La U se tomó revancha y festejó
En el primer clásico nocturno de la historia, el cielo negro acompañó la victoria por 2-1 de Universitario
En la ventosa y fría noche de ayer Universitario se impuso a Santa Bárbara por como visitante y se quedó con el segundo clásico de la historia en la Primera A y el primero que se juega de noche.
El público comenzó a llegar bien temprano ya que desde las 20 horas jugaron los equipos de intermedia. Ese partido, el de la previa al duelo más esperado, se lo llevó el Tricolor por 5 a 3.
A las 21.45 saltaron los conjuntos a la cancha y se desató la euforia en las gradas. Fueron reconocidos los cuatro platenses que participaron recientemente con la selección Argentina.
En la primera rueda, en el primer clásico de la historia en la Primera A, Santa Bárbara se impuso como visitante sobre Universitario 3-2 con goles de Ignacio Salas, Felipe Oleastro y Gastón Berto. En tanto que Matías Zucca metió los dos del Negro de Gonnet.
La primera mitad comenzó muy pareja, con ambos equipos midiéndose e intentando encontrar el punto débil de su rival. Pero de a poco Universitario se fue adueñando de la bocha y de las acciones.
Presionó en cada sector de la cancha, lo que provocó una enorme cantidad de perdidas por el lado de Santa Bárbara.
Luego de un par de cortos desperdiciados por la visita, la tercera oportunidad fue la vencida. Isidro de Carli puso el 1 a 0 con un arrastrada abajo, para desatar la euforia de la parcialidad de la U.
Así se fue el primer tiempo. Con un gran desgaste físico de los jugadores del Negro de Gonnet y con la incertidumbre y la necesidad de mejorar de los hombres del Tricolor.
En el tiempo complementario, la U volvió a salir muy enchufado, pero los verdinegros estaban con mayor precisión. Así fue que a los 5 llegó la igualdad para el local gracias a Estanislao Pérez Pesado, quién tomó el rebote del arquero y la mandó a guardar.
Hasta que a los 20 la U reaccionó y tras un buen remate, Valentin Ladavaz desvió la bocha sobre el arquero y anotó el 2 a 1.
De esta manera, el Negro se tomó revancha y gracias a su arquero Renzo Marzola, que resistió, logró una enorme victoria para quedar a las puertas de la salvación.
