entrevista

Paola Krum: “Me interesa mucho como actriz jugar”

A punto de terminar la exitosa temporada de la obra que comparte con Damián De Santo, la querida actriz reflexiona sobre la profesión y su vida personal.

En Me gusta, todo por un like, que en breve se despide del Paseo La Plaza de CABA, Paola Krum encarna a una mujer que a partir de la aparición de una joven (Lu Grasso) en su vida y la de su pareja, Damián De Santo, tendrán que lidiar con una nueva manera de entender los vínculos. Diario Hoy dialogó con Krum para conocer detalles de su trabajo y su vida.

—¿Cómo fue sumarte a la obra en reemplazo de Julieta Zylberberg? ¿La habías visto?

—Sí, la había visto el día del estreno porque yo soy muy amiga de Javier Daulte, el director, y no me pierdo sus estrenos. Me encantan sus trabajos, así que la vi en ese momento y me encantó, pero no tenía ni para nada en vista que yo en algún momento la iba a hacer. Como espectadora, la vi con mi hija, pasamos un re buen momento, nos encantó, nos reímos, la disfrutamos y cuando me llegó la propuesta de hacerla dije que sí inmediatamente. Fundamentalmente, porque disfruto mucho de trabajar con Javier. Lo admiro mucho como director y siempre sé que implica un gran aprendizaje y aparte me había gustado mucho la obra. Y también en este momento de mi vida elijo proyectos que me resulten cálidos, empáticos, amorosos y sabía que la gente con la que iba a laburar iba a traer todo eso. Lo conozco a Dami desde hace muchos años, la conocí a Lu, Javier es mi amigo, así que bueno, en este momento era todo un sí. Yo venía diciendo un poco que no a algunas cosas y estaba un poco a la expectativa de que apareciera algo que fuese un sí y apareció y dije que sí, no me lo pensé ni dos minutos. Y me cuesta, no soy tan fácil del sí. Quise hacer mi propio camino y mi propia búsqueda del personaje, Martina, y la verdad que lo estoy disfrutando un montón, me gusta mucho la obra, me gusta mucho lo que tengo que jugar y así lo estoy haciendo.

—Mencionabas a Javier y también venís de una experiencia con él de una comedia, ¿te gusta en teatro trabajar en el género?

—La verdad es que lo que me interesa, pues yo no soy una actriz, digamos, como graciosa, sino que digo que lo que yo hago es encontrar la manera más inteligente de jugar la situación. Es que las situaciones son graciosas para que suceda la comedia, entonces eso sí me interesa, hay mucho por lo general. Lo hago desde la más absoluta verdad, creo que cuando más gracioso resulta y me interesa mucho. Me interesa mucho como actriz jugar eso y la verdad que resulta muy sorprendente y muy lindo cuando uno está jugando algo desde la verdad y sucede la risa, aun cuando esas situaciones sean absolutamente dramáticas como en la vida. Que uno, cuando mira de lejos algo que en su momento fue muy dramático, lo podés mirar con humor, así que sí. Este trabajo me divierte mucho, lo elijo, me gusta y confío también en los textos y fundamentalmente en la dirección, pero también disfruto mucho de hacer drama, la verdad que me gustan las dos cosas.

—¿Es clave para vos elegir y poder trabajar con gente que querés, con amigos?

—Recontra. Sí, la verdad que con el tiempo... yo tengo 53 años ahora y con el tiempo fui descubriendo que yo funciono mucho mejor en contextos amigables, buena onda, es cuando mejor sé desplegarme. Forma parte de mi elección la gente con la que voy a trabajar, y por ahora vengo bien, lo puedo hacer y, si lo puedo hacer, la verdad que lo elijo.

—Me gusta habla de los vínculos, de estar corriendo todo el día, de la tecnología, de las redes sociales, de estar pendiente del teléfono, ¿cómo sos con las redes? ¿Sos de poner “me gusta”?

―No tengo mucho rollo con eso de poner “me gusta”. La verdad que ahí sí tuve que trabajar porque yo le pongo “me gusta” a todo, no le doy tanta importancia, no le doy tanta validez a esto, pero no soy tan fanática, tampoco soy tan conocedora. Por lo general, le pido bastante ayuda a mi hija con algunas cosas que tienen que ver con la nueva tecnología, pero sí es parte de este mundo, de esta época y hay que ir como metiéndose ahí para poder avanzar con el mundo, porque si no, te quedás afuera y es imposible. Eso de “yo no tengo redes sociales, yo no miro esto”, yo no, pero, por ejemplo, a mí me cuesta un montón mi propio Instagram, saber qué subir, no es algo que me salga naturalmente. Yo veo que hay gente que le sale supernatural. Y a mí me cuesta un poco, no soy muy ducha, no soy muy hábil para eso, pero bueno, tengo un Instagram, subo cosas de mi trabajo. Hago uso, pero no reniego de eso para nada.

