Mendoza: “En Madariaga debuté en Primera a los 14 años”
Con su gol ante Crucero del Norte, Diego Roberto Mendoza se convirtió en el foco de atención en Estudiantes, que necesitaba de un triunfo para ganar un voto de confianza luego de las salidas de Carrillo y Vera
El delantero de General Madariaga, nació el 30 de septiembre de 1992, justo el mismo año en el que la Selección Argentina le ganaba la Copa Rey Fahd a Dinamarca en el estadio mundialista de Mar del Plata, al cual su familia acudió para ver el partido por la cercanía del lugar.
A los cuatro años, Mendoza arrancó jugando en Juventud Unida, uno de los clubes más importantes que tiene el pueblo, y desempeñó hasta los catorce en la Liga Madariaguense de fútbol, enfrentando a los equipos de Villa Gesell y Pinamar.
“Debuté a los catorce en la Primera de Juventud, pero mi papá me dejó jugar cuatro partidos nada más. Cuando vio que a un pibe como yo lo mataban a patadas me sacó y no me dejó jugar más ahí”, confesó el delantero en diálogo con El Clásico de Radio Gol.
La historia del nuevo número 9 del Pincha se parece bastante a la de Guido Carrillo, con la salvedad de que Mendoza había mantenido oculto su participación en la Liga de su pueblo, llegando a debutar en la adolescencia en la Primera de su club.
“Después de esa experiencia me vine a probar a Estudiantes en 2007 y por suerte me aceptaron. Primero viví mucho tiempo en la pensión del Country y ahora lo hago en un departamento que es de mi familia”, contó el atacante de 1,82m. que sueña con no salir más del equipo.
“La verdad es que sufrí mucho cuando me tocó irme a préstamo. Siempre me prometí que iba a volver y si bien me salieron posibilidades para ir a jugar a otro club (San Martín de San Juan), me quise quedar para pelear un lugar”, señaló el delantero en contacto con este medio.
Diego Mendoza, quien formó parte de la categoría ’92 del Pincha, supo recorrer los 25 kilómetros que separan a General Madariaga de Pinamar en las calurosas tardes del verano del 2010 y 2011 para observar a algunos de sus compañeros que habían sido promovidos para hacer la pretemporada con el equipo de Sabella, como lo fueron Carlos Auzqui o Luciano Bonomo en su momento.
“Me acuerdo que iba a verlos a ellos y en el fondo pensaba que algún día me iba a tocar a mí”, confesó el atacante, quien después de cinco años puede sostener que valió la pena la espera.
