entrevista

Mónica Villa volvió al teatro con Coqueluche

Uno de los grandes éxitos de la calle Corrientes tiene un elenco encabezado por figuras populares para narrar una historia de amor y vínculos.

Betiana Blum y Julieta Poggio encabezan la obra Coqueluche en Multiteatro. El show, que fue éxito en la misma sala en los años 70, con Niní Marshall y Thelma Biral en los roles centrales, ahora volvió a representarse con dirección y adaptación de José María Muscari. Allí, Mónica Villa encarna a una muy particular monja. Diario Hoy dialogó con la actriz para saber más detalles de su participación y el volver a compartir comedia con Blum tras Esperando la Carroza.

Junto a los actores y actrices mencionados, además de Villa, también están Agustín Sullivan y Mario Guerci, en roles claves. Villa encarna a una madre superiora que tiene a su cargo a Coqueluche (Poggio) y le pide a la Señora Valdor (Blum), una gran estrella del cine, que cuide a la joven. Ese pedido y la llegada a la casa de Valdor de Coqueluche será el disparador para que los enredos y la confusión comiencen a urdir una trama narrativa simple, que utiliza el gag y la comedia física para impulsar cada una de sus escenas, sin dejar de lado la emoción y la alegría necesarias para que la comedia funcione.

—¿Cuáles son tus sensaciones de hacer esta obra que tuvo también a grandes referentes en otras versiones?

—Me parece como increíble porque yo recién justo comentaba que en 1971 estaban dando Coqueluche y yo era estudiante de teatro y pasaba por acá por la puerta del Blanca Podestá. Miraba la cartelera y me preguntaba qué sería Coqueluche. Ver la foto de Telma, la foto de Niní y me preguntaba, pero ¿por qué Coqueluche? Y José María me dijo, porque es para toda la familia. Está bueno que pueda ir todo el grupo familiar y disfrutar de una obra en familia.

—¿Coqueluche marca tu vuelta al teatro? ¿Hace cuánto que no subías a un escenario?

—Hace tres años, los dos de pandemia y el año pasado que falleció una gran directora y maestra mía, María Esther Fernández. Ella me dirigió en el último espectáculo que hice y me lo tomé de luto porque la verdad me hizo bolsa y no quise hacer teatro. Y este año dije, bueno, a ver, y justo me llamo José María.

—Y dijiste sí…

—Sí.

—Volvés a trabajar con Betiana tras la emblemática participación que ambas tuvieron en el clásico de Alejandro Doria, Esperando la Carroza. Un ícono del cine y en donde cada una encarna un personaje bien diferente entre sí, pero que, a pesar del paso del tiempo, sigue siendo recordado por los fanáticos de la película y aquellos que aún la tienen viva en su memoria, ¿es la primera vez que vuelven a trabajar juntas en teatro, verdad?

—Sí, hicimos algún que otro programa en televisión, pero teatro nunca.

—¿Cómo fue el reencuentro?

—Bárbaro, la primera reunión fue en casa de Muscari. Fue bárbaro y muy emocionante porque después de Esperando la Carroza, que ocupa el lugar que ocupa, es como si todos estos años hubiéramos seguido trabajando juntas. Es muy fuerte tener eso para compartir con otro actor.

—Esperando la Carroza es un fenómeno, pero en cine, sobre todo, en el último tiempo, has participado mucho…

—Sí, mucho. Lo que no hice en teatro lo hice en cine. Fue muy gracioso hacer Una tumba para tres y después hice Crónicas de una santa errante, que ahora ganó en el Festival de Austin y me gustaría que participe acá en el Festival de Mar del Plata, porque es una película hermosa. Además, hice La extorsión, que se estrenó este año con Guillermo Francella y me trajo muchas satisfacciones.

—Es un personaje clave también en la historia...

—Sí, es un personaje clave y a la gente le entró de una manera especial porque la gente en la calle me felicita, me hablan, le gusta mucho la película.

—Las películas lo que tienen ahora también es esto, la plataforma que la produce, la ubica en varios lugares. Esperando la carroza fue una de las primeras películas que sobrevivió años y años, pero ahora está pasando esto que vos filmás y van a las plataformas y por ahí se acerca alguien que recuerda esa película, que por ahí uno ya la olvidó, ¿cómo vivís esto también que está pasando con el cine?

—Adaptándome. Es una nueva vuelta de tuerca. Son nuevas formas que va encontrando la industria, digamos. Y, bueno, uno las agradece porque seguís estando, y va llegando a otra generación, las generaciones más jóvenes.

—¿Cómo estás viviendo el éxito de Coqueluche?

—Muy bien, con mucha calidez, lo que genera una unidad grupal y eso está muy bueno y la hay desde ya. Claro, nos estamos conociendo, pero bien decían ahí con Betiana somos las veteranas, vamos aportando nuestra experiencia y ellos nos van aportando su frescura y su juventud. Y vamos cocinando esto con la locura de

Muscari que agrega, pone, saca, eso que le da más ritmo y además está rejuveneciendo, es otra versión de Coqueluche. Yo leí el original. Lo readaptó y le está dando, junto con la escenografía y el vestuario, un toque tan joven y tan nuevo que es muy lindo.

—¿Cómo sigue el año de trabajo?

—Con esto y voy a empezar a dirigir. Es la primera vez, una comedia que también habla del amor, pero es con toda gente joven, entre 30 y 40 años. Se verá el año que viene el libro, es una comedia española.

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