles deben verse reflejados o jugar como los titulares, no sabrían a qué jugar.

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