Entrevista Exclusiva

Cacho Buenaventura: “El cariño de la gente es mi mayor capital”

El humorista cordobés se sumó a los espectáculos por streaming, potenciando sus 50 años de carrera y su vínculo con el público.

Luis Eduardo Buenaventura, conocido por todos como Cacho Buenaventura, se reencontrará con su público el 4 de septiembre a las 22 en un show por Ticketek Live. Diario Hoy habló con él para saber detalles del espectáculo.

—¿Fue difícil adaptarse a estos shows sin espectadores?

—Mi hijo me dijo que siguiera trabajando, porque yo ya estaba cansado de luchar con horarios, festivales. También me preguntó por qué la hago tan fácil, y es porque estoy acostumbrado a hacer lo que siempre hago, que yo digo que es “hablar estupideces”.

—¿Pero se extraña el feedback?

—Yo en realidad no tengo ni idea cuando camino hacia el escenario qué voy a hacer, la gente ya se ríe de sólo verme. Quiero traspasar la pantalla y llegar donde estén, y en el show anterior lo logramos. Extraño al público, claro, porque yo soy abrazador, pero no me pongo a pensar mucho lo que hago.

—Tenés un vínculo muy cercano con la gente que hace que sigas vigente...

—Hace 50 años que subí al escenario por primera vez, a los 14, el cariño de la gente es mi mayor capital, no es que tengo club de fans ni nada. Cuando me reconocían en la calle, con el éxito que tuve y tengo, no me pongo lentes negro y los miro para otro lado.

—¿Hay algo con lo que no hacés humor?

—Hay cosas con las que nunca hice humor, muchos de los valores y las conquistas de derechos. A mí no me hace falta que se legisle algo, no tengo ningún problema en pedir disculpas, pero no lo siento por facilismo, por sensibilidad he dejado de contar algunas cosas, mucho tiene que ver con la edad y el tiempo, pero principalmente con los valores que mi padre y mi madre me educaron.

En mi casa mi padre siempre colaboraba, le decía querida, y si venía una visita había que salir a pedir una silla y un plato. Y vos contás esto a la gente grande, a los más changos y se emocionan.

El chiste y las anécdotas de una carrera imparable

—En una época, humoristas como José Marrone, con su chiste de los porotos, hicieron carrera, ¿tenés algún cuento al que siempre acudís?

—Sí, vivo con mi mujer en Carlos Paz y han llegado del sur para que cuente el de la palomita, y se rió como si nunca lo hubiese escuchado. Tengo otros: el de la moto, el del chancho. Lo que siempre me piden es una anécdota sobre la terapia intensiva y de hecho me vienen a escuchar para superar operaciones. Cuento que he tenido pancreatitis, stents y en una de las internaciones me dieron hasta la extremaunción. Para mí, la idea es que nos juntemos a reírnos y celebrar que estamos vivos.

—¿El humor ayuda en este momento?

—La gente se ríe de lo que cuento y les digo, si se ríen de esto, de qué se van a enojar mañana. Hay que disfrutar, porque todo es así, y es fácil estar vivo, solo hay que respirar, no sé por qué la complicamos tanto.

—Uno complica todo mucho…

—Pero por qué lo hacemos. Creo que no hay que complicar todo, hay que simplificarlo. La gente decide acompañarme, reírse conmigo, me agradecen, y yo les agradezco, porque pagan para verme, y no sé si todos lo dicen, porque en el fondo es tu trabajo. Lo hacemos desde una sala, porque creo que la gente se merece otra cosa.

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