Julieta Poggio: “Me encantaría, soñando en grande, hacer una serie para adolescentes, internacional”

La joven transitó diferentes caminos hasta que José María Muscari la llamó para protagonizar un clásico de la comedia.

La nueva versión de Coqueluche, clásico que tuvo a Thelma Biral y Niní Mar­shall en roles centrales, tiene a Betiana Blum y Julieta Poggio como nuevas intérpretes. La versión que subirá al Multiteatro Comafi de la ciudad de Buenos Aires el próximo 16 de agosto, dirigida por José María Muscari, presentará, por primera vez, a Poggio en un escenario. Con ella hablamos en exclusiva para saber más detalles.

—¿Cómo estás viviendo toda esta previa y la ciudad empapelada con tu cara, con Coqueluche?

—La verdad es que es una locura. Ver la marquesina, acá en calle Corrientes, ver mi cara gigante, ver la vía pública, me hace sentir como que ya es real. Ya se llega, ya se viene y no falta nada para el estreno. Así que estoy con mucha ansiedad, tengo un poco de presión, pero sobre todo feliz. Muy, muy contenta.

—Cuando te llegó la propuesta, saliste de la casa, con mucha información, con propuestas para seguir en el canal y demás, pero te dijeron teatro, ¿fue un sí rotundo?

—Obvio, a mí el teatro me encanta, me encanta el teatro porque es tan único, cada función es distinta porque es resolver, en el aquí y el ahora, y es donde más feliz soy. Literal. Me encanta el teatro.

—Contame un poco de tu personaje, Coqueluche...

—Bueno, Juanita, alias Coqueluche, en muchos sentidos se parece a mí, yo me siento muy identificada con ella, porque ella es una chica que no tiene filtros, dice toda la verdad, la larga, es sincera, es muy auténtica, y fue un desafío quizás actoral para mí, en el sentido que ella es un poco guarra, vivía en un convento, quizás no tuvo la educación, o los valores que se le deberían haber inculcado, entonces quizás eso fue lo más difícil de meter en mi cuerpo.

—¿Por las puteadas?

—No, porque yo puteo, pero es como más varonil, más como un animalito, pero con la ayuda de Muscari pudimos sacar lo mejor de mí, me exprimió a full y meterlo en mi cuerpo, encontrando el balance justo.

—Estás con muchas cosas, ensayos, el streaming, eventos, de todo. ¿Cómo estás viviendo todo lo que sucedió al salir de la casa de Gran Hermano?

—A mí me encanta trabajar, así que estoy acostumbrada a no tener tiempo ni para dormir la siesta. Pero en este momento, a full, la verdad. Hasta hace poco estuve con Fuerza Bruta y ahora estoy a full ensayando y a la noche haciendo el streaming, y también metiéndole a las redes sociales, que es superimportante para seguir manteniendo el público que en algún momento nos eligió. Trabajando mucho, por suerte, un poco estresada, pero a full.

—Con Mario Guerci, que está en la obra, ya habían trabajado en la novela Consentidos, ¿cómo fue reencontrarse con él?

—Sí, Consentidos. Relindo, siento que el arte siempre te vuelve a unir en un punto. Es chiquito el mundo. Siempre volvés a compartir, la verdad que Mario es un amor, es un gran compañero y está muy bien en su papel también. Creo que cada uno, en sus roles, tenemos algo que nos identifica con el papel. Muscari es un genio en ese sentido, en armar elencos.

—Contame también un poco cómo es trabajar con Betiana, Mónica Villa... ¿Habías visto Esperando la carroza?

—Sí, la vi, yo estuve en Esperando la carroza 2, un bolo, una participación, hice de hija de Mónica. Así que viste cómo te vuelve a unir, está conectado. La verdad que es como que yo tenía mucha presión de trabajar al lado de ellas, actrices con tanto camino, pero estoy superabierta a escuchar todo lo que me puedan aconsejar, aprender sobre ellas, de su manera de trabajar, de cómo arman sus personajes, y hay súper buena onda en el elenco, creo que eso es clave, se demuestra después arriba del escenario.

—Seguís con el streaming con Na­cho, la Tora, Daniela, ¿seguís en contacto con el resto?

—Rebién, la verdad, estamos divertidos en el streaming porque es trabajar, pero al mismo tiempo estar con amigos, y tenemos la máxima confianza, sabemos los límites de cada uno, nos conocemos, las caras. Entonces creo que salen muy buenos clips porque también nos abusamos de la confianza que nos tenemos y también el stream me ayudó mucho a estar del otro lado también, a entrevistar a un invitado, a averiguar sobre el tema y creo que me dio esa cancha, me gusta hacerlo.

—¿Te gustaría conducir en televisión abierta?

—Sí, me regustaría, me veo más como... quizás como un programa como apuntado más a teens o a más chicos.

—Que no hay...

—Que no hay. Y yo tengo mucho ­feeling, la verdad, con la gente chiquita y que me siguen, me aparecen cosas que son una locura, no sé, hacen cosas, tazas con mi cara, los challenges, y es un público que quiero cuidar y mantenerlo.

—Bueno, vamos a soñar en grande. ¿Tenés alguna película, serie, obra de teatro que sueñes hacer?

—La verdad, me encantaría, soñando en grande, hacer algo como Élite, como Edén, una serie así como para adolescentes, internacional. En Espa­ña me gustaría grabar.

—¿Por qué en España?

—Porque me encantan los españoles, me gustaría actuar de argentina entre españoles.

—Llega Coqueluche, ¿qué más?

—Sí, hay muchas cosas que tuve que decir que no, porque este tipo de proyectos requiere muchísimo tiempo y es mi objetivo en este momento, pero ojalá que sí.

—Última pregunta para terminar con la duda que hubo en la casa: ¿“el mozo” o “hermoso”?

—Hermoso (risas).

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