Colin Farrell y Brendan Gleeson cuentan detalles de su nueva y premiada película

Los exitosos intérpretes vuelven a trabajar juntos tras Escondidos en Brujas, en una propuesta que ya le permitió a uno de ellos ganar el Globo de Oro como mejor actor

Nominada para 11 Premios Óscar de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, hoy llega a los cines de todo el país Los espíritus de la isla, protagonizada por Colin Farrell y Brendan Gleeson. El filme de Martin McDonagh sigue a Pádraic (Farrell) y Colm (Gleeson), dos amigos que, de un día para el otro y por decisión de uno de ellos, dejan de serlo. Por acá Farrell y Gleeson cuentan detalles del proyecto en la antesala a los Óscar, el próximo 12 de marzo.

—El tono entre sus personajes es decididamente menos amistoso que lo que era en Escondidos en Brujas, donde ya habían trabajado con McDonagh…

—Brendan Gleeson: Sí, para decirlo de forma suave. Fue áspero, muy duro. Lo interesante a la hora de hacerlo fue que Colin y yo nos conectamos de un modo increíble en Escondidos en Brujas, y yo me preguntaba si habría algo del guión en este sentido que aprovechara nuestra relación fuera de la pantalla. Pero fue de algún modo liberador comprender que no hacía falta hacer eso para meterte perfectamente en el personaje. Ya me había sucedido antes que alguien venga y sencillamente no te hable.

—Colin Farrell: Yo estaba un poco nervioso de que fueras a estar más distante. Un poquito.

—BG: ¿Sí?

—CF: Sí. Me lo preguntaba. Sabía hacia dónde iba a ir Brendan y tenía un pálpito sobre cómo estaba enfocando el guión, como esta montaña que él quería escalar y que era importante que escalara; como lo era para mí y lo era para todos nosotros. Así que no estaba del todo seguro. Tenía un poquito de nervios. A los cinco segundos estaba fascinado y aliviado. Como bien dijiste, algunas personas suelen procesar las cosas de esa manera, necesitan tener ese espacio. Y si alguien hace eso un día, lo entiendes. No voy a ir y empezar: “¿Podemos dejar de actuar? ¿Nos damos un abrazo?”. No estoy tan necesitado. Pero me gustó que pudiéramos llegar a esta separación desde un lugar similar al que compartimos al hacer Escondidos en Brujas, que para mí fue un lugar de hondo respeto, afecto y, en última instancia, amor. Porque realmente era algo que estaba en juego y que podría haberse perdido en el camino. Esta película es de hecho Escondidos en Brujas 10 años más tarde, pero ambientada 90 años antes. Se trata de un amor y un afecto parecidos, pero sobre lo que sucede después de eso, el lado oscuro, la pérdida de eso.

—BG: Ese proceso de cada uno es interesante y hay personas que necesitan adentrarse en ese costado oscuro y otras a las que les parece una tontería. Yo prefiero trabajar con gente que se esfuerza por entrar en la misma sintonía, desde cualquiera de sus propias perspectivas. Recuerdo decirle a Colin cuando entró: “¿Necesitas que pongamos esa distancia?”. Durante el día es diferente, porque siempre surgen momentos.

—CF: Sí, había días en los que yo estaba apartado en un rincón o tú te apartabas. Todo eso estuvo bien.

—BG: Estuvo bien, sí. Pero no tienes que ignorar a un actor durante todo un proyecto porque tu personaje no se lleva bien con el suyo en la película.

—CF: No estás creando líneas de conducta en la arena y enviando señales psicológicas todos los días.

—¿Qué los apasiona de trabajar con Martin McDonagh?

—CF: Es pícaro y tiene un corazón maravilloso. Es descarado, pero tiene un apasionamiento. Puede entusiasmarse tanto con ciertas cosas, pero al mismo tiempo es sumamente serio y persigue con tal fervor lo que quiere, y sabe lo que hace falta para conseguirlo. Se expone allí afuera. Pone todo de sí en su trabajo y luego en capturar la obra, sea en el escenario, en la sala de ensayos o en la película como autor y director al mismo tiempo.

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