entrevista

Matilde Michanie: “Es muy impactante darme cuenta de que es como si el tiempo no hubiera pasado para nosotros”

La inteligente propuesta juega con materiales de archivo del pasado reciente del país y una idea política sobre la migración.

En su nuevo documental, Cabeza parlante, boca muda, que hoy llega a los cines, Matilde Michanie reflexiona sobre migrar y los avatares políticos y económicos que impulsan la decisión de salir del país. Hablamos en exclusiva con ella para conocer más detalles de la realización.

—¿Cómo fue un poco la manera de imaginar la estructura y qué contar?

—No es fácil de explicar, porque, digamos, yo quería, de alguna manera, contar muy discretamente mi propia experiencia como inmigrante y eso de que, bueno, qué recuerda uno del lugar que dejó, qué le impacta del lugar al que fue, al que llegó a vivir. Fue un proceso muy lento porque, o sea, me llevo cuatro años. Entonces fue un proceso muy lento, por cuestiones burocráticas, pero también por cuestiones creativas. Y de alguna manera, al terminarla, lo que no deja de impresionarme, y ahora que estaba viendo otra vez, es la, no sé cómo decirlo, la “ciclicidad” de nuestro país. Es realmente muy fuerte, porque si, de alguna manera, cae un ejercicio de memoria, lo que me queda claro es cómo olvidamos nosotros, y estamos en una permanente repetición.

—¿Y qué te pasó justamente cuando vos terminaste la película? Más allá de que es algo personal que vos contaste, tu salida del país, que pasaba; pero digo, justamente con la memoria, con los acontecimientos recientes…

—Es que es muy personal, por eso te digo, es muy impactante darme cuenta de que es como si el tiempo no hubiera pasado para nosotros. Todas nuestras experiencias terribles, de violencia, de falta de futuro, de carencias, de corrupción, de engaños, de mentiras, vuelven a repetirse una y otra vez. Eso, ¿cómo no recordamos qué clase de país somos, que estamos empeñados en repetir lo que nos daña, lo que nos impide crecer y hacer lo que tenemos que hacer?

—De cara al estreno, la historia política, económica, social argentina es muy cíclica, ¿con qué te gustaría vos que se conecte la gente? ¿Esta idea, por ejemplo, de memoria, que están tratando, de alguna manera, de que desaparezca esa idea?

—A mí me gustaría que la gente se conecte con lo que nos pasó, con lo que vivimos. Con la repetición de las vivencias que tenemos a lo largo de todas estas décadas. Pero también con un universo personal propio. ¿Qué resuena en cada uno de eso que vemos? Aunque no lo haya vivido, digamos, porque son mucho más jóvenes.

—¿Sos de ver tus películas? ¿Te gusta ver el material? Imagino que obviamente hay todo un proceso que la ves millones de veces en edición y demás. Pero, cuando pasa un tiempo, ¿volvés a ver tus trabajos?

—En general, no. Ahora la estaba viendo porque no la había visto proyectada en sala. No, en general no. Salvo que sea necesario por alguna razón. Pero no me revisito. Siempre, digamos, soy muy perfeccionista. Entonces he tenido como un sufrimiento a veces por todos los errores.

—¿Estás trabajando en algún proyecto?

—No. Este fue como un cierre por ahora.

—¿Y querés seguir por ahí explorando con archivos?

—No lo sé. Está todo muy complicado. Vienen tiempos difíciles.

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