entrevista

Ana María Picchio: “Ahora entiendo por qué los chicos se copan tanto”

Es la primera vez que dobla a un personaje de una película animada y aunque tenía dudas asegura que volvería a hacerlo.

Robotia, la película, de Diego Cagide y Diego Lucero, ya está en los cines argentinos, y uno de sus personajes, la directora, tiene la voz de Ana María Picchio. Con ella hablamos.

―Antes de hablar de la película, quiero que vos me cuentes ¿qué dibujitos recordás de cuando vos eras chica y por ahí imaginabas ponerle voces y demás?

―La verdad es que yo nací en una era donde esas cosas no existían. Imagínate que los libros no traían dibujos, era nada más lectura. Yo no me imaginaba y la televisión llegó mucho tiempo después.

―¿Tal vez en el cine alguna película animada?

―Tampoco iba al cine. Veíamos cine en la iglesia del barrio. Y las películas eran de terror. Estaban buenísimas. Pero no eran infantiles. Marcelino pan y vino, por ejemplo, era todo de terror. Después a la noche no podíamos dormir, pero como era la iglesia, mi mamá decía, “bueno por algo será”.

―Contame un poco de esta experiencia, te convocan, te dicen Bueno, vas a ponerle la voz a la directora, este personaje tan particular...

―Sí, tan particular. Me convocan. Yo no sabía cuál era la convocatoria, qué tenía que hacer yo. Cuando me enteré, cuando me pusieron el sincro ahí delante mio, digo Ay, esto es justo lo que yo no sé hacer. Esto es lo que hice con todas las películas argentinas, porque en esa época había que doblar y los directores con los que yo he trabajado eran muy puntillosos. No era más o menos, lo tenías que hacer perfecto. Hasta Isabel Sarli lo hacía perfecto. Los doblajes eran en Alex. Y entonces el que dirigía el doblaje era un actor que se llamaba Aldo Barbero.

―Nada más ni nada menos…

―Sí, y tenía una paciencia. Un día se hartó tanto de mí cuando estaba grabando Breve Cielo que me dijo Vení Ana María, te voy a mostrar cómo graba una actriz. Y me mostró cómo grababa Isabel Sarli una escena que no te la puedo decir porque nos van a censurar. Pero yo dije Ahora sí entendí, gracias, volvamos al nuestro. Y bueno, me daba mucho trabajo porque no lograba poner la intención que tenía el fotograma con la que me salía en ese momento. Pero acá, no sé lo que pasó, los chicos estos son muy buenos técnicos, excelentes. Entonces me decían dentro de esta frase y esta frase podés ponerla. Pero no con tanta rectitud porque aparte los dibujitos, las boquitas de la profesora, la directora que yo hago, no se mueve como una persona. Se mueve por arriba, por abajo, por arriba. Era más fácil. Pero de todos modos, me decían, ¿Querés tomar un café? No, gracias, no. ¿Querés ir al baño? No quiero. Quiero estar en casa. Quería terminar bien. Porque había tanta buena onda ahí que pensé Esto lo tengo que hacer bien si no me mato. Y entonces me dijeron Mira, ¿no querés que sigamos mañana? No, yo lo termino hoy. Y así fue. Gran concentración puse, gran amor. Y en un momento me empecé a divertir. Me empecé a divertir porque empezaron a aparecer escenas del último Mundial de fútbol, escenas muy reconocidas, donde yo, que no soy una especialista, empecé a reconocer eso. Y ahí me empecé a divertir muchísimo. Y salió lindo, muy lindo.

―¿Vos pudiste verte después? ¿Te gustó como quedó?

―Sí, me encantó como quedó. Es más, hasta me enterneció. Volví a creerme que esos personajitos son de carne y hueso. Te juro.

―Y tu personaje tiene toda una transformación también, no es la mala, mala…

―Totalmente, y además también la pica con la otra directora, todo eso, como esos celos típicos, ¿no? Pero bueno, al final entendió y es muy humana. Ahora entiendo por qué los chicos se copan tanto. Porque en algún momento decís Pero son personas, tienen sentimientos, reaccionan como las personas. Sí, estoy muy contenta de haberlo hecho.

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