Netflix toma cartas en el asunto
Acoso, abuso, perversión. Por estas horas, Kevin Spacey es retratado como un ser tan maquiavélico como su interpretación más lograda, Frank Underwood, el despiadado político de House of cards. Pero esto no es una serie de Netflix, y él no tiene el talento de su personaje para evadir la tormenta y seguir con su carrera.
Ayer, la popular compañía de streaming decidió tomar cartas en el asunto: informó que no seguiría trabajando con el actor, descartó un filme que estrenarían en 2018 y canceló la producción de la sexta y última temporada de uno de sus éxitos más rutilantes.
No, Spacey no tiene el talento de su personaje. Luego de que el actor Anthony Rapp hiciera la primera acusación de abuso en su contra, varios días atrás, Kevin emitió un torpe comunicado donde se justificó culpando a una noche de
alcohol y reconoció que era gay, intentando desviar el eje a la prensa y sus colegas, que han comenzado a hablar, pintándolo como un “depredador sexual”, y denunciando el uso que hacía de su poder y posición.
“Netflix no estará más involucrado con la producción de House of cards en la medida que siga incluyendo a Kevin Spacey (…) También se ha decidido no seguir adelante con el lanzamiento del filme Gore, que se encontraba en posproducción, y que era protagonizado y producido por Spacey”, señaló la empresa en un comunicado.
Ante este nuevo e inesperado escenario, que sacude los cimientos de Hollywood desde que, hace un mes, el productor Harvey Weinstein fuera denunciado por más de 80 mujeres por acoso, abuso y violación, la farándula norteamericana y los espectadores de todo el mundo se muestran perplejos y expectantes por ver quién será la próxima estrella en caer.