Un lustro negro para los grandes argentinos


Sumidos en crisis dirigenciales con el respectivo impacto en lo deportivo, los clubes más grandes del fútbol argentino tuvieron unos últimos cinco años donde algunos anotaron las páginas más negras de sus riquísimas historias.


Los casos más extremos, claro está, son los de River e Independiente, que por primera vez descendieron a la segunda división del fútbol criollo. Independiente perdió el título del equipo más antiguo de Primera División, lugar al que llegó en 1912 al consagrase campeón de la Segunda. Ahora Boca lo reemplazó, al obtener el mismo logro en 1913 y nunca más bajar de categoría.


Por su parte, los de Nuñez tuvieron el mayor disgusto de su historia el 26 de junio de 2011, al perder la Promoción frente a Belgrano, tras perder 2 a 0 en Córdoba y empatar 1 a 1 en el Monumental, con un final escandaloso. Volvió rápidamente a Primera, no sin antes pasar varios tragos amargos ante rivales menores que le hicieron la vida imposible.


En tanto, Racing y San Lorenzo se salvaron por poco de repetir los descensos que sufrieron a principios de los ´80, ya que ambos clubes salieron airosos de promociones. Los racingistas superaron en junio de 2008 a Belgrano, al empatar 1 a 1 en Córdoba y ganar 1 a 0 en Avellaneda, mientras que San Lorenzo pasó por arriba a Instituto, cuando el año pasado lo superó con un 2 a 0 en Córdoba y un 1 a 1 en Buenos Aires.


El único que se salvó de poner en juego su prestigio como equipo de Primera es Boca, que sin embargo en estos cinco años realizó sus dos peores campeonatos en torneos cortos: en el Clausura 2010 salió 16to con 20 puntos y ahora, a falta de una fecha, tiene 17 y se ubica 18vo.


En cuanto a los logros, entre los cinco grandes del fútbol argentino sólo pudieron cosechar seis títulos. Nuevamente, la actuación de Boca es la más destacada: Recopa ´08, Apertura ´08, Apertura ´11 y Copa Argentina ´12; mientras que River ganó el Clausura ´08 e Independiente la Sudamericana ´10. Por su parte, Racing y San Lorenzo se quedaron con las manos vacías.