Adriana Balaguer: “La imagen es el refugio o el límite para Alan Faena”

La periodista accedió al universo íntimo del extravagante empresario de la moda y del mundo inmobiliario con el fin de escribir su biografía no autorizada

Después de editar dos libros exitosos sobre la política y el poder, Adriana Balaguer quiso escribir una biografía sobre un personaje público del que se supiera muy poco. Así fue que pensó en Alan Faena, un hombre con un aura misteriosa, excéntrico e innovador, siempre rodeado de mujeres hermosas y amigos famosos. 

Con el aval de la editorial Planeta, la escritora puso manos a la obra e inició una investigación para ahondar en cómo el empresario se convirtió en el arquitecto de su propio poder. El libro cuenta lo que fueron sus primeros pasos en la moda con la marca Vía Vai, hasta su actualidad como magnate hotelero e inmobiliario.

En una charla con este medio, Balaguer habló sobre las cien entrevistas que realizó a amigos y familiares de Faena para conocer lo más íntimo de su personalidad. Además, accedió a su obra tanto en el complejo de Puerto Madero como en el distrito que lleva su nombre en Miami. 

—¿De qué manera te acercaste a Alan?

—Le conté que iba a hacer un libro sobre su vida. Primero me dijo que le parecía que iba a ser muy aburrido (risas). Después me preguntó qué pensaba hacer si no aceptaba que lo entrevistara, y como le dije que el libro saldría sí o sí, es decir, con su versión de los hechos o sin ella, entonces me dijo  que me daría las entrevistas y me facilitaría el acceso a su entorno. Lo entrevisté en cinco oportunidades, entre Buenos Aires y Miami. Recorrí sus lugares, traté de ver la obra con sus ojos y busqué entenderlo. 

—¿Cómo pudiste contactar a las 100 personas más cercanas a él para construir un relato sobre su vida?

—A medida que iba conversando con él, me di cuenta de que era indispensable contrastar su versión con la voz de otros, porque ellos también nos integran. Quería escuchar a la gente que lo quiere, lo respeta, que lo consideraba un competidor, lo admira o envidia. También me interesó conocer la mirada de sus exmujeres, sus colaboradores, los socios y los amigos de su infancia. De esta manera, hablé con las personas que lo acompañaron en su proceso de crecimiento y con esas voces armé la semblanza de Alan Faena. Además, el libro es un recorrido por la historia de nuestro país durante los últimos 30 años, es por ello que busqué testimonios que me ayudaron a reconstruirla. Así pude saber qué significó para los empresarios vivir y atravesar todo eso. 

—Los prejuicios están instalados sobre el perfil de este hombre, ¿en dónde termina el personaje e inicia la vida de un ser humano común y corriente?

—Existe un personaje para el afuera y un tipo bastante normal para el adentro, con su gente, su entorno. Es un buen amigo. Es más, Charly García lo considera un hermano, porque Alan siempre estuvo a su lado. Cuando se escapaba de las rehabilitaciones y lo recibía en el hotel, montaba una habitación de hospital en cualquiera de los departamentos del Faena para ayudarlo a recuperarse. Por ejemplo, Nicolás Repetto es su amigo desde antes de que se convirtiera en un hombre público. La imagen es el refugio o el límite para Alan Faena. Es lo que elige mostrar. 

—Hubo una infinidad de rumores sobre su fortuna, ¿pudiste acercarte a la verdad y desmentir que se convirtió en un testaferro del poder?

—Quería entrevistar a Len Blavatnik, socio y amigo multimillonario que financió los proyectos del empresario. Si bien el origen de su fortuna ha llegado a generar suspicacias, lo cierto es que hoy esta persona, “El Ruso”, es el hombre más rico de Gran Bretaña y ya le han pasado el escáner del derecho y del revés. 

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