La familia de Pareto, a flor de piel: un festejo en primer plano

La mamá (Mirta), los hermanos, una sobrina y amigos celebraron junto a la campeona. “Estoy muy feliz”, dijo emocionada la madre tras el oro

Todos allí, en Brasil, en el Arena Carioca 2, donde la Peque hizo historia (de la grande) en el deporte nacional a nivel olímpico ¡Y no es para menos! La primera mujer de la historia argentina que se cuelga y disfruta una medalla de oro.

Con esta, Argentina ya cuenta 19 desde aquellas primeras logradas en Ámsterdam 1928, y más: es la primera vez que Argentina gana una dorada en el día 1 de la competencia oficial. ¡Todo un sueño!

También para la familia y los amigos. Todos allí, sintiendo que Río 2016 podía guardar los mejores augurios para Paula. Y por eso el viaje: mamá Mirta, hermanos, una sobrina y amigos, abrazados hasta el infinito en la tribuna del estadio. Fue una tarde que quedará marcada con trazo grueso entre las hazañas familiares, que son también las hazañas grandes del judo y el deporte argentino.

Los hermanos se abrazan y se juntan con otros argentinos que también se emocionan. Se acerca la madre, grita por la Peque, llora, más lágrimas, más emoción para completar el álbum de logros con el más esperado: la dorada en Río. De la tribuna van a los vestuarios. Algún periodista que llega y empieza a registrar las primeras sensaciones de sus más íntimos. Curiosos e hinchas se siguen abrazando y se felicitan, se sacan fotos. Uno de los hermanos, con la campera oficial de la marca que viste a Paula, grita hasta entrar a los vestuarios, como si la prenda fuera la cábala del logro. “Mi hermana es una fiera”, vocifera Marco, emocionado.

Ya en el vestuario, los abrazos fueron infinitos, como los brindis de la noche. Y llora de nuevo Mirta: “¡Te dije, te dije! Íbamos a llevar la dorada. Estoy muy feliz”.