ENTREVISTA

Eugenia Tobal: “Es un libro que tiene un peso específico de mucha emoción”

La talentosa actriz y conductora debuta en la escritura con una obra honesta y repleta de verdades sobre el oficio de ser madre y el duelo.

Eugenia Tobal debuta con Esa nueva piel, libro recientemente editado por Penguin Libros, en un rol completamente inesperado para ella: el de escritora. El impulso para esta nueva actividad fue que a dos meses del nacimiento de su hija Ema, su madre murió. En las páginas del ejemplar, ella recorre esta dualidad vida/muerte desde el amor y la honestidad, por lo que diario Hoy habló con ella para saber más detalles del proceso que la llevó a esta nueva aventura.

—¿Cuáles son tus sensaciones tras finalmente presentar el libro?

—La verdad es que fue toda una novedad, porque cuando hice el proceso de escribir el libro no fui muy consciente y solo me dediqué a poder transmitir lo que me estaba pasando y quería contar. Con el tiempo avanzado me olvidé, porque lo entregué y el tiempo pasó muy rápido. Una vez que lo vi, que lo tuve en la mano, físico, y pude volver a conectarme con eso que me había pasado, fue muy emocionante. Es un libro que tiene un peso específico de mucha emoción, con una parte de mi vida que salió con mucha emoción de mi corazón. No tengo muchas palabras para definir el porqué, pero sí tiene la intención de homenajear las charlas que tenía con mi madre sobre el lado B de la maternidad. Tras la presentación me enfermé dos semanas, estuve en cama, como que “parí” y me quedé haciendo el post de la cesárea: emoción pura.

—En un momento del libro hablás del “permitir” que atraviesa toda la obra: el permitirse las emociones, hablar de cosas íntimas como nunca lo habías hecho. ¿Cuándo supiste que el libro iba por ahí?

—El proceso del recorrido de mi vida tuvo muchas situaciones en las que aprendí, y la pérdida de mi madre fue la peor, teniendo el nacimiento de mi hija en paralelo. Fueron dos situaciones opuestas de tristeza y alegría inmensas. El recorrido previo me fue enseñando que la vida tiene una misión y hay que transitarla lo mejor que se puede, y la enfermedad de mi madre me enseñó a permitirme sacar para afuera, decir, llorar, manifestar. Si uno se mete para adentro y se guarda todo, eso hace mella en algún lugar. El recorrido y las enseñanzas y la experiencia que mi madre atravesó, la inconsciencia con la que escribí, hizo que el agua corriera, porque el dolor va a estar siempre, la añoranza y las experiencias que viví con ella hacen más llevadero el dolor, que tiene que ver con el paso de los años y las experiencias adquiridas en la vida.

—De todo lo que te comentaron sobre la maternidad a vivirlo realmente, ¿qué encontraste de verdad y de mentira?

—Un poco lo digo en el libro, nada es lo que te dicen y nada es lo que te cuentan. La dulce espera y la maternidad maravillosa, que lo es, no tiene nada que ver con ser realmente madre o padre. Con Ema (con 2 años) todos los días son diferentes, aprendiendo, tratando de hacer lo mejor para ella. Tendría que escribir un libro cada cuatro años. Los maestros son ellos y depende de nosotros si los escuchamos.

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