entrevista

Minerva Casero: “Para mí el proyecto que está en mi corazón es el de la música”

La talentosa intérprete protagoniza una dura película en la que vuelve a demostrar su talento mientras se abre paso en el mundo musical.

La nueva película de WHO, Sin salida, tiene como protagonista a Minerva Casero, la ascendente y talentosa actriz, quien, además, en breve se dedicará a la música. Con ella hablamos a días de que se sepa si gana el Premio Platino por su participación en Iosi, el espía arrepentido.

—¿Cómo fue entrar en el universo de Sin salida y sufrir tanto?

—Yo creo que este personaje es el más físico que me tocó hacer hasta ahora. La realidad es que hasta ahora tuve oportunidad de hacer personajes que tenían un poquito más de trabajo de mesa y la verdad es que este personaje no tiene mucho trabajo de mesa. Todo el background y todo lo correspondiente a la temática no me correspondía a mí, no me atraviesa a mí, yo simplemente soy, como vengo diciendo, una intérprete de toda esta historia, pero en realidad puro cuerpo. O sea, es puro sentimiento del cuerpo, peligro, angustia, miedo, tristeza y todo es un lugar muy físico porque la realidad es que bueno, hay diálogos, por supuesto, pero prima la emoción física. Es un trabajo con un cambio atlético, de hecho corrí muchísimo, realmente le puse mucho esfuerzo del cuerpo, siento que, de hecho, todas las escenas de las caídas soy yo con protecciones y demás. Entonces fue de verdad entregárselo a mi cuerpo el personaje y simplemente descansar ahí, y lo intelectual era un segundo plano. Iba a casa y realmente mi cuerpo solo dormía, o sea, yo tomo magnesio, que me lo recomendó mi neuróloga y lo recomiendo abiertamente el magnesio, es algo natural y que no creo que le haga mal a nadie, pero en mi caso a mí me calmó muchísimo para poder dormir. En su momento tenía jornadas nocturnas y jornadas diurnas, entonces con magnesio y durmiendo por momentos y despertándome con otros y armando una rutina, descansaba.

A mí lo que me salva es la rutina, porque te sostiene incluso en el absoluto cansancio, que es cuando más necesitás la rutina y es cuando estás muy cansado. Porque eso te termina sosteniendo el rodaje hasta el final, así que bueno, yo hago mucho deporte, como bien, intento sostenerme y tengo casi todos mis hábitos positivos en torno al cuerpo y demás. Entonces, sentí que pude levantarme, no te digo que me costó salir porque obviamente sí, pero sí, llegás muy cargada tal vez, como muy cansada. Es como un bebé y llorás porque estás corriendo, querés dormir, pero no podés, pero no por la historia, en sí no me quedaba enganchada con la historia ni con lo que había vivido, la televisión te ayuda mucho a entrar y salir, así como pasar la página rápido. Desde ese lugar siento que no me atrapó, y obviamente que todo ese mes lo cargué muchísimo.

—¿Cómo es un poco ir eligiendo un camino en lo actoral? Podrías apostar a ir a lo seguro, pero siempre hay un riesgo en el nuevo papel...

—De verdad que esto no lo sé. Hay cosas que son más simples y me cuestan más. Hay cosas que son más complejas y me salen mejor, hay cosas que yo las hago y después me sale bien, me sale mal, tengo que soltar, no sé. Siento que una de mis posibilidades cuando hice este casting, en realidad lo que me destacó fue que pude solucionar el casting muy rápido. Tenía que llorar como muy rápido y fue como fue algo que pude hacer. Creo que eso, simplemente no sé, en un punto la experiencia que voy ganando, que la verdad ya es algo. Pero tampoco es tanto, soy muy joven, pero bueno, ya son como nueve años de trabajo y muy de a poco. O sea, empecé con novelas y con algo mucho más juvenil y mucho más liviano y después voy haciendo esas cosas que se me van presentando en realidad. El camino va apareciendo solo, no es que yo voy a buscarlo, si tomo decisiones como todo el mundo, y las decisiones abren caminos y cierran otros.

—¿Cómo fue reencontrarse con Gustavo Bassani tras Iosi acá?

—No fue reencuentro porque lo veo un montón, así que para mí no es un reencuentro. Como en la ficción tenemos un vínculo de mucho entendimiento para trabajar, o sea, yo no necesito que me diga nada. Lo miro, lo entiendo, él me mira y nos entendemos mucho mutuamente y tenemos mucho código para elaborar. Así que fue un placer y también en ese nivel de cansancio y en ese nivel de agotamiento para mí tener a alguien que conocía, y que quiero mucho, es clave.

—¿Cómo sigue el año de trabajo?

—Estoy con un proyecto personal con todo lo que acarrea. Estoy haciendo un disco que ya realmente es una decisión, digo, antes había amagado con la música, era más chica, tenía menos herramientas, estaba como medio de búsqueda y ahora ya estoy con una decisión tomada y con un proyecto en puerta. Todavía falta, está en proceso creativo, no lo quiero apurar, me parece que tiene su propio tiempo y su propia vida y voy respetando el proceso. Pero, bueno, también al mismo tiempo estoy como una flecha que va para adelante y es mi próximo paso.

—¿Tu idea es concentrarte en la música y dejar la actuación, o ­fusionar ambas cosas?

—Me pasa con la actuación que depende un poco más de contexto para disfrutar. Lo que estoy haciendo tiene que ser un proyecto que me guste, que me toque emocionalmente como para ser intérprete. Y un poco lo que me está sucediendo es que quizás quiero ser autora en un punto, contar una historia en lugar de interpretar una historia. Porque, por más de que yo actúe, esta historia no es mía para nada, yo no decidí nada salvo cómo miro o cómo hablo, cómo después todo el resto de las decisiones, desde lo estético hasta lo simbólico, lo que sea, no tiene que ver conmigo. Un poco quizás la búsqueda, para mí, es algo que tenga que ver conmigo.

Me encanta actuar, lo disfruto muchísimo, me lo saboreo realmente, pero, bueno, tienen que ser un montón de cosas que me hagan tener ganas de hacer un proyecto. Igualmente, hice otra película que también me encanta y que sale a fin de año, y creo todavía creo que no puedo contar demasiado. Para mí el proyecto en este momento, el que está en mi corazón, es el de la música.

Noticias Relacionadas