Los escándalos de Roman Polanski

Aberrantes hechos marcan el pasado del cineasta nacido en París, acusado de graves delitos penales.

Corría el año 1977 y Roman Polanski cursaba sus 44 años, era un cineasta consagrado y un galán en todos los terrenos. Sus películas lo habían posicionado en un lugar de privilegio dentro de la industria cinematográfica de su país y del mundo. Por esa época, realizó un casting para fotografiar jóvenes modelos y así fue cómo conoció a Samantha Geimer, quien tenía apenas 13 años. Un día se presentó en su casa, convenció a la familia para poder llevar a la menor y así realizar el intercambio publicitario.

Durante la sesión, ella posó con el torso al descubierto y prometió no revelarles esta situación a sus progenitores. Pasaron tres semanas y volvió a ser convocada para otro contrato, donde estaría en paños menores. En una charla acontecida durante el viaje a la casa de Jack Nicholson, donde se llevaría a cabo este trabajo, Polanski indagó sobre la vida íntima de la menor. Según la acusación, antes de iniciar la jornada, el cineasta la invitó a beber unas copas de champagne y le concedió una pastilla somnífera. Luego le tomó una serie de postales y ella aseguró que fue abusada en un jacuzzi.

Una vez que la adolescente llegó a su hogar, denunció al artista, que decidió profugarse con destino hacia Europa, buscando evitar transitar un juicio y una condena posible de hasta 50 años de prisión.

Esta situación disparó dos posturas. Por un lado, aquellos que defendían al director cinematográfico, al que consideraban víctima de una familia de cazafortunas. Por otro, quienes lo indicaron como un pedófilo.

La investigación se abrió a la inmediatez y el artista vio formularse seis cargos en su contra, mientras que la víctima debió prestar declaración ante el jurado. Polanski se declaró inocente de varios cargos y admitió su culpabilidad en el cargo de estupro (acto lascivo a una niña menor de 14 años) a cambio de que le retiraran el resto de acusaciones.

El realizador se instaló en el viejo continente, mientras que la familia afectada perdió el anonimato y la chance de poder circular libremente por las calles. El mediático cumplió 42 días de cárcel y fue liberado rápidamente, para posteriormente ser detenido en Suiza y cumplir meses encarcelado.

Con el paso de los años, Geimer logró sobreponerse, comenzó a escribir un libro con sus anécdotas y presentó un documental con los relatos. Además, ahora, con el terrible pasado enterrado, la mujer declaró que mantiene intercambios postales con Polanski, que es papá de dos hijos y está casado, como una forma de resiliencia y de instalar un manto de paz ante todo el dolor que supo transitar.

Asimismo, Samantha reveló en una entrevista internacional: “Tengo claro que lo sucedido cambió mi personalidad, me sentía resentida y rabiosa. Yo no había hecho nada malo. Entonces, ¿por qué tenía que pasar por toda aquella situación horrorosa? Es posible que sí hiciera algo malo. Ser una estúpida. Eso de posar con las tetas fuera, de beber y tomar la píldora. No sé en qué estaba pensando…”.

La resiliencia de la víctima la llevó a hacer público su caso para trabajar en pos de ayudar a otras chicas y mujeres que pasan por los mismos episodios. Es por ello que suele prestar sus testimonios en especiales, con entrevistas alrededor del mundo. Además lo compartió en su biografía personal, cuya tapa está ilustrada con la fotografía que Polanski le tomó en el momento de los hechos.

Por su parte, Polanski está trabajando como realizador para una serie italiana, pero también nuevamente debe litigar en la Justicia contra Charlotte Lewis, una actriz que lo acusó de violación a principios de los años 90. Polanski la denigró al escuchar sus palabras y hace unos años volvió a referirse a ella, tras lo cual fue demandado por difamación y ahora deberá prestar su testimonio ante la Justicia francesa, cuyo plazo estipulado será de dos años.

Nunca volvió a Estados Unidos y su pasado siempre lo acecha. Recientemente, en una ceremonia de los Premios César, el máximo galardón del cine galo, Céline Sciamma y Adéle Hanel se retiraron del lugar ante su presencia.

Noticias Relacionadas