Mark Steger, el monstruo de Stranger things: “Siempre quise visitar la Argentina”

En una entrevista exclusiva con este medio, el actor de la serie dirigida por los hermanos Duffer habló del proceso que originó al Demogorgon y las repercusiones inesperadas de la serie que volverá el 31 de octubre 

Mark Steger nació en 1962, y con casi treinta años decidió involucrarse en la industria del cine. A pesar de haber formado parte de historias como Hombres de negro y Soy leyenda, su cara es quizás una de las menos conocidas por el público: en la mayoría de sus participaciones eligió interpretar a las criaturas terroríficas que formaban parte de la trama. 

Su paso más reciente fue por Stranger things, la serie que se llevó todos los laureles durante 2016 y que tiene a la audiencia expectante con su regreso el próximo 31 de octubre. Allí encarnó nada más y nada menos que al monstruo que atacaba a los habitantes de Hawkings.

Mientras los hermanos Matt y Ross Duffer comenzaban a idear la ficción, alguien recomendó a Steger para encarnar al villano de la primera temporada, el Demogorgon, como fue bautizado por los jóvenes protagonistas. “Me llamaron para reunirnos, me mostraron un dibujo hecho por Aaron Sims (Hulk y El planeta de los simios), y hablamos de películas viejas como Alien y The Thing, de John Carpenter”, contó el actor, que enseguida se entusiasmó con la propuesta.

—¿Cómo fue esa charla con los Duffer?

—Conversamos sobre cómo querían construir al monstruo, usando efectos prácticos y algunas reconstrucciones digitales. Esa tarde había otras personas esperando para reunirse con ellos por el papel, y a algunos los conocía porque habían trabajado para mí. Los vi y me acuerdo que pensé “es mío”. Días después, mi agente me llamó para contarme que lo había conseguido, así que empezamos el proceso de desarrollo del traje, con la compañía de Mike Elizalde, Spectral Motion.

—¿Cómo fue estar dentro del cuerpo del Demogorgon?

—Cuando interpretás un personaje así, por la estructura del traje y el maquillaje, tu fisiología queda alterada. No me muevo como un humano, no puedo ver normalmente, no escucho bien, y, cuando los motores del traje están encendidos, prácticamente no oigo nada. Además, estoy más alto, porque estoy en zancos, y mis brazos son marionetas mecánicas que manipulo. Toda esa privación sensorial crea tu imagen de la realidad y al mismo tiempo te permite sentir que sos ese otro. Verme en el espejo me sirvió para inspirar los movimientos de la criatura.

—¿Qué fue lo mejor y lo peor del proceso?

—La mejor parte fue trabajar con el equipo de Spectral Motion, la gente que diseñó y construyó el traje. Fue con los que más tiempo estuve y son todos estupendos. Lo peor era ir al baño, no era nada fácil.

—Después de lo que pasa con el Demogorgon, ¿va a volver a aparecer?

—Nadie sabe qué sucederá con él. Si te lo dijera, tendría que matarte (risas).

El agradable clima en el rodaje

Al estar en las antípodas de la genial Eleven (Millie Bobby Brown), el monstruo encarnado por Mark Steger se ganó un odio potenciado por parte de la audiencia que a toda costa esperaba el reencuentro con Will (Noah Schnapp) y el triunfo de la joven banda. Sin embargo, cuando las cámaras se apagaban, la relación entre todos los colegas era muy amena.

—¿Cómo te llevaste con el elenco?

—La mayoría de las escenas las hice con los chicos y los adolescentes. Fue una experiencia genial y divertida. Al margen de que son actores excelentes, todos son buena gente, con gran sentido del humor. Había muy buena vibra en el set, una de las mejores que me tocó. Nos divertíamos molestándonos entre nosotros, sobre cómo el Demogorgon se los iba a almorzar y ellos me iban a derrotar.

—¿Y con los hermanos Duffer?

—Cuando están trabajando es una colaboración completa entre ellos dos, casi sin grietas, como si tuvieran un cerebro binario. Tienen ese entusiasmo juvenil y podés notar que aman lo que están haciendo. Encontraron una continuidad entre su infancia y la vida adulta, que hace que trabajar con ellos sea un gran placer. Me siento afortunado de que me hayan invitado a esta aventura.

—¿Esperaban el impacto de la serie?

—Creo que todos sabíamos que estábamos trabajando en algo especial, pero no creo que alguno se haya imaginado el tipo de repercusión que tuvo en la audiencia. Me parece que, aunque puede ser aterradora y llena de tensión, tiene el sentido de la alegría y el optimismo, es humana. Esto la hace interesante para el público que estaba acostumbrado a los antihéroes cínicos. Además, el hecho de que esté ambientada en los 80 y vuelva a ese estilo de rodaje la hace placentera y muy emocionante.

—En la Argentina tuvo muy buena recepción, ¿conocés el país?

—No mucho, tengo amigos que estuvieron y me dijeron que es maravilloso, que Buenos Aires es una gran ciudad, y que las montañas y la naturaleza del país son espectaculares. Siempre quise visitarlo.

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