Juan Sebastián Torales presenta Almamula
La película santiagueña llegó a uno de los festivales de cine más prestigiosos y ahora se exhibe en Argentina.
Juan Sebastián Torales tras su paso por el último Festival de cine de Berlín estrena Almamula, una potente historia sobre descubrimiento y transformación. Hablamos con él para conocer detalles del relato.
—¿Cómo surgió la idea de hacer Almamula?
—Almamula nace creo que de la misma manera que nace cualquier chacarera, cualquier canción folclórica, de una añoranza o del desarraigo, de extrañar la tierra de uno, del origen. Hace 18 años que vivo en Francia y al cabo de 12 años de vivir allá empecé a sentir lo que se llama el síndrome de Ulises, extrañar mucho la tierra, extrañar mi familia, la gente que dejé allá, la vida que tenía allá, y bueno, me conecté un poco con el niño que fui, mis sueños de niño, y uno de mis sueños era hacer una película. Así que conectando con ese niño y ese sueño me di cuenta que había un montón de heridas de esa época de mi vida que no estaban cerradas, y empecé a escribir sobre estas heridas, me metieron todo un trabajo inconsciente sobre mi inconsciente. Por eso me encanta definir a Almamula como una pintura de mi inconsciente. Cada imagen es una pincelada que doy con algún momento de mi vida que viví, algo que escuché, algo de lo que fui testigo, algo me contaron y por supuesto plasmado con los paisajes en los que crecí, el barrio donde crecí y mis experiencias y vivencias. Eso mezclado con un toque de horror y de misterio porque bueno, para mí la pubertad es una edad llena de esos dos ingredientes. Uno se transforma en un monstruo lleno de pelos y con un fuego interior que viene del despertar sexual y tanta confusión y tanta rebeldía. Uno quiere revelar de sus padres pero al mismo tiempo es muy chico y a veces se mete en situaciones peligrosas y se da cuenta porque pierde el miedo a todo. Son todos elementos que me fascinan y que los metí de alguna manera en una licuadora, siendo el resultado es Almamula.
—¿Toca temas biográficos/personales?
—Almamula es definitivamente una película autobiográfica. Hay mucho de mí. Ha sido un proceso largo e introspectivo muy intenso. No es fácil escribir sobre uno mismo. Es, tal vez, un acto un poco egoísta, pero cuando uno necesita sanar y no conoce otra manera... Almamula tiene elementos de mi niñez, como dije antes, cosas de la que he sido testigo, que he escuchado, que me han contado.