Un día como hoy nacía un verdadero Maestro del fútbol: Carlos Timoteo Griguol

Hoy es el cumpleaños número 79 de Carlos Timoteo Griguol, el Viejo, el hombre que llevó a Gimnasia a un pedestal inimaginable.

Nació un 4 de septiembre de 1936, en Las Palmas, Córdoba. Como futbolista sólo formó parte de Atlanta y Rosario Central, desde 1956 hasta 1969, y en total jugó 392 partidos (entre Primera División, Copa Suecia y Copa Argentina) convirtiendo 32 goles. Su único título lo obtuvo en 1957 en Atlanta y fue la Copa Suecia.

Sin embargo, en su etapa como entrenador es donde alcanzaría el mayor prestigio. Luego de colgar los botines en 1969 en Rosario Central, comenzó a dirigir las divisiones inferiores del elenco rosarino y la Primera en 1971. Dos años más tarde, logró su primer título: el Campeonato Nacional 1973. Ese equipo será recordado por siempre como "Los Picapiedras", rústico pero efectivo.

En esos años, Griguol llevó al equipo "Canalla" a los primeros planos. Logró el subcampeonato en el Metropolitano 1974 y Nacional de ese mismo año y disputó la Copa Libertadores de 1974 y la del 1975. En esta última alcanzó las semifinales.

Con pasos breves en los Tecos de Guadalajara de México (1977-1978), nuevamente Rosario Central y Kimberley de Mar del Plata (1979), llegaría a Ferro Carril Oeste en 1979 y permanecería allí hasta 1987. En el equipo de Caballito también pasaría a la historia al obtener los únicos dos títulos del club: los Torneos Nacionales de 1982 (de forma invicta) y 1984.

El salto grande lo dio en 1987 cuando asumió en River. Pese a lograr la Copa Interamericana de ese mismo año y ante el Deportivo Alajuelense de Costa Rica, debió irse en medio de peleas internas y dirigenciales.

Llegaría un nuevo paso por Ferro pero el sello lo dejaría en Gimnasia. El 29 de octubre de 1994 se calzó el buzo de director técnico tripero por primera vez y, como no podía ser de otra manera, fue con un triunfo bajo el brazo: 2 a 0 a Platense en el Bosque. 

A partir de entonces un amor de ida y vuelta floreció a paso veloz entre los pasillos del club, los árboles del Bosque y las instalaciones de Estancia Chica. Eran épocas de cambios; de cambios para bien. La campaña del Clausura ´95 fue excepcional.  Y también la del año siguiente, cuando aquel equipazo que dejó su marca de fuego en la historia del fútbol argentino, que ganaba, gustaba y goleaba, se quedó a centímetros de la gloria. Aquel equipo goleó a Boca y Racing por 6 a 0.

En el 1998 la historia se volvió a repetir. Esa vez, el Lobo terminó segundo detrás de Boca. A esa altura, Gimnasia ya había aprendido a codearse con los grandes del fútbol argentino. Y todo hallaba su explicación en una sola causa: la mano del Maestro Griguol, que había llevado al Lobo hacia la elite de los clubes del país. Siempre arriba, peleando campeonatos. Y mientras tanto emergía con luz propia una cantera de juveniles nunca antes vista por el mundo albiazul.

Todo lo que vino después tuvo, de alguna manera u otra, retazos griguolistas. El Viejo se fue en 1999 pero no tardó en emprender el regreso: un año más tarde, el 14 de julio del 2000, volvió entre los árboles del Bosque y, claro, con un triunfo: 2 a 1 sobre Racing. La segunda estadía del Viejo fue efímera y duró poco más de un año. 

Su tercera etapa comenzó en octubre del 2003 (obviamente con victoria incluida: 1 a 0 ante Independiente) y se extendió poco menos de un año: en junio del 2004 Timoteo pegó el portazo. Ya no se lo iba a volver a ver con el buzo de entrenador tripero; tampoco, rompiendo el pecho de los jugadores en la manga antes de salir a la cancha.

De la mano de Timoteo Gimnasia se había consolidado como una entidad modelo.

Para algunos, un técnico más. Para otros (la gran mayoría), el responsable directo de la mejor época de la historia del Club. Pero lo que nadie podrá discutir es que el Viejo Griguol siempre tendrá una página propia entre los libros de cepa bien tripera.