entrevista

Julián Lucero: “Yo no necesito que desde afuera esté el diploma de usted es un artista”

Es uno de los humoristas más reconocidos del país, y recientemente protagonizó Finde junto a Malena Pichot, que puede verse online.

El actor, comediante y director Julián Lucero es parte una exitosa entrega que trata temas contemporáneos desde el humor y no es otra que la producción llamada LOL: Last One Laughing Argentina, de Prime Video.

Es por ello que este multimedio dialogó con el famoso para conversar sobre los detalles del proyecto artístico que lo tiene junto a otros colegas reinando en el universo digital. Por otro lado, el intérprete reflexionó sobre las formas de hacer humor en la actualidad, recorrió su experiencia y precisó cuáles son los proyectos venideros.

—¿Se puede hoy en día hacer humor sobre cualquier cosa? ¿Qué aspectos tenés en cuenta sobre esta arista con todas las luchas y conquistas que se dieron en la actualidad?

—Yo creo que sí se puede hacer humor sobre cualquier cosa. Hay que ver si vas a mirar a los ojos a la ­persona a la que le vas a hacer ese chiste. Creo que ese es el límite, ­digamos. No es tirar la piedra y hacerse el guapo.

—¿Y creés que el humor está subestimado un poco? Como que se cree que es un género menor y en realidad, por ejemplo, en pandemia nos salvó, entre otras herramientas que están inmersas en el universo del arte...

—Hoy hablamos mucho de que somos un gremio, ¿viste? Como los cocineros, qué sé yo. Es un gremio y, bueno, si hay gente que digo que no le da valor, nosotros le damos el valor ­porque es lo que nos da, nos pagan las cuentas y nos da de comer, digamos, ¿no? Pero no, creo que hay algo que tiene que a mí me gusta la comedia o el humor, y es que no tenemos una necesidad de que esto sea un arte y que la gente nos diga: “Bueno, estos son artistas”. Bueno, si te parece que soy un artista, bien, si no, no pasa nada. Digo, hay algo de que creo que por el paso del tiempo ya perdés esa pretensión, ¿viste? Y las cosas ­pretensiosas a mí no me resultan ­interesantes.

Entonces, que tenga o no valor es relativo porque, bueno, qué sé yo, hay grandes artistas en la historia del humor nacional e internacional, qué sé yo, para mí, Juana Molina, Chaplin, Buster Keaton, Gasalla, son todos para mí seres mágicos de mi vida que están a la altura de Orson Welles o de Hendrix. Para mí son artistas, pero es uno el que proyecta sobre eso las cosas. Yo no necesito como que desde afuera esté el diploma de “usted es un artista”. Y me parece que hay algo de liberador en ese sentido, ¿viste? Porque hay otras artes que están esperando que haya aprobación de algún lado, ¿no?

—Han sucedido hechos fortuitos llevados adelante por grandes comediantes, por ejemplo, como sucedió con el actor argentino Guillermo Francella, que tuvo que hacer el filme titulado El secreto de sus ojos para que lo consideraran actor... ¿Qué opinión te merece esta situación?

—Y además, realmente es que de un día para otro vos podés tener ganas de escribir novelas románticas y, bueno, sos un novelista. Es decir que me parece que el comediante en ese sentido tiene una posibilidad de decir: “Como ya hicimos tantas pavadas y tantos laburos absurdos como infantil y cosas ridículas de este trabajo, un montón de cosas en nuestra historia, que ya de un momento a otro hacer otra cosa no es tan grave”, ¿viste?

Y a la hora de fracasar hay algo mucho más grave de lo nuestro, algo de ser payaso que ayuda mucho. Yo creo que hay algo del terror que está cerca de la comedia. Yo soy más fan del terror y creo que también el terror tiene esta cosa de “bueno, es un arte menor, qué sé yo”. Y las dos son cosas que modifican mucho el cuerpo de la persona que lo está presenciando. Ya sea por miedo, por risa, pero algo que se te mueve adentro. Entonces, si noso­tros trabajamos en ese sentido con la emoción que llega al cuerpo de la persona, ya es un montón. Ya eso es divertido, a mí eso me gusta. Y si hacemos otras cosas, pues dramática o no dramática, no es ni mejor ni peor simplemente, hasta podés ser jardinero.

Para mí, en este caso de LOL, es así porque, como nadie se puede reír, el fracaso es que cada ocho segundos hay una sensación de fracaso permanente. Y esa sensación de fracaso es medio enloquecedora. Y es interesante también eso, porque cuando estás en una función, cada diez segundos, quince segundos, veinte segundos, la gente se ríe y vos estás como: “Jajaja, qué bueno lograr esto”. Acá es todo lo contrario.

—¿Los compañeros de LOL fue el peor público que tuviste? ¿Qué podés revelar sobre los sucesos?

—Para mí es la peor situación mental, más que el peor público.

Un éxito asegurado

LOL Argentina tuvo mucho éxito por los referentes que trabajaron a lo largo de las grabaciones y están disponibles en el universo digital. Al respecto, Julián Lucero opinó sobre la continuidad del proyecto y los refrentes que le gustaría incluir.

—¿A quién pondrías dentro de LOL para una segunda temporada? ¿A qué colegas mandarías a “esta guerra”?

—A Laila Roth, que estuvo en Viña del Mar y que sobrevivió a esa masacre. Primero, que es muy graciosa, y después sobrevivió a algo que creo que por lo menos a mí me hubiese comido vivo. Entonces digo: “Guau, es como alguien que hizo como esos maratones de 6.000 kilómetros en patas”. Creo que se ganó un recontra lugar.

Noticias Relacionadas