26 Bafici: continúa la fuerte presencia argentina

Hasta el domingo sigue el festival que funciona de vidriera para las producciones nacionales antes de llegar a las salas.

La edición 26 del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici), que finaliza el próximo 13 de abril, sigue demostrando su compromiso con las producciones locales, ofreciendo diversidad y espacio en momentos tan críticos para el cine local. “Se mezclaron, se cruzaron como varias inquietudes que tiene a mí mismo. En un momento me empecé a preguntar qué pasaría si en una película de cine negro no hubiera un detective privado y la persona que tuviera que llevar adelante la investigación no tuviera tiempo porque estuviera trabajando. Entonces eso es algo que siempre me quedó, bueno, una detective que no puede hacerlo porque tiene que laburar, no puede vivir de detective. Por otro lado, fuerte era las ganas de trabajar sobre el barrio de Once, donde vivo, y hay un cruce de culturas, las migrantes que viven en el barrio y esa migración de los noventa y nos dimos cuenta que ya no sabíamos nada sobre ellas, pero concretamente cómo eran las vidas de esas migrantes”, cuenta Luciana Piantanida, directora de Todas las fuerzas, que se presenta en Competencia Oficial Argentina y que cuenta la historia de Marlene, una mujer que comenzará a buscar a su amiga desaparecida.

De España llegó Enrique Buleo con Bodegón con fantasmas, una comedia irreverente sobre mujeres, muertos y mucho más. “Es una tierra que tenía muchísimas ganas de conocer, pero bueno, por circunstancia no había podido venir hasta ahora y muy bien, de pronto, muy buena experiencia. La intención que tenía el título, que yo le di al título, es que en España un bodegón es una naturaleza muerta, es un cuadro, normalmente con elementos, con uvas, interdices, en fin, cualquier cosa, ¿no? Tiene un punto costumbrista. Recuerdo que algunos nos dijeron Oye, cuando tengas que estrenar esta peli en Latinoamérica, tené mucho cuidado porque Bodegón allí no es lo que es aquí. Lo tuvimos muy en cuenta, pero no sé qué ha pasado, que al estrenar la peli aquí, yo creo que la distribuidora pensaba que en Argentina era igual que en España, pero resulta que no, porque aquí en Bodegón es un bar”, dice el realizador sobre su llegada al país.

Isabel Marcenaro Bouter, directora de Susana Rinaldi, libre, película sobre la talentosa Susana Rinaldi, cuenta el impulso que tuvo para dirigir el primer documental sobre la reconocida “Tana”, tal como se la conoce popularmente. “Me siento emocionada, porque después de tanto remar, nos costó mucho hacer esta película, así que es súper reconfortante. Al principio rodamos conciertos de ella, lo primero fue el homenaje a Aníbal Troilo en el Teatro Coliseo, después algunos recitales, y paralelamente a eso comenzamos a rodar en París, porque en 2018, habíamos comenzado en 2017 con negociaciones, ahí empezamos a charlar, un largo tiempo. Pero cuando dijo que sí, estuvimos otros meses buscando material de archivo, que en Francia conseguimos hacerlo con una documentalista que encontró cosas en todo el mundo, mucho más que acá, editamos y paralelamente fuimos buscando todos los textos”. Sobre la película, Alex Ollivier, coguionista dijo: “Había horas y horas de material para ver, y el trabajo entre nosotros dos fue maravilloso, desde el primer día que nos sentamos a trabajar, porque empezó por diferentes lugares, yo soy amigo de Susana hace 20 años y un día en París ella me dijo Si me muero no hay nada sobre mí, había empezado a hacer algo una persona que falleció, y hay que agradecerle que él había empezado a clasificar los materiales, y un día voy con Susana a una fiesta y ahí conocí a Isabel. Por suerte pudimos mostrarla como es ella, no lo que la gente cree que es, más allá de la parte artística”.

Gatillero, de Cris Tapia Marchiori, en Competencia Oficial Internacional, cuenta sobre la recepción de la película en Bafici: “Estamos muy contentos, porque lo primero que nos pasó es que estrenó la película hace 10 días en un festival en Estados Unidos y la gente en la sala se reía, se emocionaba y recibimos muy buenas devoluciones y críticas, entonces veníamos entendiendo que un poco gustaba. El miedo que teníamos era ver si venía gente y la sala se llenó. La gente la abraza y le encanta, por la locura del plano secuencia y por la historia que cuenta”.

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