Marilyn Monroe, ícono de la moda y la sensualidad en el universo Hollywood
En un repaso histórico por los ciclos, personajes y figuras que marcaron un momento de la farándula internacional, diario Hoy recuerda a la diva norteamericana.
Nacida bajo la identidad de Norma Jean Baker, pero siendo más reconocida hasta nuestros días como Marilyn Monroe, la diva se convirtió en un símbolo sensual de Hollywood, manteniéndose vigente por su fama, el glamour, los romances, y misterios alrededor de su imagen. Actriz y cantante, Monroe mantuvo romances con figuras de la política norteamericana y la farándula cinematográfica.
Nació en Los Ángeles y jamás tuvo la chance de conocer al progenitor. Además, en los primeros años de vida fue criada por un matrimonio amigo de su familia. Luego su mamá fue internada en una clínica neuropsiquiátrica por padecer esquizofrenia y es por ello que la jovencita vivió con familias adoptivas. Por aquel entonces fue abusada sexualmente por uno de sus padres adoptivos.
Mientras crecía, la joven Norma dejó sus estudios secundarios para iniciar el camino laboral en una fábrica donde se construían aviones. Allí conoció al que sería su primer esposo, James Dougherty.
Tiempo después la relación llegaría a su fin, y así conoció a un fotógrafo que la lanzaría a la fama como modelo publicitaria. Así comenzaría su carrera como figura pública. Esto le valdría la incursión como actriz de reparto en las producciones de Fox y así intervino con una identidad nueva que no es otra que Marilyn Monroe.
Entre las cintas que pueden mencionarse, se encuentran Jungla de asfalto; All about eve; Niágara; Los caballeros las prefieren rubias; La comezón del séptimo año; Bus stop; El príncipe y la corista; Some like it hot; La adorable pecadora; entre otros.
Tras su divorcio del primer marido y sus segundas nupcias con el agente Andrés de Dienes, la rubia inició su camino hacia la fama. Conoció también al deportista de primera línea llamado Joe Di Maggio, entablaron una relación clandestina para luego pasar por el altar.
Pero no todo lo que brilla es oro: el hombre era celoso de la fama de su esposa. De esta manera poco tiempo después llegó un nuevo divorcio.
La mujer se entregó a los brazos de un amor abocado a la escritura como Arthur Miller, también convivieron y sufrieron la pérdida de un embarazo.
Tras terminar también con esta sociedad marital, inició un romance clandestino con el presidente de los Estados Unidos, John Fitzgerald
Kennedy. Este amorío (sabido por su entorno íntimo) fue el causal de muchas incógnitas que vendrían un tiempo después. El escándalo se desató cuando la mujer salió de un paquete en el cumpleaños del mandatario para cantarle el Feliz cumpleaños. Monroe también mantuvo encuentros íntimos con el hermano del presidente, otro colega político llamado Robert Kennedy.
Seis meses después, la actriz murió a causa de una sobredosis y fue encontrada boca abajo con un teléfono entre sus manos. Vale mencionar que sufría depresiones y episodios vinculados al alcoholismo.
Tras su desaparición física, se tejieron todo tipo de teorías sobre las causas de su deceso.
La Policía negó cualquier información sobre cuál era la sustancia que la dejó sin vida y tampoco dieron a conocer los audios de las conversaciones telefónicas que mantuvo en las horas previas a la muerte.
Con el paso de los años, la información sobre la autopsia comenzó a develarse y dio cuenta del estado de dejadez. Por ejemplo, la mujer estaba sin la dentadura postiza, sin teñirse ni depilarse.
Las conspiraciones incluyen versiones sobre la implicación del FBI y la Casa Blanca.
Más allá del final abrupto de su existencia, la diva logró posicionarse como un ícono de moda que aún perdura hasta nuestros días.