—Hablamos de tu rol como actriz, pero ¿te gustaría dirigir?

—Es un desafío. Es confiar y empezar a dirigir un poco, me gustaría. He hecho cosas muy chiquititas y me gustaría empezar a como practicar el ejercicio de la dirección porque uno no se da cuenta. Con todo lo que trabajé en mi vida, vas adquiriendo un montón de conocimientos y después, cuando voy a ver una obra, hay un montón de cosas que puedo observar, que siento que tiene que ver más con la dirección. Pero todavía no se dio de una manera tan potente como para que me ponga en funcionamiento y creo que disfrutar es el desa­fío. Ese creo que es el mayor desafío de todos, disfrutar de la vida, de la profesión, de los afectos. Eso es un gran desafío y es el más lindo también.

Compartir en familia y sus proyectos más importantes

—Antes hablabas de que fuiste al teatro con Eloísa, tu hija, y que sos de pedirle ayuda a ella para las redes, ¿sos de compartir mucho con ella?

—Sí, compartimos mucho la vida, la verdad que compartimos mucho, mucho. Sí, recién nos reíamos de eso, de cuán cerca estamos. Estamos muy cerca, somos muy cercanas. Es el vínculo más hermoso de mi vida.

—¿Imaginabas que podía llegar a ser así?

—Sí, la verdad que sí. Hice todo para que fuera así. Y me salió bien, porque a veces esas cosas no salen, puede ser que se armen distancias por razones que uno no planifica, pero me salió bien. Es una de las cosas que me salió bien en la vida, que es mi vínculo con mi hija. Obviamente, es mi proyecto más importante, ese, es mi proyecto más importante y el central en mi vida.

—El año pasado fue una revolución, la vuelta de Drácula para la despedida, vos fuiste a ver a tus compañeros. ¿Cómo viviste un poco eso?

—Fue uno de los proyectos más importantes de mi vida. Ahí empecé lo que sería como la carrera a nivel más masivo. No había hecho otras cosas, pero Drácula me dio otra visibilidad totalmente nueva para mí en ese momento y aparte era para mí experimentar cosas como hacer una obra en un lugar repleto. Creo que es algo absolutamente extraordinario. Yo empecé ahí, digo, es como una locura y haciendo un personaje que amaba, que era Lucy, y que armamos ahí, porque fue como inaugurar la obra. Después se fue repitiendo la estructura que en ese momento armamos y la apuesta se hizo ahí, cuáles eran los movimientos y lo que sucedía en cada escena. La verdad fue muy importante para mí, yo era muy chica y nunca había cantado. Fue como inaugurar un montón de cuestiones y la verdad que lo viví con mucha emoción. Por supuesto, fui invitada a participar, pero cada uno lo vive de manera muy personal y yo sentía que estaba en otro momento, que estaba haciendo otras cosas, estaba en otras búsquedas y me lo permití también.

―Hablando de personajes, hace poco hiciste Después de Casa de muñecas. También en un momento en el cual estamos hablando de ­cambios de paradigma, pero vos tuviste ­personajes claves como que también iban por un sendero, pidiendo un lugar que tal vez no se le daba a todas las actrices, la posibilidad de elegir y de encarnar roles fuertes, ¿cómo trazaste este camino?

—La verdad es que hay una búsqueda. Fue decirle que no algunas cosas y decirle que sí a las que me proponían un atrevimiento.

Sobre desafíos y zonas de confort

―¿Necesitás que los roles te desafíen?

―Sí, y la verdad que también me siento muy afortunada porque esos roles fueron apareciendo. Me acuerdo cuando me llamaron para hacer de Nora, por más que no fuera en Casa de muñecas, la de Ibsen, sino para Después de Casa de muñecas, era ese mismo personaje, pero bueno, en otra ­instancia, digamos. Me acuerdo como el escozor en el cuerpo y la sensación de de­safío y la sensación de querer hacerlo, hacerlo de la mejor manera posible y todo lo que eso implicaba.

Creo que tuve muchos desafíos en mi carrera, muchos, y eso me ha traído como bastante nervio. He vivido la profesión siempre con cosquillas en la panza, todavía ­conservo eso. No siento que nunca me haya instalado en un lugar de comodidad, sino que siempre estoy en alguna búsqueda. Y en este momento la verdad es que, bueno, para mí trabajar con directores que me ­exijan, como Javier Daulte, por ejemplo. Javier es mi amigo, pero es superexigente y cada vez que se sienta a ver una función yo un poco tiemblo y siento que la hago de taquito.

Siento que estoy dando lo mejor de mí porque quiero hacer todo lo que él me pidió, que es un montón. Y entonces, bueno, creo que es el lugarcito como de tensión, no de estar siempre un poquito como en tensión y de incomodidad porque es de permanente aprendizaje.

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