“Antes, a los ídolos se los respetaba”

El periodista Jorge Lafauci habló de su libro, donde hace un largo recorrido por el espectáculo, desde Tita Merello y Carlos Monzón, hasta Pampita y Marcelo Tinelli. “En mi época, no podías criticar a Mirtha Legrand”, confesó 

Qué tienen en común Marcelo Tinelli y Pepita la Pistolera? ¿Cuál es el nexo entre Tita Merello y Pampita? ¿Qué une a la Coca Sarli con los mediáticos del histórico programa Zap, de Marcelo Polino? La respuesta es Jorge Lafauci, y todo está guardado en su memoria. Por eso, el periodista decidió escribir, a los 73 años (hoy cumple 74), sus vivencias en el mundo de la farándula en el libro Un siglo de secretos en el espectáculo, donde se mezcla su larga experiencia en el medio con los devenires políticos y sociales de la centuria pasada. 

Pero esta historia no comenzó en ninguna revista ni panel televisivo, sino en la Universidad de Buenos Aires, donde este profesor, devenido jurado de baile, mediático y periodista multifacético, compartía los chimentos de última hora con sus compañeros de clase, en los años 60. “Cuando estudiaba Filosofía y Letras, hasta el más intelectual me llegó a preguntar por el romance entre Susana Giménez y Carlos Monzón. En ese momento, me di cuenta de que lo popular había trascendido todos los gustos y clases, hasta llegar a la universidad”, recordó Lafauci sobre sus años entre los pupitres de la facultad y la redacción en las revistas de noticias. 

“La carrera me llevó por otros rumbos. Cuando me recibí, dejé la tarea de profesor y me dediqué al periodismo. Estaba casado y tenía un hijo. No había tiempo para sentarme a escribir”, explicó en una charla íntima con este medio. La vida, de hecho, lo llevó por distintos rumbos y, en el camino, Lafauci debió reinventarse constantemente. “Cuando me echaron, en la crisis de 2001, no estaba en edad de jubilarme, pero me pude reciclar, ya que en 1998 ingresé a la televisión”, comentó el periodista, que estuvo en Zap, el histórico programa de los personajes mediáticos que en 2001 invadieron la televisión, comandados por Marcelo Polino. Mientras ellos se peleaban, Jorge leía un libro y disparaba sus dardos ácidos contra las nuevas y disparatadas figuras. 

Ahí, una vez más, su vida cambió. De pronto, él se volvió popular. Incluso, durante un homenaje a Sandro en el Congreso, la gente lo aclamó como a una celebridad. Eran sus tiempos como jurado de Bailando por un sueño, donde hacía de malo, muy malo. Al lado suyo estaban Mirtha Legrand  y muchos otros famosos, pero el pueblo, desde la calle, lo vitoreaba a él. “No lo podía creer, era apabullante”, dijo Lafauci, que siempre estuvo del otro lado, en el lugar de la tinta y el papel, buscando la primicia, contando o callando los escándalos en tercera persona. 

—¿Qué historias recordás?

—En el libro cuento de todo. Una vez, estuve una semana viviendo con Pepita la Pistolera en Mar del Plata. Definitivamente era una mujer de armas tomar. Yo tenía esa relación con los artistas, era como su psicoanalista en los 70. Norma Aleandro, Marilina Ross, Federico Luppi: todos me acercaban sus confidencias, y yo no estaba autorizado a revelarlas. Si veía a un actor de trampa, no lo decía, porque había una premisa:  antes, a los ídolos se los respetaba. No los podías destruir, porque la gente los había elegido. Por ejemplo, en mi época no podías criticar a Mirtha Legrand ni a Palito Ortega. 

—Las cosas cambiaron mucho… 

—Sí, todo cambió. Antes llamabas a la Coca Sarli o a Tita Merello y te atendían ellas mismas. No había ni jefes de prensa. 

—¿Cómo ves hoy a las nuevas figuras?

—No sé, porque no las conozco, es difícil que hagan carrera. Ves cinco veces seguidas un programa y seguís sin reconocer a las nuevas figuras, porque cambian todo el tiempo. Me pierdo un poco. 

—¿No ves a alguna joven con futuro de estrella?

—La nueva película de Pampita la coloca en un nivel de actriz. Ella está bien, pero el filme no me gustó, es muy bizarro, me hizo acordar al cine de Isabel Sarli. Estábamos en una sala y nos mirábamos todos, no sabíamos si era broma o verdad. Sin embargo, Pampita no hizo una gran carrera, salvo como modelo. Ella es el caso de una figura que está triunfando, pero hay que ver si se mantiene. Lo más difícil es durar. ¿Cuántas veces vimos figuritas simpáticas en lo de Tinelli, que ya no están? 

En todo este tiempo, muchas estrellas se extinguieron. Algunas fueron fugaces, otras apagaron su luz lentamente. Varias se perdieron en el inmenso universo de la farándula, entre cantidad de astros similares. Al final, el único que sigue firme es él, Jorge Lafauci, escribiendo sobre los demás. 

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