Tras el espanto, hay final entre CRIBA y Curuzú

“A mi hermano Gabriel le debo la vida”, contó a Hoy el hincha agredido, Cristian Soria. En el barrio quieren dedicarle el título. El fútbol continúa

De nada sirve pensar en cómo será esta final de verano o quién llega mejor, si antes no escuchamos la voz de alguien que prácticamente volvió de la muerte. El martes 28 de febrero CRIBA eliminó a Villa Lenci y un dramático pospartido desató una ola de violencia que por poco se lleva a Cristian Soria. 

No sirve volver a una cancha de fútbol sin reflexionar “dónde puede terminar una acción que se hace sin pensar”, tal como le dijo a Hoy la víctima, de 20 años, papá desde hace seis meses, al que siempre le divirtió ir a ver a su hermano Gabriel, recio mediocampista central, barbudo como los de antes, quien jugó profesionalmente un partido en Estudiantes (ver aparte). 

No sirve llegar a ADIP, donde hoy desde las 19.30 jugarán 90 minutos para determinar el ganador de la Copa de Campeones, sin mirar atrás, donde “ayer” nomás pudo haberse sufrido el peor capítulo de la historia liguista.

Bandera en la casa

“Fuerza Chichulo, no a la violencia”, reza el trapo que quedará por un largo tiempo en el comedor de la casa suburbana, de 5 bis entre 614 y 615. Cristian y Gabriel, hincha y jugador, dos hermanos, sonríen y lo miran como si ya hubiera pasado mucho. Incluso Cristian se lamenta de que esta tarde noche no pueda ver el último partido, porque al Azulado le cayó una sanción. De todos modos Gabi no jugará porque lo reservarán para el Federal C (el domingo tienen otra “final” ante Racing de Bavio).

El barrio Aeropuerto, donde vivieron siempre, los mencionó con pesar por el mal momento vivido en Villa Lenci. “Como me pasó a mí, le podía haber pasado a cualquier criatura, estábamos de festejo y terminamos en una desgracia con suerte. Cuando lo  pienso hasta digo: ¡mejor que me pegó a mí ese adoquín!, porque si agarraba a un nenito...”, dijo con su rostro aún inflamado, a la espera de una nueva operación (le pondrán una placa de platino en tres meses). 

“Detrás de la venda tiene carne y cerebro, le falta el hueso. Uno espera el finde para ver a la familia detrás del alambrado, pero cuando pasa esto recapacitás y pensás si en verdad querés que estén ahí”, remató Gabriel.

“Menos mal que papá se fue de vacaciones y no estuvo en la cancha”

La tarde en que CRIBA goleó a Lenci, Soria padre no pudo ir a la cancha. Rara vez sucede, pero esta vez don Pablo Ricardo, de 55 años, prefirió irse a descansar unos días a la Costa. Según los chicos, junto a Juana Dos Reis (47), son dos pilares de un hogar que vio crecer a cuatro varones y cuatro mujeres (Belén de 31, Paola de 30, Natalia de 28, Ricardo de 26, Gabriel de 23, Cristian de 20, Priscila de 13 y Mauricio de 7).

“Menos mal que papá se fue de vacaciones, fue el único partido que se perdió. Uriel Parrado (DT y presidente de CRIBA) quiso ir a buscarlo a la Costa pero le dijimos que no, bastante hizo con acompañarnos al hospital en el día de su cumpleaños. Papá se enteró recién cuando volvió”, explicó Cristian, que remató su experiencia con esta frase: “Ir a ver a CRIBA es como ir a ver a tu segunda familia, yo no me quiero perder esta fiesta, y por eso deseo que el día de mañana mi hijo tenga puesta la camiseta de este club de barrio y decirle: Acá jugó tu tío. La vida me sonríe una vez más y me deja vivirla. Pero que esto que me pasó a mí sirva y que pueda evitarse”. Su hermano reflexionó: “No creo que el presidente de Villa Lenci haya querido esto, pero hubo gente que se portó muy mal”.