entrevista

Charo López: “Estoy tratando de entender cómo hacer humor con el cuerpo sin que sea exclusivamente algo sexualizado”

La talentosa y multifacética artista vive un gran momento estrenando nueva serie, pero además disfrutando de su éxito en radio y teatro, como también de su nominación como revelación en cine.

Charo López posee un carisma único que, junto con su inteligente manera de ver y analizar el mundo, la ha posicionado como una de las grandes y talentosas intérpretes del país. Inclasificable, despliega su lucidez en radio: junto a Noelia Custodio hace Qué olor, los martes a las 22 en El destape Radio, y también en teatro con Las lindas también leen, además de unipersonales, el fenómeno de División Palermo en Netflix y mucho, mucho más. Por el estreno de Gamer, una vida más, en Flow, aprovechamos para hablar sobre su vínculo con los juegos, el humor y su gran 2023.

—¿Cuál es el primer recuerdo que tenés de jugar algún juego?

—Con mi hermana alquilábamos los Family, el Wonder Boy, y todo el fin de semana jugábamos, que era para lo que lo habíamos alquilado.

—¿Al crecer seguiste jugando? ¿Sos de jugar?

—A veces sí, siempre tengo algún juego instalado, pero yo me quedé muy en el Tetris, en los que hay como que encastrar; y al Mario Kart juego.

—Está buenísimo el Mario Kart…

—Es lo más, y está la película, con la vuelta de la princesa que está muy bien.

—Vamos a hablar de princesas y heroínas en el universo gamer, contame un poco del personaje…

—Y bueno, mi hija es como princesa y heroína en esta serie también. Yo hago de la mamá de una gamer, una mamá que no entiende nada, que es como una vegana conectada con la naturaleza y cree que los juegos son lo peor que le puede pasar a su hija. Y bueno, y es sobre este desentendimiento entre las dos, es como la reconstrucción del vínculo entre ellas, que pasa por otro lado.

—¿Cómo fue conectarte, pero no solo con el mundo de gamer, sino con toda la juventud que hay acá en la serie y la tecnología?

—Lo divertido para mí fue descubrir un mundo del que yo no tenía idea. Es algo que me gusta, pero este tipo de cultura ya es otra cosa. Otra película, otro planeta. Divino, me encanta, otra estética, una cultura que yo desconocía por completo. Así que fue divertido.

—Y jugar desde la ficción, hacer algo, también esto de un acercamiento del que por ahí no tenemos idea, pero que después uno va conociendo y hablando.

—Claro, porque también tenía como ese concepto de que los videojuegos eran algo individual, de encierro y todo, y al final no, ahí son equipos, son estrategias, tienen otros valores.

—Que una ficción tenga este tono muy particular, comedia, pero que además también trabaje temas que tienen que ver con lo que está pasando, ¿es algo que vos buscás para tu carrera? Venís de encerrarte con 80 locos en LOL, en donde no te podías reír, ahora esto. Está bueno eso del contraste…

—Y, a mí eso me divierte. Además del teatro y la radio.

—En la radio volvés locas a tus compañeras…

—Yo ahora estoy reconciliada con mi entusiasmo. Digo, ya no me da vergüenza entusiasmarme con todo.

—Te vi entusiasmada con algo que te habían puesto para taparte los pechos…

—Claro, porque yo salí de un rodaje donde me habían pegado esos stickers, y por ahí antes a mí me daba un poco más de pudor. Y es algo que yo hablé también mucho con otras artistas, del encuentro del humor con la sexualidad de las mujeres. Que yo siempre sentí que era algo que nos quedaba ajeno. Como un culo, una teta, o algo siempre en el humor. O sea, un chabón puede mostrar el culo y cuando lo muestra una mujer es como... me caliento, me río, ¿qué hago? Yo hace tiempo que estoy tratando de entender cómo poder hacer humor con el cuerpo sin que sea exclusivamente algo sexualizado. Y bueno, el otro día hice ese chiste, que en realidad es un chiste, pero tiene una militancia inicial atrás.

—Claro, no es solo el chiste…

—Ese chiste llega después de pensar mucho y de sentir muchas cosas con respecto al derecho sobre el cuerpo y el humor. Y salió eso y fue muy gracioso.

—¿Sos de pensar mucho las cosas?

—Siempre mi primer impulso al armar un personaje es inconsciente. Lo hago. Pero yo necesito después entender por qué lo hice o qué quiere decir ese personaje o qué digo con eso. Siempre lo hago. O si escribo algo, después digo: acá estoy hablando de tal cosa. Como que a mí me ordena y eso me da valentía también. Porque a veces hay chistes que son corridos y da miedo hacerlos. Pero digo, no, está bien, si estoy hablando de esto, yo pienso esto.

—Yo hace poquito te había preguntado si se podía hacer humor con cualquier cosa. Y vos lo demostrás: se puede hacer humor con cualquier cosa.

—Lo intento, qué sé yo. A veces sale, a veces no.

—¿Sale la corrección política en algún momento?

—Y sí, sale, sale, pero está bueno romperla.

—¿Y cómo hacés? Digo, ahí me hablás del entusiasmo. ¿Te entusiasma también eso?

—Siempre pienso que los malos son los que ponen bombas y matan gente y explotan trabajadores. Esos son los malos. Todos los demás, un chiste casi que todavía no mató a nadie. Ha muerto gente para hacer un chiste, lamentablemente. No lo digo por mí, obviamente, porque yo tampoco soy tan extrema; hay un libro muy interesante de Darío Adanti que se llama Disparen al humorista, que es como la lectura esta de dispararle al humorista porque es mucho más fácil quejarse del chiste e ir a decir: che, están muriendo niños en Medio Oriente. Eso es lo grave. Entonces, yo estoy muy a favor de analizar eso de cuánto daño puedo hacer yo diciendo este chiste. Ningún daño, al contrario, estoy por ahí quitándole el velo a algo de lo que no se habla tanto. O de lo que cuesta hablar o que duele.

—Teatro, radio, serie, ¿estás con una película?

—Sí, estoy con una película y me invitaron a un festival de improvisación a fines de junio. Así que ya estoy contenta con eso. Y después paramos un poco. La peli y paramos. Se viene División Palermo 2. Tampoco paramos tanto. Me quiero convencer de que tengo vacaciones.

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