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Un viaje al interior de la estrella número 11... La “Rastrujita” de la cábala sigue sumando kilómetros

Al cumplirse 10 años de la obtención del Torneo Apertura 2010 de Estudiantes, habló Eduardo Vidal, el dueño de la Rastrujita, el vehículo cábala de aquella campaña que hoy se mantiene vigente y continúa sumando viajes en 44 y 145. Fue el auto que homenajeó a Juan Sebastián Verón con la estrella número 11 en la puerta.

Eduardo Vidal tiene 55 años. Hace 10 saltó a la fama por ser el dueño de la “Rastrujita”. Un vehículo cábala del equipo de Pachorra Sabella en la campaña del Torneo Apertura 2010, que tuvo su consagración el 12 de diciembre, un día como hoy pero una década atrás.

Fue la estrella 11, un número significativo para el máximo referente del club, hoy presidente y por entonces jugador y capitán.

La idolatría muchas veces lleva a los fanáticos a tomarse las cosas demasiado en serio y seguir el mandato de los referentes. Parte de lo ocurrido en esta historia, indica que Vidal se dejó llevar por las declaraciones de la Brujita y compró un Rastrojero modelo 1966 para recorrer la campaña del equipo por todo el país.

A aquel Estudiantes de 2010 no le sobraban tantas cosas como al equipo que en 2009 había ganado la Copa Libertadores. Ya se había ido Boselli, no estaba Angeleri, Alayes o Calderón, y Agustín Orión había reemplazado a Mariano Andújar.

El “Rorro” López llegó lesionado y jugó muy poco, obligando a Pachorra a inventar a la “Gata” Fernández como número 9, a Marcos Rojo y Mercado como laterales volantes y soltar a Enzo Pérez como un segundo media punta libre y vertical.

Por momentos a los ponchazos y sin la contundencia que tenía el equipo de Simeone en 2006, Estudiantes peleó primero con San Lorenzo y luego con Vélez en la parte final del certamen.

Ramón Díaz, filoso declarante, había calificado a su equipo como un Ford Falcón, por lo seguro y rendidor. Sebastián Verón, suelto de palabras, le contestó diciendo que el Pincha de 2010 era como un Rastrojero, un poco lento pero que ofrecía garantías para llegar a la meta. Y así fue.

El cruce dialéctico se dio en agosto de 2010 y tras escuchar a Verón, Eduardo Vidal salió a recorrer el país buscando un Rastrojero al que ploteó con los colores de Estudiantes, le estampó la estrella 11 por Verón y terminó siendo la cábala de aquel conjunto de Sabella, que celebrará desde el cielo.
“Es un año muy especial. Tal vez no es un festejo más. Pero la firma de Alejandro está acá, en el capot, y no se va más. Él le puso la firma a ese campeonato y yo conservo el recuerdo en la camioneta.

–¿Por qué compraste la camioneta?

–Porque lo escuché a Verón. Son esas locuras que despierta el fútbol en los hinchas.

–¿Dónde lo conseguiste?

–Estuvimos unas semanas recorriendo el país para comprar un Rastrojero del año 1966 en buen estado. Recién lo pude conseguir en 9 de Julio. Era de color verde…

–¿Enseguida lo pintaste?

–Sí, claro. Empecé a ir a Country a la par de que se iban ganando los partidos. Y como Estudiantes jugaba de local en la cancha de Quilmes, lo estacionaba siempre en el mismo lugar.

–¿Verón nunca te lo quiso comprar?

–Naaa. Se acercaron a sacarse fotos y lo firmaron. Tengo los autógrafos de los jugadores en el capot. Después del campeonato les puse una capa especial de laca transparente para que no pudieran borrarse con el paso del tiempo. Y así se conversó.

–Después de ese torneo Estudiantes no volvió a ganar un título…

–Y bueno, será la cábala que habrá que repetir…

–¿Cuál fue el viaje más largo que hiciste?

–A Mar del Plata después de haber ganado el campeonato.

–¿Ahora qué utilidad le das?

–Yo tengo una casa de repuestos y lo usamos para hacer los mandados o buscar repuestos. El empleado que lo maneja es hincha de Boca. No sabés las gastadas que se come…

–¿Y nunca te lo quisieron dañar porque es un auto ploteado con los colores de un club?

–Sí, le tiraron un par de piedras y llegaron a romper el parabrisas. Pero la Rastrujita se la banca.

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