Después del amor, queda la fama
Pasar una noche con un famoso es un ticket al reconocimiento público que, a veces, dura de por vida.
Después de mucho tiempo, esta semana Robbie Williams volvió a recordar en una entrevista la noche que pasó con la argentina Amalia Granata. El cantante reconoció que se sorprendió de cómo logró volverse mediática y conseguir una carrera en la televisión, gracias a que pasó unas horas con él.
Ahora la modelo asegura que el británico la sigue nombrando en sus entrevistas en Sudamérica para promocionar su disco nuevo.
Este es uno de los muchos casos en el que gracias a una estrella nacional o internacional de cualquier ámbito, alguien logra volverse famoso y hasta se construye un camino en los medios.
En un comienzo se vinculó a Luciana Salazar con varios personajes del espectáculo, entre ellos Juan Martín Del Potro, Luis Miguel, Diego Torres, Robbie Williams o Marcelo Tinelli. Ella nunca desmintió ni confirmó ninguno y esto le sumo minutos de aire en distintos programas. Ahora, lejos de las peleas, llevó su trabajo a la actuación en películas y series y mantiene una relación estable con el economista Martín Redrado.
Quien tuvo fama, pero se le desvaneció en pocos meses fue Flavia Miller, quien hizo que un conocido la filme escondido mientras salía con una pareja de Susana Giménez, que además del escándalo que se armó por la infidelidad la llevó de tour por todos los ciclos de chimentos.
Además están aquellos que inventan relaciones con personas que nunca conocieron, como la ex Soñando Xoana González con Lionel Messi, el encuentro de Andrea Rincón con Bill Clinton; Silvia Fleitas, amiga de Alejandra Pradón, con Cristian Castro, Sandra Villaruel con el DT Coco Basile, Claudia Segura con Julio Iglesias, o Noelia Pompa con Nino Dolce.
