Entrevista Exclusiva

Lourdes Fernández: “La fama fue un medio, nunca fue un fin”

Dueña de una de las voces más privilegiadas de Argentina, cumple 20 años al frente de una de las bandas más queridas. Lo celebra con shows en distintos puntos del país.

Ya han pasado dos décadas desde que Lourdes Fernández irrumpió en el mundo musical, tras ser una de las ganadoras de Popstars y sumarse a Bandana. Diario Hoy dialogó con la cantante antes de presentarse en el Teatro Broadway de Rosario, este 12 de febrero a las 21 horas, con entradas en venta en tuticket.com.

Anteriormente se había presentado, el 30 de enero, en Predio Toledo, Mar del Plata.

—¿Imaginabas que iban a estar 20 años con Bandana?

—Nos presentamos en el casting sin saber mucho de lo que se trataba, la premisa era que si te gustaba cantar y bailar te presentaras. Yo era Robocop antes de esto (risas), así que en ese sentido fui bastante caradura. Creo que nadie se imaginaba lo que iba a suceder con Bandana, fue increíble. La aceptación de la gente, el cariño inclusive hoy por hoy; no sólo los fans de ese momento, sino los que nos descubrieron a lo largo del tiempo e inclusive gente que hoy por hoy viene a vernos con su familia. En un show nuestro podés encontrarte con un musculoso, una pareja gay, una travesti, un transformista, una drag queen, el nenito de 4 años, su mamá y un padre que lleva a su hija a vernos.

—Más allá del resto del grupo, con Lissa Vera mantuvieron siempre el vínculo a lo largo de los años…

—Lo que pasa es que con Lissa rompimos el esquema de lo que era una artista pop, tenías que ser modelo, no importaba un pito si cantabas o no; en este punto las cinco lo hicimos. Y en el caso de Lissa y el mío, éramos como más “viejitas”, no sabíamos ni hablar (risas).

—Eran las más auténticas…

—Yo creo que el que se come el flash y se piensa que después de una foto, salir en la tele, o subir al escenario, piensa que es mejor que otro, o que cualquier trabajador, es boludo de antes. La fama fue un medio, nunca fue un fin. Sé de primera mano que hasta nos gustaría tocar con una careta, y hacer una vida normal. Con el fallecimiento de Diego Armando Maradona, que tengo una frase de él en un tema, tuve la suerte de conocerlo y nos trajo a las hijas, pensaba: si uno hubiese estado en su vida un solo día hubiésemos terminado con las chapas por el techo. Muy intenso. Alguien que tiene todo y no puede hacer nada por estar siempre observado. Así y todo se animaba a decir las cosas que pensaba y sentía, y yo lo admiré mucho por eso, porque me parecía muy genuino en un punto y a la vez también hizo lo que pudo.

—Que es lo que generalmente pasa, como en el caso de ustedes que nunca imaginaron todo lo que se venía con el grupo y el programa…

—Claro, no nos imaginábamos para nada lo que se venía. Lissa se acuerda que al estar encerradas, el programa ya estaba grabado. Y cuando fuimos al Abasto, había una multitud esperándonos; lo vivimos con terror y pánico, algo que siempre me pasa al volver cada vez al escenario.

—Más allá de Bandana, te lanzaste como solista y estuviste al frente de Mandinga Tattoo (que se ve en Canal de la Ciudad y Flow). ¿Te gusta la conducción? ¿Seguirá el programa?

—Sigue, estamos en la sexta temporada. El año pasado ganamos un Martín Fierro. Cambiamos el formato por la pandemia, porque el tema del Covid es complicado; y empezamos a darle una vuelta más a la conducción y eso me generó un refresh de lo que venía haciendo y descubrirme en la “desconducción”. Porque yo digo que “desconduzco”.

—Además el programa es un formato que nosotros consumimos siempre de afuera…

—Claro, Ink Master es un programa que veo; y acá dejamos de lado la competencia porque habla de cómo convivir, compartir. Apadrinan escuelas rurales, hacen tatuajes sanadores, la mayoría de las chicas que se tatúan son mujeres víctimas de violencia de género, y no sólo heterosexuales. Me encanta todo lo que se logró en cuanto a conciencia feminista, que siempre estuvo presente en Bandana, gracias a Gustavo Yankelevich, que nos cuidó mucho también. Pero creo que tenemos que empezar a tratarnos como seres humanos, más allá del género. Entiendo que hay que llegar a extremos para tomar conciencia, pero creo que hay que ser más unidos. Si vos te transformás en lo que repudiás, estamos en el mismo problema.

Volver a cantar en vivo

—¿Expectativas por la vuelta a los escenarios presencialmente? ¿Cómo ensayaron?

—Muchas, porque estuvimos haciendo algo en autocine, pero hay un vacío con respecto a los autos, porque están muy lejos del escenario. Desgraciadamente no hay plataforma que no tenga delay, sino estaría todo el tiempo cantando en vivo.

—Igual la tecnología nos permitió seguir disfrutando del arte en pandemia…

—Sí, y se abrieron plataformas que permitieron ver el talento que tenemos en Argentina. Podés mostrar tu música gratuitamente, no necesitás mostrar tu demo o estar en una compañía. Y los independientes la están rompiendo, como los chicos que hacen trap, con una narrativa dedicada a la política. Yo estoy muy contenta de estar en democracia, hay que valorar mucho eso, uno elige al presidente que está. Ejercer en la Argentina es un lío bárbaro, pero con la pandemia realmente es fuertísimo.

—¿Qué canción de Bandana es la que más te gusta?

—Opto por Con eso tengo seguro tu amor, un blues, lo cantamos con Willy (Walter Piancioli), de Los Tipitos, en el último streaming. Es parte de nuestra película, en una escena medio “lésbica” con Valeria en medio de la lluvia.

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