entrevista
Felipe Gálvez: “El western es un género de propaganda”
La película chilena Los Colonos, seleccionada para representar al país en la temporada de premios, es una coproducción con Argentina.
Los Colonos, la ópera prima de Felipe Gálvez, llega hoy a los cines y próximamente estará en MUBI para todo el mundo. Gálvez se afirma como una nueva y reveladora voz cinematográfica combinando la especificidad histórica con un estilo visual vívido que le permitió obtener el Premio Fipresci en “Un Certain Regard” de Cannes. En exclusiva para Argentina, diario Hoy dialogó extensamente con él.
—¿Cómo estás viviendo la repercusión que está teniendo la película?
—Feliz. Es muy raro también porque no te podría mentir y decir que no tenía expectativas de que pasara algo una vez que la hiciera. Todo este tiempo y la perseverancia que es hacer una película como esta. Yo esperaba que tuviera una repercusión, pero nunca que fuera tanto como con la que está haciendo. No esperaba tanta repercusión, pero creo que ha generado interés, que conecta algunas cosas y entendiendo que es una película difícil de personajes y que reflexiona también del cine. Por eso estoy contento con el recorrido que está haciendo y que siento que es muy interesante también entender que hay distintas reacciones. Porque están los países que han sido colonizados que leen la película desde una manera, y hasta los países que son países que colonizaron que también la leen desde otro punto de vista. Y creo que también eso es una historia muy universal, o sea, no es muy diferente la historia de América, la historia de Asia, la historia de África, no es muy diferente los países que han sufrido la colonización, entonces me parece que es muy universal y por eso también ha sido bien acogida.
—Justamente de estas dos lecturas que se están dando de Los colonos, de los colonizadores y los colonizados, ¿vos tenías interés en que esa recepción sea más de un lado que del otro? ¿O en realidad te interesan las dos visiones que están surgiendo?
—A mí me interesan siempre todas las visiones del espectador, el que tenga que trabajar y ver de cubrir esas visiones. Como que yo siento que la película no tiene un mensaje, digo, no tiene una lección, no es una fábula, no tiene una moraleja. Es una película donde el espectador es el que tiene que tomar decisiones, partido, decidir cómo se siente después de verla. Pero sin duda también era interesante entender que los países americanos, los países latinoamericanos y todo el continente americano, somos países que nos vemos como países que fuimos colonizados, no como países colonizadores. Entonces, a mí me parecía interesante también esa dualidad latinoamericana, esa dualidad americana que tenemos como de este genocidio a los pueblos indígenas que fue hecho desde norte a sur, en todo el continente. Y que un poco fue silenciada, fue un poco manipulada y cuál es y qué lugar ocupó el cine en esa manipulación. El western es un género de propaganda y, hoy si lo vemos objetivamente, sirvió para mostrar que los pueblos americanos éramos pueblos civilizados y para justificar las matanzas a los pueblos indígenas y transformarlos. Es un género de entretención. Entonces, me parece que el nombre de Los colonos, justamente, tiene que ver con la dualidad de los pueblos, de los pueblos americanos, de sentirnos pueblos que fuimos colonizados y nunca como pueblos que colonizamos esos territorios.
—¿Por qué crees que han aparecido varias películas que tienen como eje justamente la colonización?
—Yo creo que son sinergias, y son momentos de cuestionamiento de esto que te digo, como lo que pasa con la película. Quizás tú dices Scorsese, por ejemplo, creo que he visto, con estos 100 años de la historia del cine, un género, uno de los pocos géneros que creó el cine, el western. Y también parte de la historia del continente americano, un poco. No está contada desde ese punto de vista, está narrada desde otro punto de vista. Entonces, siempre digo que esas páginas borradas, o esas páginas como distorsionadas creo que obviamente son interesantes de revisitar, y a veces es bueno ir a estas páginas borradas, revisitarlas para hablar. Creo que generalmente esta película lo que hace es tratar muchos temas del presente y a veces, para hablar del presente, es bueno hablar del pasado. A mí me parece que abordar el presente es algo sumamente complejo, no es tan rápido, tan inmediato, es muy difícil capturarlo. Sin embargo, cuando tratas de hacer una reflexión desde el pasado, es muy normal que eso vaya haciendo eco, y que a mí lo que me interesaba era hacer una película que hablara de muchas temáticas del presente. Yo siento que el final de la película es una escena que podría estar pasando en cualquier lugar. A una cuadra de tu casa, en este momento, podría estar pasando en una comisaría y alguien le podría estar haciendo la misma pregunta. Tiene que ver con conflictos de migraciones, con conflictos que están latentes, que son problemáticas de todos los países americanos hoy, producto de las grandes migraciones que están sucediendo. Ya esa violencia está latente y está sucediendo, probablemente, en este momento, muy cerca de tu casa, muy cerca donde yo estoy. La otra es una violencia más del cine que ya conocemos, que es la del espectáculo. Entonces, muy interesada también en mostrar esos diferentes tipos de violencia, la violencia sistemática, la violencia y el cine. También es interesante la diferencia entre una película que está inspirada en hechos reales donde está José Menéndez, que es un personaje real; el chancho Colorado, un personaje real. Pero chancho Colorado parece un personaje de ficción, parece como que no fuera real, uno lo mira y dice: pero este no existió, y uno ve a Vicuña, que es un personaje de ficción, y parece que fuera un personaje real. Entonces, eso también es muy interesante para mí como ejercicio del cine, de que quiénes son los personajes que parecen reales y quiénes son del mundo de la ficción.
—Uno ve la película y es una película que más allá de la dureza, de la tragedia que cuenta, de alguna manera es una película bella y es difícil imaginar que es tu ópera prima, ¿cuáles fueron los principales desafíos para lograr una obra tan consolidada, siendo esta también tu primera película?
—Bueno, creo que fui montajista 15 años, voy a cumplir 40 años. Entonces, también una opera prima de alguien que está trabajando en cine, estudiando cine hace 20 años, que soy un cinéfilo y quizás un director todavía en proceso de descubrirme. Creo que aprendí mucho en la isla de montaje, y también tiene que ver con que Los colonos es como un homenaje al cine, no una película, que también habla del cine y habla del lugar que ocupa el cine a la hora de discutir la historia.