Jean Pierre Noher: “Los actores somos un gremio de desocupados que cada tanto trabajan”
El actor vuelve a “La Feliz” con una obra que distingue la cartelera teatral en la que siempre predominan espectáculos “livianos”.
Todos los viernes, sábados y domingos de enero a las 20 en el teatro Bristol (Mar del Plata) se presenta El cazador y el buen nazi, de Mario Diament, protagonizada por Jean-Pierre Noher y Ernesto Claudio.
La obra recrea el encuentro entre Simon Wiesenthal y Albert Speer, y dispara el relato sobre una pregunta: ¿qué diálogo era posible entre un victimario y una víctima del Holocausto? Hablamos con Noher para saber más detalles del espectáculo y el momento actual que vive la cultura.
—Una nueva temporada en la ciudad feliz...
—Una temporada corta porque en realidad vamos tres fines de semana y después retomar. Casi que ya se hace más difícil, quizás. Veremos cómo va la temporada, pero la veo más complicada de que podamos seguir en fin de semana. De todas maneras, entusiasmados con la idea de hacer nueve funciones y encontrarme en Mar del Plata haciendo teatro después de mucho tiempo.
—¿Hace cuánto más o menos que no ibas así en temporada?
—Uh, difícil de acordarme porque fue hace mucho. Creo que la última vez fui con un Borges y Perón, con Víctor Laplace, pero yo hice muchísimas temporadas. Hice muchísimas cosas muy lindas, pero bueno, te estoy hablando de los años 80, 90. Después fui mucho al Festival de Cine de Mar del Plata.
—Ahora volvés con esta obra que tan bien está funcionando y que también se va a encontrar con un público en una oferta muy variada que tiene Mar del Plata, ¿qué creés que le aporta la obra a toda la oferta que hay?
—Yo creo que hay de todo, como siempre. Que la gente está muy bien que vaya a buscar diversión y comedias fáciles, entretenimientos y, bueno, en este caso, tanto con nuestra obra como con otras, son espectáculos que tienden quizás a otra reflexión. Son comedias dramáticas, y la nuestra es una obra superinteresante, pero que no deja de tener humor, tiene mucha emoción y mucho humor también. Es el encuentro este entre el cazador de nazis, y este Albert, que fue su gran amigo y ministro de armamentos y producción, que increíblemente el zafó de la pena capital en el tribunal y estuvo 20 años preso y se encuentran en 1975. Este es un diálogo muy dinámico en la obra que dura 60 minutos, escrita por Mario, que además de dramaturgo es un especialista, y sacó toda la información para recrear este encuentro tan particular que no deja de tener actualidad porque habla de la memoria, la verdad, la justicia y de las problemáticas. Judía, pero también va más allá de la problemática, porque hay muchos holocaustos en el mundo y porque hay negacionismo en todas partes, y el antisemitismo que, también, lamentablemente, vuelve a aparecer. Así que es una obra muy actual y muy vigente que particularmente a mí me gusta mucho hacer porque, bueno, por mi historia personal. Yo no pude conocer a mis abuelos que fueron asesinados en las cámaras de Auschwitz y entonces ahora yo cuento un poco la historia de mi padre.
—Me es imposible no preguntarte, estamos en un momento muy complicado, difícil, donde la cultura está ahí tambaleando. Y la gente sigue apostando a verlos a ustedes en el teatro, acompañar y todo, pero es un momento complicado. ¿Tenés alguna reflexión? ¿Cómo estás viviendo estos anuncios que de un día para el otro quieren eliminar y borrar años de trabajo?
—Estamos azorados, asustados, pero alertas. Toda la cultura está alerta, pero no solamente la cultura. Estamos todos alertas. Bueno, nada, la gente votó y hay que ser democrático. Tenemos que intentar que sea democrático, que pasen por el Congreso, que no se rompa el orden institucional que durante 40 años sostuvimos. Bueno, estamos un poco... quizás algunos estén sorprendidos, pero evidentemente este gobierno tiene un apoyo para hacerlo, así que veremos cómo siguen adelante las cosas. Y desde el punto de vista de varias culturas, ya que hablen de cerrar el Fondo Nacional de las Artes, que incluso fue fundado por la Libertadora, y que es increíble que recorten el dinero del Instituto de Cine de Incaa, con lo que implica.
Porque la cultura no es algo que nosotros podemos importar, la cultura es nuestra cultura, justamente es algo nuestro, es algo que podemos exportar y que nos representa particularmente en muchísimos lados del mundo. Yo de hecho hice una carrera muy linda, muy importante, muy prestigiosa en Brasil, gracias al cine argentino, al prestigio argentino. Un día pude acceder a ese mercado tan importante y fue y sigue siendo por el enorme prestigio que te digo que tiene el cine nacional. Todas las películas de Campanella, de Darín, de Francella, y películas quizás más independientes, justamente, también son valoradas enormemente allá y entonces ahí es donde uno ve y valora la cantidad de premios que hemos tenido a lo largo de los festivales.
Trabaja muchísima gente en el cine, es una industria enorme que depende muchísimo de trabajadores, técnicos, maquilladores, vestuaristas, escenógrafos, directores de fotografía, ni hablar de nosotros los actores. Pero, bueno, nosotros somos un medio que está acostumbrado. No sé quién algún día dijo la definición de que “somos un gremio de desocupados que cada tanto trabajan”, y esto es tal cual. Así que hemos resistido situaciones muy duras en este país y seguiremos haciendo todo lo que podamos de frente a este recorte.
La cultura para mí es algo fundamental. Más allá de eso, yo creo que el público tiene mucho que ver en esto, el público tiene que seguir sosteniendo a nuestros actores, a nuestros artistas, como lo viene haciendo y como lo hizo después de la pandemia, reconociendo que nuestro gremio fue uno de los que más sufrieron, pero también los que más acompañamos.