Julieta Zylberberg habla sobre Puán

El film llega hoy a los cines.

Puán, de Benjamín Naishtat y María Alché, protagonizada por Marcelo Subiotto y Leonardo Sbaraglia, llega hoy a los cines. En ella, Julieta Zylberberg encarna a una docente que realiza malabares para poder cumplir con su tarea. Con ella hablamos en exclusiva.

—¿Cómo fue crear el personaje y trabajar con Benjamín y María?

—Es muy lindo eso de la película que todos los personajes tienen muchas contradicciones y debilidades y fortalezas que los hacen muy adorables todos, incluso como los aparentemente villanos. Eso es hermoso. Ellos son una dupla increíble, María y Benja, que también en sincronía con la película filmaron con sus dos hijos muy chiquitos y un montón de horas y turnándose, no como los malabares de la vida a los que estamos acostumbrados, trabajando en un país que siempre se complica todo, pero también que nos permite ser creativos y hacer cosas que nos den significado a nuestra tarea y a nuestra vida. Yo cité a una profesora junto de la cátedra. Los ensayos fueron divinos porque nos pudimos juntar toda la cátedra, todos los actores que hacíamos la cátedra y los chicos iban corrigiendo el guión ahí, dicen a ver fíjate esto, esto, no sé cómo entra, no sé, como un poco probando las escenas y eso es lindo porque las cátedras son como células que funcionan y que tienen distintas, como distintos vínculos y que eso, si bien viste. A veces las películas son esos, los relatos ricos son esos, como las pequeñas cositas que son dos escenas en las que se dijeron tres palabras que definen y te pintan un mundo entero. Y eso es divino. Y eso pasó en la película, no sé, en las escenas que yo estuve, se armaban unas cosas muy de comunión, muy lindas, como todos al servicio de un relato divino.

—¿Conocías Puán?

—Yo no había ido a Puán, sí lo sentía familiar porque sí estudié en el Pellegrini, que es un colegio de la universidad entonces es como una réplica y si estuve en Ciudad Universitaria, o sea, tuve concurrencia en la UBA pero no en Puán, que es un universo bien complejo y en un punto indestructible.

—¿Cómo eras como alumna? ¿Tenías un o una docente que escuchabas e ibas a las clases con ganas?

—Yo era muy buen estudiante, pero también tuve muy claro que me gustaba la actuación de muy chicas, por suerte. Entonces, sí, o sea, eran como dos focos muy, muy importantes en mi vida. Sí esperaba la clase que tenía con Nora Moseinco y que era mi momento favorito de la vida. Y lo tenía re claro y lo disfrutaba y tengo su risa clavada por siempre porque, como en las clases, fue muy fundacional. Y también haber ido al colegio que fui, también lo recuerdo y lo siento igual de fundacional que en mí. Si me iba re bien a la escuela entonces me sufrí un poco de no estudiar una carrera universitaria porque me gustaba estudiar. Pero bueno, igual tenía muy claro ese y no, no pude hacer las dos cosas.

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