Tensión en Brasil por el “apriete” de un barra de Estudiantes

Antes del partido con Suiza, un sujeto con la camiseta del Pincha exigió entradas en la puerta del hotel en el que concentraba la Argentina. Con la complicidad de la AFA y el kirchnerismo, varios delincuentes han podido ingresar a los estadios mundialistas

Incentivados desde 2009 por el kirchnerismo a través del nacimiento de la nefasta agrupación Hinchadas Unidas Argentinas, los barras “nacionales y populares” despliegan su impunidad por el país y también tienen períodos de “vacaciones” en los que sacan beneficios extras a partir de las facilidades que les otorga la AFA.

Así como pasó en Sudáfrica 2010, el Mundial de Brasil 2014 cuenta con la indeseada presencia de cientos de barrabravas argentinos que, por intermedio de sus vínculos con ciertos dirigentes afistas, se aseguraron entradas para presenciar los partidos del seleccionado albiceleste y obtener una cuantiosa ganancia a través de la reventa. No obstante, en esta cita ecuménica recibieron muchas más trabas de parte de la Policía brasileña que en el continente africano, lo que atentó contra sus espurios negociados.

En las últimas horas, este mundo mafioso alteró  la tranquilidad del plantel conducido por Alejandro Sabella. En la mañana del pasado lunes, minutos antes de que los futbolistas se entrenaran en el estadio Arena Corinthians, un hombre con gorra blanca y camiseta de Estudiantes se presentó de forma violenta en la puerta del hotel Pullman, donde habló con Carlos Salvador Bilardo. Este sujeto, que no pertenece al sector caracterizado de la hinchada albirroja denominado “Los Leales”, le entregó al Doctor una bandera con los colores del Pincha y la Selección poco antes de reclamarle la aparición de Claudio Gugnali, ayudante de campo de Pachorra.

“Vos que lo conocés,  decile a Claudio que venga a dar la cara. Llevásela (NR: en referencia a la bandera) que yo estoy acá. Vendí el auto y quiero mis entradas. Hasta a los Triperos les dieron entradas”, reclamó este individuo,  conocido como el Narigón, quien tiempo atrás mantuvo un cruce con gente de Seguridad del Country de City Bell. Este sujeto intentó colocar a un trabajador como Gugnali en la misma bolsa de la cúpula dirigencial de AFA, la verdadera responsable de sostener económicamente a delincuentes. Además, reflejó el peso que ganó “La 22” en la AFA, algo que ya había evidenciado en los días previos al inicio del Mundial, cuando marcó presencia en la sede de calle Viamonte.

La polémica actitud de este sujeto desataría severas consecuencias, ya que la barra oficial de Estudiantes, que se quedó en La Plata forjando vínculos con dirigentes y exjugadores con la mira puesta en las elecciones de septiembre, no se quedaría de brazos cruzados. El caso es que esta facción no ve con buenos ojos que se vincule a “la barra de Estudiantes” con esta situación en Brasil, ya que ellos de antemano optaron por alejarse del viaje mundialista para hacer hincapié en los venideros comicios en el club. 

Más allá de los controles de la Polícía brasileña, un grupo de barras (destacándose referentes de Independiente y Tristán Suárez) alcanzó su meta de ingresar a los estadios gracias al aval de importantes contactos afistas que les “levantaron la barrera”. 

Así lo explicó un conocido barra del Ascenso apodado Karma, uno de los impulsores de HUA. "Nos dieron las entradas para venir al Mundial por portarnos bien y no hacer ningún quilombo durante todo el año”, dijo.

En tanto, desde otros clubes denunciaron que la AFA había favorecido a barras de clubes grandes en el reparto de las entradas para Brasil. Por lo pronto, en Belo Horizonte reforzarán la seguridad en el predio Cidade do Galo.

En definitiva, mientras hinchas genuinos hacen malabares para darse el gusto de acompañar a la Selección al menos por unos días, los violentos solventan su estadía y reclaman bonus a partir del “apriete”. Son los “muchachos de los paraavalanchas”, como los calificó amistosamente alguna vez la presidenta Cristina Kirchner…

Crece el número de deportados

Un barra de Independiente y otro de Vélez fueron detenidos en el estadio Arena Corinthians de San Pablo mientras se jugaba el partido entre Argentina y Suiza.

La policía brasileña informó que los hinchas fueron identificados como Hernán Marino y Pedro Paz, integrante de la primera línea de "La Pandilla de Liniers". La fuerza de seguridad local los notificó sobre la aplicación de la Ley del Extranjero, por la cual se les otorgó 72 horas para salir del país.

Los barras, reconocidos por agentes de la Policía Federal Argentina que cooperan en la prevención de la violencia, integran el listado de 2.100 personas con prohibición de ingreso a los estadios mundialistas, que el Ministerio de Seguridad de la Nación le giró al gobierno de Brasil.

Además, el Ministerio de Justicia de Brasil informó que asciende a 32 el número de barras argentinos deportados del país desde el inicio del Mundial.

Por otra parte, se estima que en Brasil todavía hay 300 barras argentinos.