Entrevista Exclusiva

A 20 años de su estreno, la vuelta de Okupas

Se trata de una serie bisagra en la televisión nacional, guardada en un cajón como los grandes recuerdos. Con música de Santiago Motorizado y un importante trabajo de restauración, vuelve a la pantalla con un potente mensaje.

Corría el año 2001, la televisión local seguía repitiendo estereotipos en la ficción, fórmulas probadas, sin arriesgarse y el costumbrismo hacia mella en todos los programas. En ese contexto, Bruno Stagnaro supo llevar adelante Okupas, rompiendo paradigmas con la historia de Ricardo (Rodrigo de la Serna), Pollo (Diego Alonso), Walter (Ariel Staltari) y Chiqui (Franco Tirri), cuatro amigos que forjarán un vínculo único. Diario Hoy dialogó con Ariel Staltari y Jorge Sesán (Miguel) para saber detalles de este regreso a Netflix, con su propuesta intacta.

—A diferencia de otras reposiciones, la serie en la plataforma se verá totalmente renovada, ¿qué significa el reestreno para ustedes en este contexto?

—Jorge Sesán: Para mí es una alegría enorme por todos los que participamos del proyecto, y que veinte años después siga teniendo la vigencia que tiene, me pone muy contento, y además me tranquiliza también que todo está siendo supervisado por Bruno.

—¿Cómo llegaste al programa?

—Ariel Staltari: Yo estaba estudiando actuación con Lito Cruz y un amigo me obligó a ir a un casting, fui, lo hice, eso fue un viernes y el martes estaba firmando el contrato. Para mí era como un juego más que un trabajo.

—Jorge, cuando te llegó la propuesta de encarnar a Miguel en la mitad de la serie, ¿cómo lo viviste?

—JS: Para mí fue algo bueno, yo era el utilero de Okupas, por lo que ya estaba en el rodaje, así que cuando me tocó entrar en el personaje yo ya venía viendo todo y pude ingresar en la relación de todos los personajes. Haber estado detrás de cámaras en los capítulos anteriores, me dio muchísimas herramientas, lo mismo venir hablando con Bruno. Era algo pactado desde el inicio del programa. Eso me ayudó mucho para encarar el personaje e ingresar en la historia.

—Ariel, ¿qué recuerdos particulares tenés sobre el rodaje?

—AS: Del rodaje, después me termino dando cuenta, por lo que te decía que lo tomaba como un juego, y de estar en motorhomes, que te traigan cafecitos, que te traten bien, y mal también, del valor del proyecto, porque nosotros comíamos en la vereda, nos cambiábamos en la calle, rodábamos toda la noche, al otro día también, dormíamos en un auto tirados. El esfuerzo lo hacíamos los actores y el equipo también, si el grupo no hubiese existido como existió, sin miserias humanas y envidias, y poniéndole el hombro como le puso, sería inviable, hoy sería inviable, por lo que el grupo humano que armamos, fue fundamental para que todo fluyera y se convirtiera en lo que después se convirtió.

—La plataforma decidió estrenar la serie el Día del Amigo, ¿qué opinión les merece?

—AS: No puede haber una jugada más luminosa y maravillosa que estrenarla el día del amigo, me pareció algo brillante la verdad. Porque justamente lo que más rescato yo de la historia es el vínculo de amistad, es lo más potente y lo que a mí particularmente me atrajo del proyecto, y es algo que no va a cambiar jamás, cómo se gesta la amistad de los cuatros entre sí, y el vínculo que forjan, y lo desgarrador del final es muy potente, porque es ideal para el día del amigo.

—¿Cómo estuvieron conectados con Okupas durante este tiempo que no se veía el programa?

—JS: Siempre estuvo muy presente durante este tiempo, hay nuevas generaciones que lo vieron, que conocen los diálogos de todos los personajes, es como si nunca hubiera salido del aire la serie. Esto hasta el día de hoy y ahora con el reestreno, más aún.

—Los espacios de Okupas de la Ciudad de Buenos Aires que reflejaba cambiaron, de hecho arriba de uno de los baldíos ahora hay un centro cultural…

—AS: En el baldío donde enterré a Severino hice una obra de Florencio Sánchez dirigido por Eva Halac, en el CCC, frente a l Teatro San Martín.

—Nada más ni nada menos…

—AS: Una obra además que era increíble, donde interpreté al mismísimo Florencio Sánchez, y me comí un viaje increíble, porque sentía una mística potente por estar parado en el mismo lugar donde había estado tiempo atrás haciendo Okupas.

—A la distancia, y habiendo realizado proyectos delante y detrás de cámara ¿qué recuerdos tenés Jorge de ese rodaje y cómo lo ves como texto, como narrativa?

—JS: Siento que a partir de Okupas aparecieron muchos otros programas que giraron en torno a “lo marginal”, y hay que ver qué es “ser marginal”. Para mí Okupas es todo lo contrario, es una serie sobre emociones humanas, y en realidad, además, Okupas termina siendo una desgracia, por todo lo que pasa en el programa con los personajes, muestra que si “andas mal, terminás mal” y todos esos programas que vinieron después lo mostraron como si fuera una forma de vida divertida.

Santiago Motorizado le pone música al programa

Fan declarado del programa, Santiago Motorizado es el encargado de devolverle sonido a Okupas en su presentación de Netflix. Con él hablamos en exclusiva.

—¿Qué recuerdos tenés de la serie?

—Soy fan de primera hora de Okupas. Cuando lo estrenaron en Canal 7 recuerdo de haberlo enganchado sin querer, de estar haciendo zapping y llegar a una escena en la que El Pollo está reclamando parte de su dinero en la casa de El Negro Pablo, empiezan a hablar y me quedé detenido porque no entendía si era un documental, era muy raro, muy realista, después la escena icónica en la que Rodrigo de la Serna vuelve al Doque a buscar a El Pollo y recuerdo quedarme enloquecido, y buscaba en casa, que siempre había mucha gente, somos muchos hermanos y vivía mi abuela, para si alguien estaba mirando lo mismo. Ese capítulo es el cuatro. Después vi la repetición en Azul TV, la grabé en VHS y los vi como 30 veces, muy fan soy.

—¿Cómo es ahora ser parte del proyecto que la pone en valor?

—Es como un sueño, un sueño raro, porque nunca soñé ser parte de Okupas, porque ya estaba cerrada, pero surgió que a partir del pequeño problema de los derechos de algunas canciones, Bruno me llamó primero para incorporar temas de Él Mató… y después para componer las piezas musicales que debían ser reemplazadas, y era increíble. Ese primer llamado, conocerlo, soy fan de él, y también genial que iba a estar Okupas disponibles en buena calidad. El proceso fue increíble, casi un año trabajando con las canciones, ponerlas en las escenas que conocía a la perfección, ser parte de Okupas es una cosa increíble, y hermosa que me salvó la cuarentena y ya extraño, porque ya entregamos todo y me siento vacío y además que sé que nunca voy a hacer algo tan genial como Okupas, qué te parece.

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