entrevista

Ingrid Pelicori: “El teatro independiente se hace muchas veces a pérdida por la pasión, por el deseo”

La talentosa intérprete hoy se subirá nuevamente al escenario con una obra que habla del exilio, el desapego, el dolor y los vínculos.

La talentosa Ingrid Pelicori regresa con Cae la noche tropical, junto a Leonor Manso, uno de los éxitos del teatro porteño que se presentará en el Teatro Astros (CABA), durante febrero y marzo, todos los domingos. Sobre la obra y mucho más, hablamos con Pelicori, que también protagoniza El zoo de cristal en el Teatro Picadero (CABA).

—¿Cómo estás viviendo esta doble presentación que estás haciendo en teatro?

—Yo hago muchas veces esto de hacer varias obras distintas en la misma semana. Me gusta, me encanta. Me gusta la variedad y siempre que sean obras, como en este caso, tan hermosas y tan placenteras para mí, y tan distintas en las personas, diferentes y los universos, la estética, el género, todo. El zoo de cristal la venimos haciendo desde agosto los martes en El Picadero. Y Cae la noche tropical la vamos a reestrenar hoy, en principio son cinco funciones nada más, en el Teatro Astros. Después quizás hagamos una pequeña gira, todavía no está muy claro, el después, pero luego concreto son cinco funciones en el Astros, los domingos. Una obra que la hicimos en el San Martín mucho tiempo, con Leonor, y Eugenia Guerty es el otro personaje. La obra está basada en la novela de Manuel Puig e hicimos ya largas temporadas en el San Martín, incluso por fuera de San Martín, pero a través del complejo, como en el teatro de Mataderos o en gira. Estuvimos en varios lugares, en Mar del Plata, en lugares como Tres de Febrero, en Lanús y ahora ya lo hacemos por fuera de toda institución oficial, como cooperativa, que ahora lo hacemos nosotras. Ya hubo un pasaje intermedio que fue que fuimos al Festival de Miami con la obra y fue un poco la transición, así que sí, ahora estamos haciéndola porque es una obra que amamos, que siempre funcionó muy bien, que nos gusta mucho hacerla, que siempre las devoluciones han sido hermosas, han sido muy conmovedoras. Leonor dice que esta obra a la gente la vuelve más buena.

—Necesitamos…

—Y a nosotras también, evidentemente. Porque la cosa entrañable de los personajes, los afectos, también el humor y la manera de hablar de temas que podrían llegar a ser dolorosos como el exilio, la vejez, la enfermedad y las pérdidas. Y, sin embargo, ha hecho con esa humanidad comprensión y bastante humor también. Es un gran autor, Manuel Puig, con la adaptación de Santiago Loza y Pablo Messier, que Pablo fue el director originariamente y es muy fiel al original en realidad. Después pasan muchas más cosas, pero en el tramo que está tomado es muy fiel. De hecho, la novela tiene muchos diálogos y situaciones, y las palabras son muy las de Puig, que además tenía esa maravilla de poder con el lenguaje pintar a los personajes tanto, así que ese lenguaje tan particular. Después la novela continúa donde la obra de teatro termina, siguen pasando otras cosas.

—El Teatro Astros está albergando varias obras y le está yendo muy bien, así que ahí van a estar con varios compañeros y también otras obras, por ejemplo, Lo que el río hace, de las hermanas Marull, que también viene del San Martín…

—Sí, un poco por eso también apareció un buen lugar. Además de que está funcionando muy bien y la gente que lo maneja es muy criteriosa y muy amorosa.

—¿Cómo es repartirte entre estas dos plumas privilegiadas de la dramaturgia?

—Es hermoso. Venimos de funciones de El zoo de cristal en Mar del Plata, y ya retomamos las funciones acá. Es una obra que hice hace 30 años en el otro personaje. Entonces es muy lindo para mí ahora ser Amanda, el otro personaje, y ver la obra desde otro ángulo y con un elenco muy hermoso. Así que lo disfrutamos, es una obra que siempre parece escrita hoy, también por su calidad poética, tan universal, los personajes tan ricos, tan reconocibles, los problemas humanos que cada uno de ellos atraviesan y generan tanta empatía, tanta resonancia. Así que bueno, es un gran placer. Y el 23 de febrero sumo la tercera obra en la semana, La débil mental, que está basada en la novela de Adriana Harris. Que también lo hicimos ya desde dos años, creo, que venimos haciendo junto a Claudia Cantero, con dirección de Carmen Valero en el Teatro Arias 623. Ahí vamos a estar los viernes, por lo menos seis funciones a partir del último viernes de febrero y todos los viernes de mayo. Yo tengo un par de obras más, Papá Bianco y los anuncios, una obra que hago con mi hermana, que es de teatro documental sobre nuestra familia de actores, que también la vamos a volver a hacer. Después ya empiezo a ensayar una nueva en abril, pero eso es otra cosa.

—¿Cómo es volver a cada una de las obras?

—A mí me da mucha alegría porque siempre que parás un poco, volver es algo que se refresca, algún ángulo nuevo, surge a la vista algo nuevo, matices, es un reencuentro y siempre hay algo distinto. Parás un ratito y es hermoso. Nunca por ahora me ha pasado de aburrirme de nuestras obras, son materiales muy ricos, que siempre son generosos con el actor, son generosos con el público, y siempre hay algo más que descubrir, algo más que transitar algún precioso viaje en cada función.

—Y además también esto de reencontrarse con compañeros que ya deben ser familia.

—Bueno, sí, alguien ha dicho que el teatro es la forma estética de la fraternidad y me gusta mucho pensarlo así porque efectivamente se forman grupos de amigos muy íntimos, muy profundos, muy querido, muy entrañables, así es mi experiencia, por lo menos siempre, es tan colectivo. El teatro es entre todos, así que eso es parte de eso, de su belleza.

—Estamos hablando de cosas lindas, del teatro, de los compañeros, de los actores, pero estamos viviendo un momento complicado, sobre todo en donde el teatro y la cultura están siendo amenazados. Te quería pedir alguna reflexión al respecto…

—El turismo en Buenos Aires no viene a ver paisajes o arquitecturas del siglo cuatro, viene a ver cultura y la cultura, primero es nuestra identidad, como país es algo muy poderoso lo cultural. Además, si querés pensarlo en términos de números, se ha dicho ya hasta el cansancio que no es deficitaria, porque la cultura implica un gasto del 0,2 del PBI y reporta un 1,8, es decir que da superado lo que se gasta en cultura. El Instituto Nacional del Teatro, el Fondo Nacional de las Artes, permiten que se hagan las cosas, no es que hay grandes sueldos para nadie, todo lo contrario. En el caso del teatro, básicamente, permite que exista una escenografía, que se pueda hacer en una sala, y los ingresos del teatro. Sobre todo el teatro independiente, se hace muchas veces a pérdida, o por lo menos sin ganancia, se hace por la pasión, por el deseo de hacerlo y lo que hacen todas estas entidades amenazadas es permitir que exista el teatro.

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