Una previa distinta, pero con la misma pasión
A diferencia de lo que había sido la multitud que estuvo en Porto Alegre, los argentinos coparon la parada de una gigantesca San Pablo a su manera. Hubo chicanas con los brasileños y los suizos se sumaron al clima mundialista. Otra vez todo fue albiceleste
Lejos de ser Porto Alegre, teniendo en cuenta las distancias y la cantidad de habitantes que tiene San Pablo con respecto a la ciudad gaúcha y nuestro país, Argentina estuvo lejos de ser local en el encuentro de cuartos de final, aunque, como no podía ser de otra manera, se hizo sentir con sus colores y cánticos desde bien temprano.
La parada era bien diferente porque no había tantas entradas adquiridas y la lejanía no permitía el sencillo traslado en automóvil, ni siquiera para instalarse en las cercanías de la sede o para asistir al Fan Fest de San Pablo.
Sin embargo, los argentinos se la rebuscaron para hacerse notar y tres horas antes ya plantaron bandera en las afueras de la cancha, con los colores celeste y blanco y los famosos cánticos que vienen repitiéndose a lo largo de estos compromisos.
Muchos vuelos relámpagos llegaron sobre la hora y fue así como, además de que San Pablo es una ciudad que suele colapsarse, las rutas de acceso quedaron congestionadas por la cantidad de vehículos que tomaron esos caminos para llegar al Arena Corinthians. Pero no todo fue en tono festivo, porque en las adyacencias del estadio se generó un clima tenso entre argentinos y brasileños por la marcada rivalidad que posteriormente se trasladaría al interior del escenario.
Además de las camisetas argentinas también se vieron muchas de Corinthians y Palmeiras, los clubes más tradicionales de San Pablo, mientras que los gritos de “Maradona maricón, Maradona maricón...” buscaron copar la parada por parte de los nativos.
De todas maneras hubo un importante operativo de seguridad, similar al que se dio en el estreno mundialista entre Brasil y Croacia en ese misma lugar.
Por otra parte, también estuvo presente la tradicional “reventa”, a tal punto que muchas entradas que no llegaron a revenderse en los días previos fueron “rematadas” a menos de 1000 dólares (varios las adquirieron por u$s 700), cuando siempre rondaron por los 1300.
Más allá de esos aportes de color y otras curiosidades que se dieron, no hubo incidentes en los minutos antes del partido más allá de los característicos cruces de palabras y chicanas entre argentinos y, en este caso, los paulistas.
Así fue como se dio toda la previa del cuarto cotejo mundialista, en el que los argentinos contrarrestaron a la enorme cantidad de brasileños, al mismo tiempo que sobrepasaron a los escasos suizos, que no dejaron de sorprenderse con la pasión albiceleste.
El juego tuitero entre Federer y Del Potro
Desde Wimbledon, Roger Federer siguió el partido de Suiza a su manera y publicó una foto tapado con una toalla. Y, aprovechando la ocasión, Juan Martín del Potro lo chicaneó. “Tus muchachos hicieron un gran partido, pero… Buena suerte en Wimbledon haha :)”, tiró Delpo en la red social.