Beatriz Salomón: “No volví a enamorarme, aún las heridas no sanaron”

La actriz habló sobre el escarnio público al que fue sometida durante su matrimonio. Ahora, forma parte de Extinguidas, la obra donde expone, con humor, sus penurias 

Es dueña de una imponente figura. Sus rasgos árabes y elegante impronta son una marca registrada. Además de los éxitos arrolladores junto a Alberto Olmedo y Jorge Porcel, o el programa con Tato Bores , formó parte de comedias con mediano éxito y su compleja separación la expuso a un cruel escarnio público. En el presente, Beatriz Salomón, cual ave fénix, resurgió de las cenizas y volvió a las tablas.

Durante una tarde en la soledad de su hogar, el teléfono sonó y la actriz supo que ese llamado  cambiaría el rumbo de su carrera artística. José María Muscari la convocó para protagonizar una pieza teatral y “La Turca”, como la llamaba Olmedo, no pudo negarse.

En una entrevista exclusiva con este medio, Salomón habló sobre Extinguidas, la obra que protagoniza, aunque también mencionó aspectos de su complejo divorcio y la felicidad actual junto a sus hijas . 

Lo que la fama les dejó

Extinguidas es una obra que Muscari pensó para estas diez mujeres que fueron íconos en los 80. Ellas son actrices formadas, profesionales e inolvidables. Cada una supo despertar las fantasías de varias generaciones y  fueron compañeras de los capocómicos más recordados de nuestro país. 

Son damas con códigos y vidas bien vividas, que saben que insinuar es mejor que exponerse innecesariamente. Ellas son: Adriana Aguirre, Noemí Alan, Silvia Peyrou, Luisa Albinoni, Mimí Pons, Patricia Dal, Sandra Smith, Naanim Timoyco, Pata Villanueva y, nuestra entrevistada, Beatriz Salomón. Fueron convocadas para llevar al teatro una pieza que las identifica, porque trata, justamente, sobre sus vidas en aquellos años dorados en contraposición con un presente despojado de brillo y de glamour. Son el destello de una época que se extinguió, aunque ellas aseguran que volvieron para quedarse y que están más vigentes que nunca.

—¿Cómo te llegó la propuesta de Extinguidas?

—Estaba en mi casa haciendo la cena y me llamó Muscari. Fue un momento mágico, como una llamada del más allá. Imaginate que soy el sostén de mi hogar, soy agradecida cuando me ofrecen un trabajo artístico. Estoy muy feliz y encima formo parte de una obra que es un éxito.

—¿Qué podés contarnos sobre la trama de la obra?

—Es la primera vez, en toda mi trayectoria, que abro un espectáculo, lo que es difícil porque hay que romper el hielo con el público. Cada una tiene un monólogo, emotivo y amoroso, donde se luce y relata cosas que no aparecieron ni en las revistas del corazón. Somos buenas comediantes porque nos formamos con capos del humor, sino no podríamos hacerlo. 

—¿Cómo es la convivencia?

—Este año comenzamos con las giras por todo el interior del país. Viajamos en un motorhome de primer nivel. Estoy feliz y agradecida a la vida por esta oportunidad. Nos queremos y nos cuidamos porque el proyecto es de todas. 

Lo que más me gusta es el contacto con la gente del interior. 

Detrás del escenario: la familia y los amores

Beatriz Salomón se definió como “una joven eterna que tocaba el cielo con las manos” durante los períodos laborales compartidos con inolvidables genios del humor. Fue una soltera codiciada aunque no se le conocieron parejas formales. Entrada en sus 40, conoció a Alberto Ferriols, reconocido cirujano estético, y formaron un hogar en común. Años más tarde adoptaron a dos niñas y fueron muy felices hasta que una cámara oculta cambió la rutina para siempre

—¿Creés en la felicidad?

—Creo que hay que trabajar para ser feliz. Es una construcción diaria y lleva su tiempo. Por ahora, te digo que estoy en paz, volví a mi eje, que no es poca cosa. 

—¿Cómo están tus hijas?

—Se me cae la baba. Noelia tiene quince y Betina doce años. No puedo creer cómo pasó el tiempo. Las busqué mucho a ellas y creo que ellas a mí también.Son excelentes personas, con buenos valores y hermosos sentimientos.

—¿Qué relación tenés con Alberto Ferriols?

—Me casé de grande. Soy una mujer que salió mucho y llegó un momento en que quise seguir el mandato familiar, formar un hogar y así lo hice. Tenemos contacto solo por las chicas, lo justo y necesario. Imaginate qué relación tendrías con tu ex si te invitaran a un programa y te mostraran en una cámara oculta que se acuesta con otras mujeres a cambio de intervenciones estéticas. No volví a enamorarme, no  lo supero, pero no por amor, sino por el escarnio público al que me sometieron. Aún las heridas no sanaron. Será cuestión de tiempo.

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