Trabajos a contrarreloj y muñecas como bienvenida al escenario de mañana
Por Juan Pablo Ferrari
Cobertura exclusiva desde Rusia
Un enorme camión azul se estaciona en la vereda del estadio de Nizhny Nóvgorod, en la rivera del Río Volga. La imponente catedral de Alexander Newsky sobresale en el horizonte. Todo es muestra de progresismo y modernidad, aunque todavía restan algunos detalles que no serán terminados a tiempo para el resto de los partidos de la Copa del Mundo.
Con puntualidad meridana, las puertas del estadio se abren para que los periodistas puedan ingresar a sus trabajos. Hay oficinas individuales y grupales esperando para el selecto grupo acreditado por la FIFA.
Con una cálida bienvenida la ciudad industrial de los autos y el progreso, los voluntarios que trabajan en la organización de la Copa ofrecen una réplica de las muñecas popularmente conocidas como "Mamushkas”. Esto provoca una respuesta agradable de los colegas, quienes reciben el juguete como chicos en el Día del niño.
“Son un símbolo de la integración rusa. Estas muñecas representan la integración de las diferentes colectividades soviéticas que conviven desde hace miles de años en estas tierras”, explica Iván, un instructor que contrató la FIFA y que es nativo del lugar.
Este obsequio es más que una simple y simpática muñeca de madera, que adentro tiene otra, que adentro tiene otra más pequeña. Es una especie de reflexión que los rusos quieren compartir a través del periodismo, dejando entrever que, con la unión y la integridad, se puede llegar a ser una potencia.
En el interior del estadio los trabajos siguen su marcha. El edificio tiene apenas dos meses luego de su inauguración (fue el 18 de abril) y mañana albergará el partido más importante de la segunda fecha de la fase de grupos del Mundial: Argentina-Croacia.
Nadie, por expresa bajada de línea de Vladimir Putín, quiere que algo salga mal. Lo único que no podrán evitar es el resultado deportivo, que en estas latitudes queremos que favorezca al equipo de Sampaoli.
Si siguen la tradición de las Mamushkas, mañana debe reinar la integración dentro de la cancha para volver a ser una potencia, aunque sea en el deporte…
Messi vende desde tasas de café hasta llaveros del Mundial
La presencia de Argentina en Nizhny Nóvgorod provocó una verdadera revolución industrial en el centro de la ciudad. Los comerciantes, copiando la estrategia de venta de productos oficiales de la Copa, apelaron a la cara de Lionel Messi para sacarle el jugo al Mundial.
Por ejemplo, una camiseta réplica de la Selección se puede conseguir a 50 dólares, algo así como 1.450 pesos argentinos. La misma, en una galería de calle Florida de Buenos Aires, se vende a 300 pesos.
Una tasa con la cara del capitán, en tanto, oscila los 10 dólares; una cartuchera para que los niños rusos lleven los útiles al colegio con los colores argentinos, se puede comprar por 9 dólares; mientras que un simple llavero se puede conseguir por alrededor de 150 pesos.
Asimismo, las casas de cambio sólo aceptan dólares o euros, y los argentinos se inclinan a pagar con tarjeta para ganarle a la conversión.