Eduardo Crespo presenta su nuevo documental en IDFA
Presentó en el Festival Internacional de Cine Documental de Ámsterdam, su más reciente opus, Las delicias.
El talentoso realizador Eduardo Crespo presentó en IDFA, el Festival Internacional de Cine Documental de Ámsterdam, su más reciente opus, Las delicias. Con él hablamos para saber más detalles de la propuesta.
—¿Cómo surgió la idea de Las delicias?
—Venía filmando hace mucho tiempo, surgió antes de Nosotros nunca moriremos, tenía ganas de filmar algo. Estaba en una búsqueda personal, con ganas de hacer algo en solitario y esta escuela siempre me había llamado la atención, queda cerca de Crespo, que tiene varias historias y anécdotas de gente que pasó por ahí, fundada en 1901, con un internado que estudian el secundario desde los 11 a los 18 años, y la mayoría son chicos que viven en el campo o que llegan porque no hay lugar en las escuelas de la ciudad, y comencé a integrarme a su cotidiano, filmando, buscando la película ahí con ellos, bastante tiempo. Es una película que habla de la compañía, de cómo aparecen las herramientas para que crezcan, sin mucho adulto que diga lo que hay que hacer, aunque hay profesores, preceptores y una enfermera que un poco los guía. La filmé de a poco, después se sumó Loli Moriconni, montajista y fue apareciendo. Filmando Las delicias encontré a Rodrigo Santana, protagonista de Nosotros, que va a esa escuela, tenía una chispa para la cámara, y cuando sumé a Romina Escobar, pensé que podía hacer de hijo de ella. Hace poco me avisaron que se estrenará en IDFA así que estamos terminando la película a las corridas.
—Como siempre…
—Así las cosas (risas).
—Venís de la residencia de San Sebastián, ¿qué trabajaste allí?
—Después de haber presentado Nosotros nunca moriremos en el festival, quedé seleccionado para participar de la residencia con otro proyecto nuevo que se llama La gruta del viento, a filmarse en Italia, una ficción que se rodaría en 2023, aún no sé, y la residencia me dio el tiempo para trabajar en el foro de coproducción. La residencia consiste en ir para escribir, tener tutorías, y avanzar en la propuesta, es un lugar único en el mundo, tan buena onda y libre, sin condiciones, y en compañía de cuatro compañeros de otros lugares del mundo, y fue muy bueno compartir con ellos el proceso de desarrollo de la película nueva.