entrevista

Benjamín Vicuña: “Es sorprendente cómo convivimos con la mentira”

El talentoso actor brilla en el teatro, acaba de terminar El primero de nosotros en Telefe y estrena una comedia romántica que une a la Argentina y Chile.

Ya considerado un intérprete de los nuestros, el chileno Benjamín Vicuña sigue demostrando su talento en cada proyecto en el que participa. En Miénteme, película dirigida por Sebastián Shcindel para Prime Video, encarna a Julián, un mentiroso al que los planes se le comienzan a complicar. Para saber más de la película, que lidera los rankings de preferencia de la plataforma, diario Hoy dialogó con el actor.

—¿Cómo te sentís haciendo comedia y volviendo al género?

—Estoy actualmente haciendo El método Grönholm, me fascina, le pongo el cuerpo, me divierte. Tal vez en el audiovisual acá se me ha visto menos, y muchos creen que es una novedad, pero en teatro ya trabajé el registro, acá con Daniela Veronese, y me invitaron. Me gusta, es como esas películas que todos queremos hacer, como Notting Hill, comedia, con elementos dramáticos, romántica, con gran despliegue.

—La película va a plataforma, ¿te preocupa eso?

—Hay que adaptarse. Con la pandemia a todos nos pasó, y yo arranqué filmando en celuloide; escuchabas el motorcito y ya sabías lo caro que era equivocarse en ese tipo de filmación. Después vino el digital y hubo varios hitos en cuanto a formato, y ahora en cuanto al consumo. En relación con que las películas vayan a las plataformas, el lado positivo lo conocemos: 240 países, millones de reproducciones al mismo tiempo. Lo que sí el cine tendrá que buscar un diferencial, una vuelta, un bonus track, para que la gente vuelva, porque la sala y el pochoclo ya no son suficientes.

—¿Qué se podría sumar?

—Yo soy un romántico del cine, me gusta, pero hay una transición.Quiero creer que el cine no va a morir. El cómo, como elemento diferenciador, tiene que aparecer, porque la gente puede ver la película en su casa. Estoy teorizando, creo que deberán encontrar una vuelta, porque sé que la mística del cine es diferente, somos seres sociales, nos gusta escucharnos en la sala, reírnos, el pochoclo, conversar, es un programón, es lindo, pero el déficit se da en todo el mundo; bajó como un 70 por ciento, pero de a poco se va a ir acomodando, porque es un rito demasiado hermoso, no es como el teatro, que es un hecho vivo, irrepetible y único, y que volvió con todo. En Farsantes trabajé con Alfredo Casero, y él tenía la idea de recorrer el país presentando sus películas caseras que hacía, de hecho me invitó para hacer de un Superman latinoamericano, no sé si después lo hizo, pero me parecía interesante que era como una fusión de teatro con cine, e ibas a tener al protagonista ahí en el escenario.

—¿Qué fue lo que más te gustó de tu personaje Julián? ¿La experiencia? ¿Hacer dupla con Flor?

—Disfrutar del proceso, que a veces cuesta, acá fue un proceso sano, familiar, con Lucas, Leo, Sebastián, nos reímos, no es menor, y creo que encontramos buenos personajes, yo me divertí mucho con Julián, un chanta.

—Hasta baila…

—Canta también, y eso que tuvimos fuerzas encontradas, calor, ómicron, y hoy leo que Biden dijo que la pandemia terminó, y me emociono, porque me acuerdo del rodaje y fue terrible.

—Por suerte en la pantalla no se ve nada de ese sufrimiento…

—Sí, y eso que el director tuvo que un par de días hacerlo a distancia, le pusimos muchas ganas, y ahora hay que ver cómo nos va... acá, en otras partes del mundo y que esto derive en más trabajo para todos.

—La película habla de la mentira, Julián es un mentiroso, ¿por qué creés que tiene tan mala prensa la mentira? Hay gente que cuando busca trabajo pone alguna habilidad que no tiene, por ejemplo…

—Es como al actor que lo llaman para hacer un bolo y tiene que interpretar a un chofer; dice que manejaba pero más tarde reconoce: Nunca manejé en mi vida. Uno dice que sí para todo. Más que mala prensa, es sorprendente cómo convivimos con la mentira, los latinos sobre todo. Leo, que creció en Francia, dice que son más tajantes; no está la mentira piadosa. Ante un “Mirá papá, ¿te gusta el dibujito que hice?”, te responden: “Vas a tener que esforzarte más”. Son más tajantes, no existe la mentirita piadosa, es graciosa la cantidad de adjetivos que le ponemos a la mentira: “mentira piadosa”, “mentira solidaria”, “mentira inocente”, “mentirita”, y hay que ver cómo criamos a nuestros hijos con esto (“Decile a la profesora que llegaste tarde porque pinchamos una cubierta”) porque después lo va a hacer él. En el caso de Julián es un poco más extremo, oculta, miente sobre su identidad, pero tiene una razón de ser, sobre cómo el sistema te exige ser y parecer, no podés ser un inmigrante sin trabajo viviendo con su madre, te marginan. Él se inventa esto para mostrarse más apetecible y conseguir una pareja, aunque la película tiene la moralina, también en la vida, de “la mentira tiene patas cortas”, o eso cuando te dicen que no pueden ir a su casa porque en realidad viven con su familia.

—Como en la obra en la que está Sebastián Presta, que cuenta eso…

—Sí, claro, igual con esa madre… Acá me divertí, hasta me parece gracioso haberla hecho, porque venía de cosas superoscuras, y que se estrene Miénteme, estar con El método Grönholm y pronta a estrenarse una película que hice con Marcos Carnevale en Chile, Papá al rescate, me da un segundo semestre de comedia.

—Y sin buscarlo…

—No buscado, no sincronizado, pero sí hay una búsqueda de proyectos más familiares, porque venía de hacer proyectos más comprometidos.

—¿Tenés ganas de dirigir?

—No, me lo han propuesto, pero estoy sí escribiendo un libro para Planeta, que tiene que ver con los 10 años de la partida de mi hija Blanca, y la transformación del dolor, es un proyecto que me tiene muy motivado y me dedica tiempo.Estoy con eso, el teatro y empiezo a rodar una serie sobre La voz ausente, de Gabriel Rolón, otra vez voy a hacer de Pablo Rouviot, por suerte con mucho trabajo.

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