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Relato Gaúcho… River a la final de la Copa Libertadores

Gremio hizo tiempo toda la noche, escondió las pelotas y quedó eliminado. Iba ganando 1 a 0 hasta el minuto 36 del segundo tiempo, pero River lo dio vuelta en el tramo final con un gol de Santos Borré y otro del Pity Martínez por un penal que llegó tras la aplicación del VAR

Renato Gaúcho estaba a punto de hacer historia. Por se-gundo año consecutivo tenía la clasificación de su equipo a la Final de la Copa en el bolsillo.

Apeló a sus mañas: mandó a esconder las pelotas; ordenó hacer tiempo y que sus jugadores se queden en el piso cada vez que recibían una falta en contra. Pero el fútbol lo castigó y terminó empapado por la lluvia y la vergüenza…

Esta vez no se impuso el más efectivo, sino el más perseverante. El que agotó el esfuerzo y nunca se resignó a cambiar la historia. El que luchó sin cansancio y provocó lo que nadie imaginaba en Porto Alegre y Buenos Aires.

Este River de los milagros se metió en la Final de la Copa Libertadores, y ahora espera culminar su obra contra Palmeiras o Boca.

Ese eterno y clásico rival al que tiene alquilado en el último tiempo… Ayer el Millonario jugó mejor, fue superior y justificó la clasificación.

Una definición esquiva del Piti Martínez, un remate de Pratto y otro de Palacios en los primeros quince minutos fueron las credenciales del Millonario para justificar el mote de equipo copero que se viene ganando en los últimos años. Gremio no se desesperó, cortó las pelotas divididas y sacó todo lo que pasó cerca del arco de Grohe.

Ponzio lesionado...

Corría el minuto 23 con River haciendo un desgaste físico, pero sobre todo psicológico, buscando descontar a contrarreloj mientras transcurría el partido.

Leonardo Ponzio, capitán y responsable de mantener el equilibrio en la mitad de la cancha se tuvo que ir lesionado, y el equipo sintió la ausencia del referente en la mitad de la cancha.

Una versión deslucida de Enzo Pérez no alcanzó para ocupar correctamente el espacio que dejó el experimentado mediocampista, y encima en pocos el uruguayo Cunha le mostró al mendocino la tarjeta amarilla que lo condicionó.

Gremio creció en la cancha, se animó a pasar más al ataque y generó las primeras aproximaciones. Casi como un don Juan que le roba el corazón a las enamoradas del barrio, Michel cometió un acto de injusticia deportiva sacando un latigazo tras un rebote luego de un córner, que se desvió en Pratto y se le terminó metiendo a Franco Armani en el segundo palo.

Ni el más optimista torcedor de Gremio imaginaba semejante desenlace para un primer tiempo en el que River había jugado mejor y provocó las situaciones más claras para revertir el destino de la llave.

En la parte final, ya sin la misma fuerza por todo el esfuerzo realizado en el primer tiempo, River presentó batalla como aquel retador que tira manos al aire ante un campeón que maneja con criterio la pelea golpe por golpe.

Mucho suspenso, tensión y juego brusco encaminaban la llave a una definición de los brasileños, cuyos torcedores ya se veían en la Final. Sin embargo, una definición de Santos Borré le dio una luz de esperanza y el VAR con el árbitro Cunha hicieron el milagro: Tras un córner forzado, los asistentes le indicaron al juez del partido que un defensor de Gremio había rosado la pelota con la mano, y como ocurrió en el 50 con el Maracanazo, al vecino oriental no le pesó el compromiso: marcó penal y se fue custodiado por la policía.

“Los de afuera son de palo”, habrá pensado, sin dudar antes de marcar el punto de partida para el disparo del Pity Martínez que tuvo un destino inmortal. River tuvo el premio a la perseverancia por haber buscado la clasificación en Buenos Aires y Porto Alegre.

Ahora espera la mejor definición, agrandado y consciente de que el 2018 ya empezó a quedar en la historia…