entrevista
Noah Wyle: “Quería deconstruir al héroe y hacer de él un hombre falible”
El recordado actor de E.R. Emergencias lidera el cast de una apasionante serie que muestra el detrás de escena de las urgencias de un Centro Médico con algunos problemas económicos.
Noah Wyle es el Dr Michael “Robby” Robinavitch en el intenso drama The Pitt, de Max, que marca su regreso a las series médicas. Por acá cuenta detalles de la producción y su personaje.
—¿Cómo se originó The Pitt?
—Nació en la pandemia de 2020. Estaba sentado en casa, sin trabajar, deprimido por no tener ninguna habilidad realmente útil. Recibía muchos correos de socorristas que me decían “gracias por inspirarnos para estudiar medicina de urgencias”. También me contaban cómo eran sus días, lo que veían y lo que sentían, y que su moral estaba decayendo. Era mucho que asimilar. Decidí dejárselo todo a John Wells y decirle “estoy recibiendo un montón de correos muy interesantes que me hacen pensar que hay otra historia que contar. Sé que no quieres volver a hacerlo y yo no quiero volver a hacerlo. Pero si alguna vez quieres volver a hacerlo, puede que yo también quiera”. Independientemente de eso, Scott Gemmill, que era otro ex-alumno de E.R., vino a mí y a John y dijo “oye, ¿crees que podríamos tratar de contar algo sobre esto? Y entonces todo empezó a darnos miedo, porque todos sabíamos que E.R. era lo mejor que habíamos hecho en nuestra carrera. Todo lo que podíamos hacer era cagarla si lo hacíamos mal. Así que no lo hagas a menos que puedas hacerlo mejor o diferente. No lo hagas a menos que haya algo realmente nuevo que decir. Esa conversación duró un par de años y luego, en relativamente poco tiempo, hace unos 13 meses, se nos ocurrió la idea de hacer este día casi como un paseo en un coche de policía, pero en una sala de urgencias. Vas a estar integrado en esta unidad como si fueras un corresponsal de combate. Y observarás el coste total que estos casos, estos pacientes y estas exigencias suponen para nuestros profesionales sanitarios en el transcurso de un largo día. Tal vez llegue a comprender mejor lo que les pedimos cada día, año tras año, sin descanso.
—¿Cómo se le ocurrió la idea de su personaje Robby?
—Bueno, al principio era ¿quién no es? No es John Carter. Ya sabes, empecemos por ahí. Empecemos por lo que no quieres volver a hacer y lo que quieres volver a hacer. Había un par de prototipos interesantes que tenía en mi cabeza de tipos que estaba viendo en los medios de comunicación en el último par de años, quiero decir que no sabría dónde trazarlos políticamente, son casi apolíticos debido a su dedicación a su trabajo. Su trabajo no es realmente ayudar a la gente: el hecho de que actúen por servicio es su mecanismo de supervivencia, es su forma de sobrellevarlo. Se meten en estas cosas por el subidón de adrenalina y la capacidad de olvidar todo lo demás que está fuera de ese subidón de adrenalina. Es una vida muy miope, pero muy dedicada... y frágil. Quería explorar todo eso. Quería, en cierto modo, deconstruir al héroe y hacer de él un hombre falible, que se cansa, que tiene ganas de orinar, que se enfada y que tiene cosas en la cabeza que no puede compartir y que le van a dificultar rendir al máximo nivel. A medida que avanza el turno, vemos cómo él y su capacidad de compartimentar se van debilitando.