entrevista

Nicolás Francella: “Tengo muchas ganas de hacer teatro”

El talentoso intérprete asume el desafío de encarar su primer proyecto en inglés, una historia conmovedora de amistad y superación.

Mi amigo el pingüino es la nueva película de Nicolás Francella, una producción protagonizada por Jean Reno, de la que participa también Alexia Moyano y Adriana Barraza, y está inspirada en la historia de amistad real entre un pescador brasilero y un pingüino. Hablamos con Francella sobre este nuevo desafío y próximos proyectos.

—¿Es complicado actuar en otro idioma?

—Es como estar pensando un poco en tu idioma, en tu cabeza, y devolviendo las palabras en inglés. Y la música es diferente, la forma de terminar la frase es diferente. Ponerle intención a la frase también es complejo. Pero es una aventura. Yo estudié toda mi vida. Con el tiempo te vas oxidando. De casualidad, yo venía trabajando con una profesora nativa que vive en Buenos Aires. Iba a la casa en Béccar. Y de casualidad esto fue como una gran oportunidad.

—Que te puede abrir puertas…

—Pero es más que nada la experiencia de salir un poco de esa zona de confort.

—¿Qué es lo primero que te movió del proyecto?

—Bueno, a mí cuando me ofrecen el guión, me gustó mucho. La historia me gustó mucho. La desconocía y cuando me dicen que es una historia real, empecé a averiguar bastante. Leí el guión y fluí mucho en la lectura. Para mí eso es una barbaridad. Está bien escrito, está simple la película. Es tierna, es potente. Y dije Qué necesitás de mí y veamos de qué forma puedo ser parte. Acá era toda la película en inglés. Había un equipo gringo detrás. Contas con un doblaje, si están un poco insatisfechos. Así que fue una experiencia bárbara. La pasé muy bien. Estuvimos en la panacea misma, en Patagonia, en Brasilia. Es como una gran experiencia toda en sí. La diversidad del equipo. Había mucha gente de distintos lugares. Estar filmando a las seis de la mañana en Patagonia, rodeado de las madrigueras, el contacto con los pingüinos, el equipo responsable de los pingüinos dándonos una mano sobre cómo, el approach que teníamos que tener con ellos, cómo tocarlos, cómo manejarlos. Y la verdad que estuvo muy lindo. El director fue un tipo en el que confiamos y fue un tipo súper cálido durante todo el rodaje.

—¿Te gusta que empiecen a aparecer también ese tipo de proyectos? Porque por ahí nosotros te hemos visto más en policiales, thrillers...

—Obviamente va con una intención, son decisiones que tomé, pero también es un poco lo que me llegó, ¿no? No es que haya un camino seteado o una estrategia tan pensante mía, sino que es un poco también lo que me llegó y también me quedan cómodo ese tipo de proyectos. Pero ese tipo de proyectos también los amo. Yo soy bastante fiel de este producto, de lo familiar. Yo siempre resalto lo paternal. Me gusta el vínculo, sin spoilear, de este vínculo pingüino, Joao, el pescador, algo paternal dando vueltas que la gente después lo verá. Eso a mí me coloca de una forma diferente. Y para mí, repito, es un montonazo.

—Estrenás película, en un momento medio complicado en donde muchos actores ante la falta de ficción están mirando al teatro, por ejemplo. ¿Tenés ganas de hacer?

—Tengo muchas ganas de hacer teatro. Tengo como dos obras de teatro que las tengo adaptadas, las tengo de vista, las quiero hacer, pero no encuentro el momento, no por estar tapado de laburo, no encuentro el momento del feeling con la obra o el momento, pero tengo ganas y además me doy cuenta que está lleno de teatro.

—¿Vos hace cuánto que no haces?

—Hace un montón.

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