entrevista

Lautaro Bettoni: “Los estados de quietud muchas veces son más agobiantes que algo vertiginoso”

El ascendente actor es parte de la ópera prima de Vanina Spataro, donde interpreta a un bañero que se vinculará con el resto de los personajes que deambulan por la playa.

Naufragios, la ópera prima de Vanina Spataro, ya está en los cines de Argentina, en donde Lautaro Bettoni tiene un rol protagónico de una película que habla sobre vínculos y el tiempo, con la escenografía del inmenso mar como escenario principal.

Dialogamos con él sobre la película y los premios obtenidos por Los amantes astronautas, de Marco Berger, de próximo estreno.

—Rodaste la película hace tiempo, ¿la viste de nuevo? ¿Te gusta verte en la pantalla?

—Me encantó, la verdad, siempre es muy lindo filmar y que pase mucho tiempo, porque al margen de las ansiedades de querer verlo, uno logra tomar cierta distancia. Yo personalmente no disfruto mucho de verme actuar, la verdad, porque es como escuchar tus audios de WhatsApp, y con un distanciamiento es distinto. Veo las películas la primera vez, pero soy crítico, con las audiciones me pasa lo mismo. Hoy en día, con los autocastings es complicado, en una época por ahí es ir al lugar, pongo la cara, hago la escena, si fue bien, genial, si no, buena suerte, hasta luego; y hoy en día con los autocastings y demás es como una reflexión constante sobre lo que uno refleja. Que no te sirve para actuar mejor o para hacer una modificación, una escena, sí te sirve que alguien de confianza te diga algo. Pero fue muy lindo de ver la película, porque nada, me retrajo mucho al rodaje, creo que está muy bien calada la esencia.

—Muy uruguaya la película…

—Muy uruguaya la película, la esencia así de relajo y de pesadumbre y al mismo tiempo como una relajación aplacadora, digamos que creo que es un poco un síntoma que atravesamos los personajes en la peli.

—Y hay algo del mar, y esa playa que también es algo muy uruguayo…

—Que por ahí nosotros no tenemos esto de estar ahí tratando de esperar, que resuelva el vaivén de las olas, todos los problemas que tienen y creo que hay algo de ese baile de la ola que nos va metiendo a todos y cuando te querés dar cuenta pasaron 15 años, como le pasa al personaje de Alfonso Tort. Que es eso medio del día de la marmota y de todos, cuando te querías dar cuenta, pasó una temporada y el público va, y los turistas van y vienen y demás y uno se va quedando ahí. Yo creo que es una dinámica de vida muy linda, pero hay que saber elegir en qué momento de la vida hacerla, porque quizás en ese trajín te chupa el agujero de la arena.

—¿Cómo vas eligiendo los lugares en donde poner un pie para seguir forjando la carrera?

—La verdad que medio a ciegas, como todos, ahí, a gatas, haciendo dos pasos para adelante y uno para atrás. Recién volví de México y conocí un montón de gente. Increíble. Había una de las personas que era un jurado que me cayó superbién y estuvimos todos los días hablando. Y bueno, cuando me enteré, él actúa en Amores perros, y yo estoy acá hablándole de cualquier pavada, debería estar intentando de otra cosa, pero me pasó mucho de conocer mucha gente muy hermosa. Conocía el Festival de Guadalajara, pero ignoraba la magnitud que tiene para la propia industria de allá y lo feliz que estaban todos los mexicanos de recibirnos, y los mexicanos que iban al festival, pero no tomé dimensiones de lo grande que era hasta que llegué ahí.

—Esto de no tomar dimensión hasta que estás en un lugar puede ser que sea muy tuyo…

—Sí, hay una inocencia de no tomar dimensión de las cosas. Creo que en definitiva me parece un rasgo lindo porque no sé, si tomara demasiada dimensión de algunas cosas capaz me apechugo o voy distinto. Yo por lo pronto ya con haber ido, ya estaba hecho y enterarme que encima ganamos con todo el elenco de Los amantes astronautas, el premio mejor actuación, dentro de la sección del festival Maguey, fue como una frutilla de postre, pero yo estaba hecho de hecho antes de la gala.

—En medio de la alegría de un estreno les toca también esto de tener que lidiar con una situación adversa para el cine y la cultura…

—Yo creo que es respetable cualquier postura, y tener el privilegio de tener cierta visibilidad me parecía que estaba bueno decir algo, para que no quede en un lugar panfletario. Yo creo que hoy en día con las redes uno comparte una foto y sea el enunciado que sea, cualquier tipo de cuestión política o social que esté sucediendo, lo que primero está ahí delante es el show, que está muy expuesto, “yo estoy diciendo”, y “esto es importante”. Y creo que es interesante correrse de algunos lugares y simplemente denunciar, y no para quedar como el hijo del Che Guevara, sino simplemente porque me parece que toca la responsabilidad, de la misma manera que habla alguien que con un micrófono pueda opinar lo opuesto y vivimos en democracia, por ahora.

—¿Qué le dirías a alguien para que vaya a ver Naufragios al cine?

—Le diría que es una peli muy sensible, muy uruguaya, que no aspira a una narrativa y a una historia descocante ni llena de brillantinas. Al contrario, va por los cambios y claroscuros de los personajes y a entender los estados de quietud que muchas veces son más agobiantes que algo vertiginoso.

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