Entrevista Exclusiva

“Creo en el teatro que hace catarsis, abre puntos de comunicación, charla y discusión”

Durante una entrevista con este medio, Ariel Del Mastro reveló sus modos de producción y presentó su obra basada en las pequeñas violencias cotidianas.

En una charla con Hoy, el director artístico y de iluminación, Ariel Del Mastro, puso manos a la obra para llevar a cabo Juegos, una pieza teatral con tintes musicales, emitida por streaming y que cuenta con un gran elenco conformado por Agustina Cabo, Nicolás Cucaro, Tomás Kirzner, Carolina Kopelioff, Alan Madanes, Maia Reficco y Julia Tozzi. Las entradas pueden adquirirse a través de All Arena. 

En diálogo con este medio, el heredero mayor de Nacha Guevara y Anteo Del Mastro reveló sus ocupaciones en tiempos de confinamiento y detalló qué se trae entre manos con esta obra. 


 —¿Cómo atravesaste este 2020 tan inusual?
—Lo viví un poco como todo el mundo. Estoy expectante, viendo como sigue, sobre todo en nuestro ambiente que se paró por tanto tiempo. Sucede que fue el primero en irse y seremos los últimos en volver. Intento generar cosas creativas, ocupar la cabeza, entonces eso determinó que hiciéramos esta obra por streaming. Está pensada para ello, dónde ubicar al actor, la cámara y así lo hicimos. Dentro del teatro argentino será una experiencia única porque fue realizado en non stop, a 8 cámaras.

—En medio de la pandemia surge este formato del streaming amado por unos y odiado por otros. Siendo que también trabajaste en técnica, ¿qué opinión te merece? ¿Se trata de un nuevo lenguaje?
—Creo que hay que encararlo así, pero no se puede llamar teatro o recitales por streaming. En este caso, filmamos, le decimos, de alguna manera, a los espectadores qué miran y qué no, situación que no sucede en un formato presencial. Admitiéndolo como una experiencia audiovisual, una forma nueva de lenguaje, está muy bien. Se llamará de otra manera pero va a quedar. 


—¿De qué manera nace la temática de Juegos?
—Esta obra habla de las pequeñas violencias que se dan en la escuela, en la calle, entre otros. Queremos visibilizar lo que transitamos día tras día. La mirada de los niños está puesta a través de lo qué les pasa en la casa, lo que hablan los padres o los maestros. Así pusimos a gran escala o más pequeña de esto que sucede cotidianamente, y cómo nos repercute siendo seres humanos, desde pequeños hasta ser grandes, que tomamos acciones por lo aprendido en casa. El musical es un género en el que me siento muy cómodo,  se nos ocurrió que todas las canciones son como el pensamiento de las personas. Así, ocurre un clima naturalista que tiene que ver con las escenas del texto natural. Cuando cantan, se vislumbra su pensamiento que no siempre está relacionado con el aquí y ahora. 


—El elenco está repleto de figuras notables, ¿cómo seleccionaste?
—Me gusta mucho trabajar con jóvenes y adolescentes. Muchas de las obras que hago tienen esta temática u ocurren con este tipo de intérpretes. Los elegí porque trabajé con algunos en Violetta, Soy Luna u otras producciones de Disney.  Todos son muy talentosos y tenían el color específico para contar esta historia. 
Unas vez que pase el streaming, estamos pensando en llevarlo al teatro cuando la capacidad de los presentes supere el 30 por ciento con los protocolos requeridos. Allí vamos a tener que rehacer el relato, porque fue pensado para las cámaras y no para un vivo; por eso también influyó en que sean ellos, los actores electos.


—¿Qué podes adelantarnos de la obra? ¿Cuáles son las expectativas al respecto?
—Nosotros, en los últimos ensayos generales, fue una psicóloga especialista en familia para coachearnos un poco, pues hacemos un Zoom entre los protagonistas y las cien primeras personas que compren las entradas. Entonces, como la obra te atraviesa o modifica, hubo preguntas de los chicos que requirieron cierta formación para poderlas responder. Hicimos tutoriales sobre las pequeñas violencias para que la gente pueda hablar de ello. Además nos asesoramos un poco para informar sobre a dónde deben llamar, a qué organizaciones acudir, como Unicef, cuando te sentís acosado o maltratado. 
En estas comunicaciones, los chicos se sintieron identificados, relataron experiencias desgarradoras. Creo en el teatro que hace catarsis, abre puntos de comunicación, charla y discusión con los padres, pares. Estamos muy contentos por esta apertura de aristas e intercambio con los espectadores, porque también nos hace reflexionar. 


—¿Cómo imaginas que será la lenta vuelta a la normalidad?
—Esperamos poder regresar en febrero. Alrededor de todo el mundo los teatros son lugares seguros, porque se respeta el trabajo y se sanitiza, cuidan, entre otros. No está comprobado que se hayan contagiado allí, porque hay distancias enormes entre las butacas. Ojalá volvamos pronto para hacer una catarsis en el vivo y no tantas veces por Zoom. 

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