entrevista

Valeria Ciceri y Marina Vota presentan Esa casa amarilla

Con el aborto como eje, la propuesta dispara preguntas y reflexiones sobre el rol de la mujer en la sociedad y los impedimentos para hablar del tema.

Valeria Ciceri y Marina Vota debutan en la realización cinematográfica con Esa casa amarilla, donde, a partir del intercambio de sus propios abortos, se construye un interesante panorama sobre el tema en el país y en Italia. Hablamos con ambas para saber detalles de la propuesta

—Antes de hablar de la película, estamos en un momento muy particular en la Argentina, quería que me cuenten un poco, ¿sensaciones de que finalmente se estrene? Y, ¿cómo es esto de compartir el estreno a larga distancia en el caso de Valeria?

—Valeria Ciceri: Desde ya que el contexto político en el cual se está mostrando la película, bueno, es lo que todo conocemos. Y no solo en Argentina, sino acá, en Italia, pero diría que un poco en el mundo occidental estamos viendo surgir esos nuevos, o no tanto, gobiernos. Y obviamente nuestra película trata del aborto, van a limitar, así que desde, ya que para mí, igual en cierta medida, no sé vos Marina, pero yo agradezco estrenar en este contexto. Creo que la película es importante justamente porque se está estrenando ahora y, bueno, Marina está en Argentina y por ahí podés desarrollar un poco más. Y la distancia bien, con dificultad, un poco de lástima de no poder estar en Buenos Aires para el estreno de la película. Pero bueno, el contexto también hace que los pasajes sean muy caros y que sea muy difícil viajar, así que fue posible, pero desde ya que lo estoy viviendo como si estuviera ahí, es tan emocionante como estar ahí.

—Marina Vota: Creo que por el tema que trata la peli jamás hubiese imaginado este contexto. La verdad es importante, justamente por todos los temas alrededor de salud y demás. Pero también te hace, por lo menos, el último tiempo darte cuenta de la importancia de ciertas políticas referidas a lo cultural, que no hay que perder y que justamente, bueno, estaremos acá para defenderlos. Me parece que es una de las cosas fundamentales.

—¿Cómo fue el encuentro de ustedes?

—MV: Nos conocimos estudiando y al poco tiempo empezamos a convivir mientras estudiábamos. Así que un poco de esa convivencia y estar hablando un día acá empezó a surgir la idea de meternos con este tema, que particularmente cada una lo tenía medio en silencio y nos contamos que abortamos. Y de golpe, bastante animadas por lo que sucedía alrededor, que fue poner el tema del debate en la mesa para poder conseguir la legalización, obviamente que ayudó muchísimo y, bueno, decidimos meternos a ver qué nos pasaba con eso.

—El disparador fue esas charlas que tuvieron ustedes y, así como ustedes tuvieron la posibilidad de transformarlo en una pieza audiovisual, imagino que tal vez también la película ayude para que aquellas que tengan miedo se animen a hablarlo.…

—MV: Sí, totalmente. De hecho, a nosotras en un principio no es que nos sentamos y dijimos: ¿qué tal tu experiencia? ¿Cómo te fue abortando? La verdad que nos costó bastante y eso fue una de las cosas que más nos llamó la atención. Después creo que metiéndonos un poco también con los contextos y ahora le pasa un poco la pelota a Vale, pero en Italia hace ya muchos años que está legalizado. Sin embargo, vimos una gran resistencia a hablar y eso fue otra de las cosas que nos llamó mucho la atención.

—VC: Uno de los grandes descubrimientos de la película fue eso, que en Italia, donde la ley está desde hace mucho, también hay una precariedad a nivel político desde hace mucho. Hablar ahora no es precario, pero es extremo. No conseguíamos personas dispuestas a hablar de su experiencia y en la película se ve. Así que sí, desde ya espero que efectivamente la película sea de ayuda para poder hablarlo, porque sabemos que hablarlo es la mejor solución para sacarlo de un lugar de tabú.

—Desde que ustedes tuvieron esta charla debe haber pasado un tiempo hasta que decidieron hacer la película, ¿cómo fueron encontrándole esta forma particular que tiene la película entre entrevistas y entre viajes? ¿Cómo fue apareciendo esa forma?

—VC: La película tuvo dos fases. Una primera fase de entrevistas, que son todas las entrevistas de las mujeres que están en la película. Y cuando nos encontramos a montar todo ese material sentimos que nos faltaba un hilo que uniera esas entrevistas y nos faltaba a nosotras, que era como de dónde había empezado ese relato y por qué nos parecía tan importante hacerlo película. Entonces fue un trabajo muy artesanal de escritura, reescritura, remontaje, montaje de la película, que lo hicimos con un tutor, que es Gabriel Medina. Nos siguió en todo ese proceso y volvimos a grabar toda la parte de los recorridos de la ciudad en Buenos Aires, que es el hilo que une la película. Es como que la película se hizo en dos partes. Hay una primera entrevista y una segunda parte de nuestro relato. Dudamos sobre esa segunda parte porque también volver a rodaje, estábamos en pandemia, en ese momento volver a rodar era complicado y lo hicimos nosotras dos y la cámara, hacíamos el sonido, hacíamos todo. Y requirió realmente un laburo importante, fue muy difícil tomar esa decisión, pero por suerte la tomamos, creo.

—MV: También creo que era necesaria para la narración, porque nosotros entramos en la intimidad de muchas personas y faltaba la primera intimidad. Más que nada como para plantar la amistad, el contexto de la amistad y el hecho de hablar para dar cuenta de los colectivos, y la importancia que a nosotras, por lo menos, nos ayudó muchísimo.

—A la hora de rodarla, ¿hubo división de tareas?

—MV: Sí, pero también fueron muy difusas, porque es nuestra primera peli y no teníamos una experiencia anterior y eso conlleva un montón de energía, responsabilidades, expectativas, deseos. También eso, muchas partes de golpe empezamos a encontrarnos con otras personas, o esta serie de entrevistas, después viajamos a Italia, después volvimos, filmamos. Entonces fueron cambiando también, siendo consecuencia de lo que íbamos necesitando, no de las necesidades que también nos pedía, nos pedía la peli. Creo, un poco, que los roles fueron como fluidos e iban intercambiando a medida que era necesario para la película, eso funcionó bastante bien. Después, obviamente fue nuestra primera película, también fue nuestra primera experiencia de trabajar de a dos. Entonces, habíamos dicho en otro contexto, pero que conlleva un montón de dificultades, fue muy difícil, pero lo pudimos hacer sin pelearnos, seguimos muy amigas.

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