entrevista
María Alché: “Con José Luis Torres Leiva había quedado amor y ganas de hacer algo juntos”
En su vuelta a la actuación, la también directora reflexiona sobre su rol en la propuesta y el momento de la cultura actual.
En Cuando las nubes esconden las sombras, del realizador chileno José Luis Torres Leiva, que llegó a Sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín (CABA) y Eco Select, de nuestra ciudad, María Alché, directora de Puan y Familia Sumergida, vuelve a la actuación en un protagónico a la altura del regreso. Hablamos con ella sobre la película y sobre sus próximos proyectos, uno de ellos, junto a Lucrecia Martel, quien la dirigió hace 21 años en La niña santa.
—Llegó José Luis, te dijo Quiero que seas la protagonista, ¿fue un sí rápido?
—No, en realidad yo había visto una película de él que se llama El viento sabe que vuelvo a casa, me había gustado mucho, me lo crucé en un Bafici y le dije ¡Ay, me gusta mucho lo que haces! Él después vio Familia sumergida, le había gustado mucho y entonces como que había quedado con un amor y ganas de hacer algo juntos y entonces cuando me dijo de esta película fue un sí rápido porque admiro mucho su trabajo. Igual entre el sí rápido y la filmación pasaron muchos años. Primero por lo de buscar fondos, que se tardó. También por la vida misma y las cosas de cada uno. Pensábamos que íbamos a llegar a filmarla antes del rodaje de Puan, o antes del estreno, no me acuerdo. Finalmente fue después, lo cual para mí fue como más alivio porque eran muchas cosas así. Por momentos parecía que no se iba a hacer la película, se tenía que filmar en la nieve, en invierno se pasó esa fecha, se terminó filmando como en una especie de primavera. Pero bueno, a veces las cosas se dan y se dio bien. Fue un lindo momento en el que hicimos la película. En el 2023 me dijo que íbamos a hacer la película me dio como un poco de vértigo de sentir ahí, no estoy conectada con esa energía de entregarme y estoy en otra energía. Fue importante para mí hablar con Nora Moseinco, que fue mi profe de actuación, muchos años. Reconozco este mundo y como que volvió, no hubo que ir muy profundo, apareció. Creo que al principio es más como mental la duda, pero después cuando estoy actuando siento que es un mundo que lo conozco bien y que es familiar.
—En la película, hay algo interesante que tiene que ver la construcción de tu personaje, que es esta actriz, llegando a un lugar, pero conectando con la gente, pero también con ese universo que deja para poder trabajar. Es un personaje como con muchas facetas ¿fue difícil ir abriendo todo ese juego que tiene? Como ese poliedro, por decirlo de alguna manera...
—Medio como que fue despojarte de actuar también, porque era como el personaje que se llama María, es actriz, viene de Argentina, dejó como a sus hijos, era todo como demasiado como uno, y me ayudaba mucho esto de en escena estar presente con esto que estamos haciendo acá, sin pensar como en la totalidad del personaje, sino como más un poliedro, un fragmento de, bueno, ahora pasa esto y hay que entregarse totalmente a que esta escena suceda. Y así, como muy rellenando esto para que ocurra algo.
—¿Cómo vivieron la recepción de Puan?
—La imaginamos en el encierro máximo de la pandemia, escribimos con Benjamín (Naishtat), en un ambiente en San Telmo, y cada uno estaba escribiendo sus otras películas, pero de repente esta pequeña idea, sobre una clase de filosofía, Marcelo Subiotto era el profesor, Mara Bestelli, que su mujer era su pareja, y pasaban cosas de comedia. Al principio era como solo esto, y como que de pronto crecía esta idea, y cada vez ocupaba como más tiempo. Rápidamente se fueron sumando los productores, unir fuerzas entre los productores que venían de hacer Rojo, los que venían de hacer Familia Sumergida, y dijimos, bueno, hagamos, y empezó como a crecer el proyecto, más ambicioso con el equipo, con los actores, con todo. Y el estreno, no, nunca imaginamos que iba a coincidir con el momento político que coincidió, y cómo la película se iba a abrazar escenarios de la realidad, algo muy loco, que excede completamente a lo que uno puede imaginar la película, y de pronto era eso, se había estrenado, estaban las salas llenas, la gente se reía mucho, también lloraba, también las elecciones, fuimos a miles de universidades, de encuentros, para pasarla y mucha gente decía, es la cuarta vez que veo la película, y no habían pasado tantos meses, es la tercera, yo ya la vi cinco veces, yo soy Marcelo, decían algunas personas, ese soy yo, hombres, mujeres, fue algo como que la película nos hubiera interpelado, también, hubiéramos sincronizado, pero sin haberlo buscado.