Lucas Martí: “Virus cambió mi dirección musical”

Es uno de los artistas más inquietos de la escena under argentina. Hermano de Emmanuel Horvilleur e hijo del fotógrafo y realizador Eduardo Martí. Esta noche se presentará con su banda en la ciudad de Federico Moura, uno de sus referentes

Lucas Martí dio sus primeros pasos repartidos entre su hogar y el de Luis Alberto Spinetta, donde veía desfilar a los próceres del rock nacional. Ya en su adolescencia, Emmanuel Horvilleur, su hermano mayor, comenzaba a tener éxito junto a Dante Spinetta en Illya Kuryaki & The Valderramas. 

Lucas inició su carrera en el año 1996, cuando editó Tropas de bronce, el primer disco de A-Tirador Láser, banda que tuvo junto al artista plástico Nahuel Vecino, y por la que desfilaron  otros miembros como Migue García, hijo de Charly y Fernando Samalea. En 2004, la banda llegó a su final, pero Martí comenzó su prolífica carrera solista, además de otros proyectos como Varias Artistas, una trilogía de discos en la que escribió letra y música para que las interpretaran mujeres en voz, como Juliana Gattas, de Miranda!, Javier Mena y Emme, entre otras. Hoy, a partir de las 21, se presentará en el Centro Cultural Estación Provincial de 17 y 71, junto a Miguel Ward, de 107 Faunos. 

—¿Cómo surgió la trilogía de discos Varias Artistas, con cantantes mujeres?

—Se remonta a fines de 2006. Había sacado mi disco Tu entregador, y estaba entusiasmado con seguir haciendo cosas, grabando y componiendo. Tenía idea de hacer otro álbum, pero estaba muy pegado al disco anterior y se lo pregunté a Ezequiel Kronenberg  (su bajista y hombre de consulta permanente) por teléfono. Él me contestó No, pará un poco, acabás de sacar un disco. Tras ese llamado se me ocurrió la idea de hacer un proyecto en el que cantaran mujeres. Al principio, la idea era hacer solo piano y voz. Luego nos dimos cuenta de que estábamos muy metidos en el proyecto, ya haciendo el primer tema. Lo primero que grabamos como prueba fue Patrullero, con Juliana Gattas y María Ezquiaga, de Rosal. Un poco como lo hago yo, de manera bastante intuitiva. Para mí es uno de los capítulos más emocionantes y entretenidos, y donde más aprendí de lo que hice hasta ahora. Tuvo tanta magnitud que no sé si voy a volver a hacer algo así, porque requiere mucha energía. Creo que lo hice en un momento en el que me sentía capacitado. De todos los aspectos buenos y positivos, hizo que mis canciones se conozcan más, más allá de que las cantara o no. Mi obra abarca letra y música. Cualquier proyecto donde haga eso es un proyecto principal para mí. Si hago trabajo de producción no lo siento así.

—En este momento, Sofía Vitola, de Potra, y Julieta Sky, que grabaron con vos en Varias Artistas, son parte de tu banda. ¿Por qué las elegiste? 

—Siempre prioricé algunas cosas a la hora de hacer música, y también las relaciones con los músicos. La amistad fue algo prioritario. Y con ellas dos se generó eso. A Julieta la conozco desde hace mil años. A Sofía, desde hace menos tiempo, pero se armó algo muy divertido entre los tres, que renovó al grupo y a lo que estaba pasando adentro de la banda. Las elijo porque son amigas, muy buenas cantantes y aportan muchísimo. Me permitieron trabajar temas que nunca había podido hacer, porque yo en una época iba a un estudio, grababa tres o cuatro capas de voces y después no las podía reproducir en vivo. Así que estoy muy contento con ellas. De hecho, tenemos otra formación que son ellas conmigo, solos los tres. Vinieron para quedarse.

—Las sombras que evadimos, tu último disco, parece grabado como para que en el vivo suene igual. ¿Cómo es tocarlo con la banda?

—Dentro de todo lo que hago hay diferentes tipos de discos. Es una evolución llegar a este punto, e ir por más todavía Sumé nuevamente elementos de rock. La guitarra tiene el protagonismo de cuando yo era más chico. Hice todas las maquetas con instrumentos virtuales en mi computadora, por una cuestión de tiempo, y después, en el estudio, grabamos los instrumentos. No tengo una disponibilidad de músicos para trabajar allí con ellos. El otro día lo presentamos y realmente es así. Pueden hacerse cosas muy similares a las que están grabadas.

—¿Qué recordás de La Plata?

—Fui muchas veces en diferentes situaciones. La mayoría, con la guitarra, solo. Me parece que con banda toqué solamente una vez. Y es un desafío, ya que son lugares donde tenés que remar un poco más para captar la atención de la gente, por lo menos en mi caso. A la vez creo que hay muchas personas a las que les gusta mi música, espero que se acerquen. Tengo ganas de ir, la apuesta de estar con toda la banda no es algo menor La primera vez allí, en 1996, a mis 17 años, fue con A-Tirador Láser a El Chacal (exboliche, en 8 y 42).  Fue un domingo genial, porque el que nos llevó nos dijo que había show, asado y conferencia de prensa. Y fue así, pero todo desopilante, un domingo triste (risas). Tengo amigos allá también. Además es una ciudad megarockera, de las más importantes, por los exponentes musicales que nos dio, y que nos sigue dando. Tengo ganas de ir allá. Va a ser un show intenso, power rock progresivo, que es la música que hago.

—¿Quiénes te marcaron musicalmente, además del inolvidable Luis Alberto Spinetta? 

—Los clásicos del rock nacional me gustan todos. Los pilares son Spinetta y Federico Moura. Discos como Superficies de placer, de Virus, me marcaron. Virus cambió mi dirección musical completamente y la considero muy importante, porque me modificó siendo más grande, lo que no es tan fácil. Escuché su música cuando ya tenía 20 años, en el tercer disco de A-Tirador Láser. Y lo difundí tanto entre mis amigos que se volvió familiar. Toda esa estética que manejaba el grupo fue muy grosa.

—Uno, desde afuera, puede pensar que por ahí tenías más posibilidades para explotar por el entorno, ¿cómo lo ves con el paso del tiempo?

—Todos tenemos ideas erradas con respecto a las realidades de otros. La verdad es que yo empecé a tomar decisiones más conscientes un poco más grande. Pero si cuando arranqué hubiera tenido más posibilidades de sellos de estudio, las habría agarrado, si sirve para hacer música ¿por qué no? Hoy Los años luz, que me edita, para mí es una especie de ángel que me viene ayudando un montón. Lo que más me motiva a trabajar con ellos es que les guste mi música. Estoy contento con el lugar que ocupo, porque prioricé la idea de intentar ser creativo, por sobre todas las cosas, ya que pude hacer todos los delirios que tuve. Entiendo que quizá en los sellos hay limitaciones. Yo saco  prácticamente un disco por año, y eso un sello grande no te lo hace. Para mí fue más importante expresarme y sacar afuera las ideas que tenía. Siempre intento llegar a más gente, pero tengo un grupo de seguidores muy intenso.

Noticias Relacionadas